El derribo del edificio m¨¢s afectado por la explosi¨®n en Santa Coloma se avanza a hoy

El edificio del n¨²mero 66 de la Rambla del Fondo, en Santa Coloma de Gramenet, ser¨¢ derribado hoy, y no ma?ana como estaba previsto. El "progresivo deterioro" del inmueble, gravemente afectado por la explosi¨®n de gas del pasado jueves, ha obligado al Ayuntamiento a adelantar la demolici¨®n para "garantizar la seguridad de las personas", seg¨²n un comunicado que difundi¨® ayer. Hasta hoy no se sabr¨¢ con certeza si tambi¨¦n deben ser derribados los dos edificios colindantes (los n¨²meros 64 y 68). Seg¨²n los vecinos, los t¨¦cnicos municipales aseguran que sufren da?os severos.

Desde el primer momento, los t¨¦cnicos convinieron que el bloque n¨²mero 66 de la Rambla del Fondo ten¨ªa que ser derribado. El gas se hab¨ªa colado hasta el interior del edificio y la posterior deflagraci¨®n, ocurrida la ma?ana del jueves, hab¨ªa da?ado seriamente su estructura hasta convertirlo en una gigante casa de mu?ecas. La investigaci¨®n sobre las causas del accidente sigue abierta. Gas Natural asegur¨® ayer que las instalaciones estaban "en perfecto estado de mantenimiento y que cumpl¨ªan las preceptivas inspecciones".

Las horas pasadas desde la explosi¨®n han empeorado a¨²n m¨¢s la estabilidad del inmueble. Por eso, el derribo empezar¨¢ hoy a las nueve de la ma?ana, un d¨ªa antes de lo previsto inicialmente.

Ante el cambio de planes, el Ayuntamiento de Santa Coloma (Barcelon¨¨s) permiti¨® ayer a los vecinos de los edificios contiguos acceder a sus viviendas para retirar sus efectos personales. Durante todo el d¨ªa, trabajadores de una empresa de mudanzas, ayudados por los Bomberos de la Generalitat, sacaron los muebles de los domicilios afectados. Pero no todos los vecinos tuvieron la misma suerte. Isabel Isl¨¢n, vecina del segundo piso del n¨²mero 68, explic¨® que los t¨¦cnicos no le consintieron acceder a su piso por motivos de seguridad. "S¨®lo pudimos entrar el viernes, durante 15 minutos, para coger lo imprescindible".

"Los t¨¦cnicos nos han dicho que los da?os del edificio son muy importantes, y que es probable que tenga que demolerse", a?adi¨® el marido de Isabel, Bartolom¨¦ Pozas. La pareja, que estos d¨ªas duerme en casa de unos familiares a la espera de que se le facilite un piso de alquiler, alberga poca esperanza de volver a casa: "Nos han dicho que nos olvidemos; aunque tal como he visto mi piso, casi prefiero que lo echen abajo", dijo Isabel.

Mientras que los problemas estructurales del bloque n¨²mero 68 son "muy importantes", los del 64 son s¨®lo "importantes", seg¨²n explic¨® ?ngel Moratilla, vecino del 1? 2? de este ¨²ltimo inmueble. Por la ma?ana, ?ngel y su esposa, Elisa, entraban y sal¨ªan del centro c¨ªvico de la calle de Wagner, convertido desde hace tres d¨ªas en un improvisado centro de atenci¨®n a los afectados por la explosi¨®n de gas.

Acompa?ado de amigos, el matrimonio aguardaba noticias para empezar a vaciar su vivienda, mientras que a los pocos metros el tradicional mercadillo de los s¨¢bados dibujaba una nota de normalidad en el barrio del Fondo. A las doce del mediod¨ªa les lleg¨® el turno. Desde la Rambla del Fondo, que permaneci¨® cortada al tr¨¢fico, observaban a los trabajadores, que bajaban las cajas ayudados por escaleras mec¨¢nicas.

?ngel, Elisa y el resto de vecinos del 64 pudieron acceder ayer a su vivienda con seguridad. Pero lo que vieron no les gust¨®. "Tenemos una grieta en el techo y otra en los forjados que sostienen una de las paredes maestras", explic¨® ?ngel. La pared separa el edificio del que hoy ser¨¢ derribado. "Los t¨¦cnicos no van a mojarse hasta que el n¨²mero 66 se eche abajo", explic¨® Elisa. Un responsable del Ayuntamiento eludi¨® explicar si ser¨¢ necesario derruir tambi¨¦n los edificios colindantes