Barenboim actuar¨¢ en agosto en Gaza con su orquesta West-Eastern Divan
El m¨²sico, que act¨²a hoy en Barcelona, designado socio de honor del C¨ªrculo de Lectores
No ha aprendido todav¨ªa a diferenciar qu¨¦ hace con la cabeza y qu¨¦ con el coraz¨®n. "No puedo", confiesa Daniel Barenboim (Buenos Aires, 1942). Su ¨²ltima gran aventura vital, el West-Eastern Divan, en la que lleva ya metido ocho a?os, desde que lo montara con el intelectual palestino Edward Said, tiene gran parte de las dos cosas: provocaci¨®n intelectual y sentimiento es lo que este m¨²sico pone a su orquesta de ¨¢rabes, israel¨ªes y espa?oles con sede en Andaluc¨ªa, que este a?o se propone actuar en agosto en Gaza como el verano pasado hizo en Ramala.
Ha viajado estos d¨ªas a Espa?a para volver a las esencias del piano, ese asiento, ese refugio que jam¨¢s ha abandonado en 56 a?os de carrera. El domingo ofreci¨® un recital de m¨¢s de tres horas en el Auditorio Nacional de Madrid y hoy repite en Barcelona con el Segundo Cuaderno del Clave bien temperado, de Bach, una obra que requiere la fuerza de una intens¨ªsima capacidad de concentraci¨®n y el aguante de un tit¨¢n de la m¨²sica como es ¨¦l.
Pero entre sesi¨®n y sesi¨®n ante el p¨²blico, Barenboim ha dejado hueco para recibir algunos honores m¨¢s: hoy ingresa como socio de honor del C¨ªrculo de Lectores y ma?ana recibe el Premio de la Asociaci¨®n Espa?ola de Naciones Unidas por sus tareas en favor de la paz. Tambi¨¦n ha podido cerrar algunas actuaciones para este verano en Espa?a con la Staatskapelle de Berl¨ªn, orquesta de la que es titular, y con su artefacto del West-Eastern Divan, con los que ofrecer¨¢ la Novena, de Beethoven, junto al Orfe¨®n Donostiarra en la plaza Mayor de Madrid, y tambi¨¦n presentar algunas grabaciones.
Como la del concierto de Ramala. Un aut¨¦ntico hito en el que Barenboim se empe?¨® el verano pasado, que sali¨® bien y que ahora se ha editado en DVD junto con un documental. Hasta aquella ciudad asediada y en ruinas viajaron ¨¦l y todos los j¨®venes m¨²sicos del West-Eastern Divan, israel¨ªes, ¨¢rabes y espa?oles, para ofrecer un concierto ins¨®lito en el que son¨® la Quinta sinfon¨ªa de Beethoven. "Se emiti¨® en la cadena Arte y fue el programa m¨¢s visto de la historia de ese canal", aseguraba ayer Barenboim en Madrid.
No quiso, en cambio, desvelar algunas inc¨®gnitas sobre su futuro. Como los rumores que existen sobre la posibilidad de estar al frente de la orquesta de la Scala de Mil¨¢n, como director musical del teatro que dirige St¨¦phane Lissner. "Eso es para el siglo XXII", respondi¨® el m¨²sico, quit¨¢ndose el bal¨®n de encima.
Lo m¨¢s importante, lo que m¨¢s le motiva hoy en d¨ªa es su labor frente al West Eastern Divan, una orquesta que surgi¨® hace a?os de una idea loca y que hoy es una realidad incontestable que saca los colores a quienes todav¨ªa afirman que la paz en Oriente Pr¨®ximo es imposible. "La actividad m¨¢s importante en mi vida actualmente es ¨¦sta", repiti¨® ayer Barenboim varias veces ante un auditorio bastante concurrido. Para ¨¦l ha quedado patente que la convivencia es posible. "Es muy dif¨ªcil, pero es importante que estos chicos demuestren que pueden tocar juntos", aseguraba ayer el m¨²sico.
Y que lo demuestren no s¨®lo en Europa, donde act¨²an todos los a?os y donde se re¨²nen varias semanas en Andaluc¨ªa, la sede de la orquesta. Tambi¨¦n quieren demostrarlo cada vez con m¨¢s presencia en Oriente Pr¨®ximo. "Este a?o tocaremos en Gaza y en varias ciudades ¨¢rabes que todav¨ªa est¨¢n por cerrar", afirm¨®. Tambi¨¦n volver¨¢n a Weimar, la ciudad donde surgi¨® hace ocho a?os este proyecto que impulsaron Barenboim, Said y el director del festival de Weimar.
Ahora se han convertido en un s¨ªmbolo y una realidad que levanta menos ampollas entre radicales e integristas que esperanza entre hombres y mujeres con sentido com¨²n y ausencia de odio. "Que siga o no siga Ariel Sharon no es importante, todo cambiar¨¢ el d¨ªa en que unos y otros acepten su versi¨®n de los hechos. Cuando en Israel surja un l¨ªder que defienda que lo mismo que fue crucial crear un Estado israel¨ª, los palestinos tienen el mismo derecho a contar con el suyo", dijo.
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