Con las manos empapadas
La cirug¨ªa endosc¨®pica resuelve al instante y para siempre los problemas de la sudoraci¨®n excesiva de palmas y axilas
Hay personas a las que las manos les amargan la vida. Les sudan demasiado y esto les puede imposibilitar para algunos trabajos y hacerles personas hura?as. Acuden al dermat¨®logo y ¨¦ste les receta pomadas y astringentes; les prescribe toxina botul¨ªnica... Pero estos tratamientos apenas alivian los s¨ªntomas. M¨¢s tarde la angustia les vence y van al psic¨®logo, quien les dice que es de los nervios, "que se relajen". Pero normalmente no lo consiguen y su vida cada d¨ªa va a peor. Entonces descubren que existe la cirug¨ªa, una operaci¨®n relativamente sencilla en la que la hiperhidrosis palmo-axilar (nombre con el que se conoce la sudoraci¨®n excesiva de manos y axilas) desaparece al instante en el 98% de los pacientes.
Un experto recuerda casos excepcionales, como el de un paciente "que pon¨ªa las manos hacia abajo y hac¨ªa un charco en el suelo"
El endoscopio accede f¨¢cilmente a los ganglios del sistema nervioso simp¨¢tico, causantes de la hiperhidrosis palmo-axilar
Juan Manuel Mu?oz naci¨® en La L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz) hace 36 a?os y, hasta hace seis, era una de esas personas a las que las manos no le dejaban vivir. "No pod¨ªa ni comer; todo lo que tocaba lo empapaba de agua. Recuerdo que de peque?o me sentaban con una toalla sobre las rodillas mientras me pasaban la comida". Ahora hace vida normal. Trabaja en un almac¨¦n en Gibraltar, tiene dos hijos y cada d¨ªa le dedica m¨¢s tiempo a la cetrer¨ªa. "Es mi pasi¨®n", afirma. Sus manos han dejado de sudar.
Todo cambi¨® para ¨¦l en 1999. Cuando en la televisi¨®n oy¨® hablar de hiperhidrosis y cirug¨ªa. "Hab¨ªa perdido ya toda esperanza de curarme. El m¨¦dico al que iba desde ni?o me dec¨ªa que lo m¨ªo era de nervios y me recetaba pastillas para relajarme... Pero me puse a buscar como loco el tel¨¦fono de Antena 3, donde vi la noticia, y habl¨¦ con Madrid, con Barcelona, con la secci¨®n de Salud, con el hospital en el que hab¨ªan hecho el reportaje y con el m¨¦dico que dec¨ªa hacer esta operaci¨®n. ?l fue quien me remiti¨® al hospital de Sevilla".
A partir de aquella fecha todo fue f¨¢cil para Juan Manuel. La operaci¨®n se la practic¨® ?ngel Ginel, jefe del Servicio de Cirug¨ªa Tor¨¢cica en el hospital Virgen del Roc¨ªo. En los 10 a?os que lleva operando, este especialista de hiperhidrosis ha resuelto cientos de casos como el de Juan Manuel. "Aunque lo de este paciente era excepcional, exagerado; recuerdo que pon¨ªa las manos hacia abajo y hac¨ªa un charco en el suelo", comenta el cirujano sevillano.
La cirug¨ªa endosc¨®pica para corregir la hiperhidrosis apenas dura 45 minutos, aunque debe realizarse con anestesia general. Dos peque?as incisiones practicadas cerca de las axilas son toda la huella que queda por fuera de la intervenci¨®n.
Las nuevas t¨¦cnicas quir¨²rgicas, como la videotoracoscopia (introducci¨®n de una c¨¢mara de televisi¨®n en el t¨®rax a trav¨¦s de una peque?a punci¨®n), permiten acceder de forma r¨¢pida y limpia al lugar en el que se encuentran los ganglios del sistema nervioso simp¨¢tico, causantes del exceso de sudoraci¨®n. "Ya durante la operaci¨®n observamos c¨®mo le baja la temperatura en las manos al paciente", explica ?ngel Ginel. "Es el mejor indicio de que de un momento a otro van a dejar de sudarle".
Juan Manuel Mu?oz no conserva ning¨²n recuerdo especial de la operaci¨®n. "Todo fue f¨¢cil", asegura. Sin embargo, de lo que nunca ha conseguido librarse es de los malos recuerdos escolares y especialmente de las bromas que hac¨ªa la maestra a su costa. "Cualquier d¨ªa Mu?oz sale volando", comentaba la profesora cuando le aconsejaba que hiciera molinillos con los brazos para ver si aireando las manos se le secaban y no empapaba el cuaderno en el que trataba de escribir, algo imposible de conseguir para ¨¦l.
Tampoco se ha olvidado de que antes s¨®lo pod¨ªa ponerse ropa blanca que disimulara el sudor. Ni de que no pod¨ªa comer pan, porque se le hac¨ªa sopa en las manos. Ni de las manos de su novia (hoy su mujer) a las que miraba de lejos, sin poder tocarlas para no tener esa sensaci¨®n de suciedad que deja una mano encharcada.
Juan Manuel Mu?oz ha sufrido por los dedos helados en invierno; por no poder trabajar en una oficina, que es lo que le hubiera gustado. Y ha sufrido, sobre todo, por sus hijos, a los que no pod¨ªa coger en brazos pues los empapaba.
El organismo humano, adem¨¢s del sistema nervioso central, cuenta con un sistema nervioso aut¨®nomo (llamado as¨ª porque las funciones que regula no dependen del control voluntario), constituido a su vez por los llamados sistema simp¨¢tico y parasimp¨¢tico. La hiperhidrosis palmo-axilar responde a un desequilibrio que se genera en el sistema nervioso aut¨®nomo. Este sistema nervioso arranca de forma independiente desde la base craneal y sus nervios terminan uni¨¦ndose en el abdomen en el denominado plexo solar, detr¨¢s del est¨®mago. En este recorrido individual de los nervios de los sistemas simp¨¢tico y parasimp¨¢tico es donde se regulan numerosas funciones fisiol¨®gicas del ser humano. Una de ellas es la sudoraci¨®n.
Las primeras funciones controladas por estas ramificaciones nerviosas se conocen desde 1920. Entonces se descubri¨®, en las operaciones para curar la tuberculosis pulmonar, que si se eliminaban los ganglios simp¨¢ticos de la cadena tor¨¢cica al paciente dejaban de sudarle las manos y las axilas, entre otras consecuencias y efectos secundarios.
Posteriormente se comprob¨® que eran s¨®lo los ganglios segundo, tercero y cuarto de esta cadena los que generaban la excesiva sudoraci¨®n. Entonces no era f¨¢cil operar, pero hoy las t¨¦cnicas endosc¨®picas permiten introducir material ¨®ptico y quir¨²rgico a trav¨¦s de peque?as incisiones que, una vez se han localizado los ganglios situados en la cabeza de cada costilla en su uni¨®n con las v¨¦rtebras, pueden ser cauterizados f¨¢cilmente.
La cirug¨ªa de la hiperhidrosis no deja secuelas. En todo caso, y s¨®lo en el 2% de los pacientes operados, se manifiesta a veces una leve sudoraci¨®n compensatoria en la espalda y en los muslos, as¨ª como una cierta sequedad en las manos que se corrige con cremas hidratantes.
"Aun as¨ª, todos los que han sufrido hiperhidrosis prefieren aguantar estas peque?as contrariedades que verse inundados de sudor todo el d¨ªa", se?ala Ginel.
Juan Manuel no se puede creer que sus manos est¨¦n ahora siempre secas. Uno de sus hijos tambi¨¦n tiene, a su juicio, "algo de hiperhidrosis". La literatura cient¨ªfica dice al respecto que esta es una enfermedad que, cuando se manifiesta, suele afectar a m¨¢s de un miembro en la misma familia. Asimismo, parece ser muy frecuente entre los jud¨ªos.
Sin que se sepa muy bien por qu¨¦, m¨¢s del 90% de las personas que sufren hiperhidrosis palmo-axilar y acuden a la cirug¨ªa endosc¨®pica son mujeres. Las estimaciones de frecuencia de este problema indican que no es un trastorno tan raro, pues lo padece el 0,3% de los j¨®venes.
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