Las tropas espa?olas en Irak ten¨ªan orden de "evitar o minimizar da?os colaterales"
Las normas de enfrentamiento de la Brigada Plus Ultra limitaban al m¨¢ximo la "fuerza letal"
Las reglas de enfrentamiento (conocidas como ROE) de las tropas espa?olas desplegadas en Irak entre agosto de 2003 y mayo de 2004 limitaban dr¨¢sticamente su capacidad de emplear las armas y requer¨ªan en muchos casos la autorizaci¨®n de los responsables de Defensa, en Madrid, para el empleo de la "fuerza letal". "En las operaciones en las que intervenga, la MNB [Brigada Multinacional] Plus Ultra tratar¨¢ de limitar al m¨¢ximo el impacto en la poblaci¨®n civil, evitando en lo posible o minimizando los da?os colaterales sobre las personas y las cosas", dice una regla.
El ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, comparecer¨¢ hoy en el Congreso para informar sobre los combates en los que se vieron envueltos los militares espa?oles durante sus ¨²ltimas semanas en Irak. En concreto, seg¨²n informes del Estado Mayor de la Defensa, entre el 4 de abril de 2004, cuando se inici¨® la revuelta de las milicias del cl¨¦rigo chi¨ª radical Muqtada al Sadr, y el 21 de mayo siguiente, cuando cruz¨® la frontera de Kuwait el ¨²ltimo soldado espa?ol, las tropas sufrieron como m¨ªnimo 40 ataques, que dejaron un saldo de al menos nueve muertos (un militar salvadore?o y ocho insurgentes iraqu¨ªes) y 44 heridos (23 iraqu¨ªes, 10 salvadore?os y 11 espa?oles).
Pese a ello, el ex administrador de EE UU en Irak Paul Bremer ha criticado, en un reciente libro de memorias, lo que considera "pasividad" de los militares espa?oles, a los que denomina los "indispuestos", en contraposici¨®n a la coalici¨®n de "voluntarios" que el presidente George W. Bush form¨® para intervenir en Irak.
Las quejas de Bremer aluden a la falta de colaboraci¨®n de los espa?oles para atacar al llamado Ej¨¦rcito del Mahdi, las milicias de Al Sadr, cuya influencia se extendi¨® por la zona de Diwaniyah y Nayaf, bajo responsabilidad de la Brigada Multinacional Plus Ultra, en oto?o de 2003 e invierno de 2004.
Lo cierto es que ni el contingente, ni el armamento ni las reglas de enfrentamiento eran las adecuadas para una situaci¨®n de combate abierto como la que se vivi¨® al inicio de la primavera siguiente.
Prioridad a la protecci¨®n
Las reglas de la Brigada Plus Ultra, a las que ha tenido acceso EL PA?S, son suficientemente claras al respecto: "La idea fundamental es dar prioridad a la protecci¨®n de la fuerza sobre el cumplimiento de la misi¨®n". Es decir, se trataba de evitar bajas a toda costa.
La misi¨®n de la brigada espa?ola, integrada tambi¨¦n por contingentes centroamericanos y dependiente de la divisi¨®n polaca, se defin¨ªa como "de estabilidad y seguridad".
"El uso de la fuerza, cuando est¨¦ autorizado, se regir¨¢ siempre por el principio de m¨ªnima fuerza, que debe entenderse como aquella que, incluyendo la fuerza letal, se limita en su nivel de proporcionalidad, duraci¨®n e intensidad para ajustarse al m¨ªnimo estrictamente necesario para cumplir con el cometido marcado", explicaban las reglas generales. "Para determinar el grado de fuerza" recomendaba recurrir, entre otros factores, al "sentido com¨²n".
"En las operaciones en las que intervenga, la Brigada Plus Ultra tratar¨¢ de limitar al m¨¢ximo el impacto en la poblaci¨®n civil, evitando en lo posible o minimizando los da?os colaterales sobre las personas y las cosas", dec¨ªa otra regla, seg¨²n la cual no podr¨ªan ser atacados edificios culturales e hist¨®ricos, mezquitas y otros edificios religiosos, centros de salud y hospitales, "salvo que sean empleados para usos militares o para realizar actos hostiles contra el personal de la brigada".
Las normas de enfrentamiento de las tropas espa?olas se divid¨ªan en cuatro clases: intervenci¨®n; uso m¨ªnimo de la fuerza sin incluir la fuerza letal; uso m¨ªnimo de la fuerza incluyendo la fuerza letal, y prohibiciones.
Las de intervenci¨®n permit¨ªan disparos al aire, acciones encubiertas, incautaci¨®n de armamento, registros de personas, veh¨ªculos o edificios y empleo de medios antidisturbios para el control de masas.
La segunda categor¨ªa autorizaba la detenci¨®n de personas o veh¨ªculos, si fuera necesario "por razones de seguridad" o porque representaran un obst¨¢culo para la actuaci¨®n de las tropas de la brigada o de la coalici¨®n, as¨ª como el uso de la m¨ªnima fuerza, excluida la letal.
L¨®gicamente, la categor¨ªa m¨¢s delicada la formaban las reglas que autorizaban matar. Eran una decena en total y estaban precedidas por la advertencia de que s¨®lo pod¨ªan activarse "como ¨²ltimo recurso, despu¨¦s de que la fuerza haya intentado evitar la escalada".
En concreto, se permit¨ªa el uso de la "fuerza letal", adem¨¢s de en casos de autodefensa, para proteger a personal bajo protecci¨®n de la brigada; para impedir la intrusi¨®n en las instalaciones militares o el abordaje de sus veh¨ªculos; para impedir la huida de prisioneros o para liberar a los propios. Tambi¨¦n se autorizaban los disparos mortales para defender las propiedades de la brigada, "cuando su p¨¦rdida o da?o podr¨ªa suponer una amenaza contra la vida humana", como generadores de electricidad o estructuras fundamentales de salud.
Autorizaci¨®n retenida
Muchas de estas reglas estaban retenidas por el general al mando de la brigada. Es decir, s¨®lo pod¨ªan aplicarse con su autorizaci¨®n expresa. Y al menos una de ellas, la L 45, requer¨ªa el permiso del Comandante del Mando Operativo Conjunto, es decir, del jefe del Estado Mayor de la Defensa, en Madrid.
Se trata de la norma que permit¨ªa el uso de la fuerza letal "para apoyar a fuerzas de la coalici¨®n cuando realicen operaciones en el AOR [zona de responsabilidad] de la MNB Plus Ultra para capturar a elementos que representen una cierta amenaza para la coalici¨®n".
El 29 de octubre, tras el enfrentamiento armado que tuvo lugar en la vecina ciudad de Kerbala entre militares norteamericanos y milicianos de Muqtada al Sadr, se deleg¨® temporalmente en el general de la Plus Ultra la facultad para autorizar el uso de la fuerza letal en la captura de elementos hostiles, pero siempre que las tropas espa?olas se limitaran a prestar apoyo.
Finalmente, las reglas recogen una serie de acciones prohibidas, en todos los casos, para los militares espa?oles. Entre ¨¦stas se encontraban la siembra de minas antipersonal, el empleo de trampas humanas, el uso de armas incendiarias, la destrucci¨®n de edificios o infraestructuras o los disparos "en ¨¢reas densamente pobladas".
Licencia para matar denegada
En marzo de 2004, la Brigada Plus Ultra recibi¨® una FRAGO (orden parcial de operaciones) en la que se indicaba que el cl¨¦rigo "Muqtada al Sadr es considerado como un elemento desestabilizador que act¨²a contra la misi¨®n de la MND CS [Divisi¨®n Multinacional Centro Sur, bajo mando polaco] de crear un ambiente estable y seguro". Se ped¨ªa a los espa?oles que participasen en la Fase III de la operaci¨®n de captura del l¨ªder chi¨ª. El jefe del Estado Mayor de la Brigada, coronel Gumersindo Vega, pidi¨® autorizaci¨®n al comandante del Mando Operativo Conjunto para activar la regla L 45, que permit¨ªa el empleo "de la m¨ªnima fuerza, incluida la letal, para apoyar a las fuerzas de la coalici¨®n cuando realicen acciones en el AOR [zona de responsabilidad] de la MNB
[Brigada Multinacional] para capturar a elementos que representen una clara amenaza para la coalici¨®n", pues de la participaci¨®n en la captura del cl¨¦rigo "pudiera derivar el empleo de fuerza letal". El permiso no se concedi¨®, para disgusto de Paul Bremer, ex administrador de EE UU en Irak, que en sus memorias critica la falta de colaboraci¨®n espa?ola en esta operaci¨®n.
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