Milicianos de Al Fatah provocan disturbios en la ciudad de Gaza
Las elecciones palestinas fueron una balsa de aceite. Pocos esperaban que as¨ª ocurriera. Pero las horas transcurren y los altercados comienzan a prodigarse. La trifulca menor que se desat¨® ante la sede del Parlamento palestino de Ramala, el jueves por la tarde, una vez conocida la espectacular victoria de Ham¨¢s, se transform¨® ayer en disturbios m¨¢s serios en la sede del Consejo Legislativo Palestino en Gaza.
Militantes de Al Fatah quemaron al menos dos coches al tiempo que centenares de seguidores de este partido, muchos de ellos disparando tiros al aire, se adentraban en el edificio que acoge a los diputados. Exig¨ªan que su partido no se sumara al Gobierno de unidad nacional que quieren establecer sus adversarios de Ham¨¢s. La polic¨ªa palestina, seg¨²n la agencia Reuters, se abstuvo de intervenir. Varios cabecillas de las Brigadas de los M¨¢rtires de Al Aqsa, el brazo armado del partido oficial, han amenazado de muerte a sus l¨ªderes si se al¨ªan con el movimiento fundamentalista.
Mohamed Dahlan, ministro de Asuntos Civiles y brazo derecho del presidente Mahmud Abbas, que ha logrado conservar su esca?o en su feudo de Jan Yunis, tuvo que recurrir a la memoria de Yasir Arafat para aplacar los ¨¢nimos de sus partidarios. "No ofend¨¢is el alma de Arafat", grit¨® Dahlan, quien prometi¨® que su formaci¨®n no ingresar¨ªa en el Ejecutivo. En la residencia del mandatario en Gaza se concentr¨® un millar de manifestantes que culpaban al presidente de la hist¨®rica derrota en las urnas. Y en algunas ciudades de Cisjordania tambi¨¦n se desataron incidentes menores de los activistas de Al Fatah. Reclamaban la dimisi¨®n de Abbas.
Celebraci¨®n en Jerusal¨¦n
Mientras, en el campo de refugiados de Jan Yunis, al sur de la franja de Gaza -a escasa distancia de donde se hallan los restos derruidos de Neve Dekalim, el principal de los asentamientos de colonos jud¨ªos, evacuados en agosto del a?o pasado-, Ham¨¢s celebraba un acto multitudinario al que acudieron miles de simpatizantes islamistas, siempre disciplinados.
En la Explanada de las Mezquitas de Jerusal¨¦n, despu¨¦s del rezo del d¨ªa sagrado musulm¨¢n, tambi¨¦n se desat¨® la euforia. Pero con parsimonia. Los fieles de Ham¨¢s desplegaron un mar de banderas verdes y corearon sus consignas. No suced¨ªa algo as¨ª desde hace a?os. En el recinto que acoge la mezquita de Al Aqsa y la de Omar est¨¢n prohibidos tajantemente todo tipo de actos pol¨ªticos. Pero al igual que Ham¨¢s, el Gobierno israel¨ª opt¨® ayer por la contenci¨®n. La polic¨ªa de Jerusal¨¦n no actu¨® y no se produjeron incidentes. Una muestra de que el Ejecutivo del primer ministro interino, Ehud Olmert est¨¢ por la labor de esperar y ver.
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