Israel lanza una ofensiva diplom¨¢tica para lograr que los radicales dejen las armas

A la conmoci¨®n por el arrollador triunfo de Ham¨¢s en las elecciones legislativas palestinas se ha sumado el desconcierto. Nadie sabe a qu¨¦ atenerse. Pero el tablero de Oriente Pr¨®ximo tiembla y la actividad pol¨ªtica de los dirigentes israel¨ªes de todas las tendencias es fren¨¦tica. Varios portavoces del Gobierno de Ehud Olmert rechazaron ayer de plano negociar con un Ejecutivo en el que est¨¦n integrados dirigentes del movimiento islamista vencedor. En el marco de una amplia ofensiva diplom¨¢tica para lograr que Ham¨¢s deje las armas, Olmert convers¨® telef¨®nicamente con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, y con el rey Abdal¨¢ de Jordania, los dos ¨²nicos pa¨ªses ¨¢rabes que han suscrito acuerdos de paz con Israel.

El panorama pol¨ªtico no puede ser m¨¢s incierto. De momento, parece un callej¨®n sin salida. Israel, gobernada por un primer ministro en funciones, Ehud Olmert, se encuentra en campa?a a dos meses justos de las elecciones generales. Y ayer se escuchaba de boca de todos los dirigentes una letan¨ªa repetida hasta la saciedad: "Con Ham¨¢s en el Gobierno no habr¨¢ socio para la paz".

A esta sentencia se acog¨ªan precisamente ayer los l¨ªderes palestinos de Al Fatah, el partido hegem¨®nico en los territorios palestinos durante 50 a?os, para culpar a Israel de su amarga derrota. A juicio del jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erekat, los continuos ataques del Ejecutivo israel¨ª al presidente Mahmud Abbas y las nulas facilidades para desarrollar la econom¨ªa de los territorios ocupados han desembocado en la hecatombe del partido oficial. Ayer, el Gobierno israel¨ª sugiri¨® que podr¨ªa congelar el traspaso de los impuestos y de las ayudas provenientes de Arabia Saud¨ª que recolecta en nombre de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

El frente diplom¨¢tico es el que se muestra m¨¢s activo a la espera de los acontecimientos. Olmert convers¨® telef¨®nicamente con el presidente de Egipto para repetir una vez m¨¢s las exigencias de su Administraci¨®n. "Debe quedar claro a los palestinos", se?al¨® el sucesor de Sharon a Mubarak, "que Ham¨¢s ha de desarmarse y renunciar a su objetivo de destruir el Estado de Israel. No habr¨¢ cooperaci¨®n de ning¨²n tipo con un Ejecutivo del que forme parte Ham¨¢s", seg¨²n un comunicado de la oficina del primer ministro.

El mandatario egipcio apunt¨® que la semana entrante discutir¨¢ los resultados de los comicios con la ANP. La ministra de Exteriores israel¨ª, Tzipi Livni, que tiene previsto viajar a El Cairo en los pr¨®ximos d¨ªas, convers¨® con sus hom¨®logos de Alemania, Austria, Estados Unidos y con el alto representante de la UE, Javier Solana. A todos les inst¨® a que no reconozcan un Gobierno encabezado o con miembros del movimiento fundamentalista: "Israel y el mundo ignorar¨¢n a ese Ejecutivo, y ser¨¢, por tanto, irrelevante".

Olmert tambi¨¦n contact¨® por tel¨¦fono con el rey Abdal¨¢ y le pidi¨® que se sume a la presi¨®n de la comunidad internacional para lograr que Ham¨¢s renuncie a sus postulados y se comprometa a su desarme. El monarca hachemita dijo que "los palestinos deben mostrar su responsabilidad y decidir su camino". No es sencilla la coyuntura para el l¨ªder jordano. Dos tercios de la poblaci¨®n de su pa¨ªs -el ¨²nico ¨¢rabe junto a Egipto que ha firmado un acuerdo de paz con el Estado jud¨ªo- son palestinos, y los Hermanos Musulmanes, aunque no destacan por su extremismo, constituyen una de las escasas fuerzas pol¨ªticas bien organizadas en el reino.

La Liga ?rabe exigi¨® que se respete el resultado de las urnas, pero se sum¨® al coro de voces que exigen a Ham¨¢s que abandone su meta de destruir Israel. No obstante, Amer Musa, secretario general de la Liga, apoy¨® la iniciativa adoptada en Beirut en 2002, que pide la aplicaci¨®n de las resoluciones 242 y 338 de Naciones Unidas. ?stas abogan por la retirada israel¨ª de los territorios ocupados a cambio del reconocimiento del Estado sionista.

No est¨¢ solo Olmert en sus planteamientos. Amir Peretz, el candidato a primer ministro laborista, tambi¨¦n se niega a entablar negociaciones con Ham¨¢s.