El 'subcomandante' Marcos busca un lugar en la foto
La gira del l¨ªder zapatista preocupa a los candidatos a la presidencia de M¨¦xico, que ven en ¨¦l un peligroso rival medi¨¢tico
Un protagonista inesperado ha irrumpido en la campa?a electoral mexicana dispuesto a ara?ar presencia medi¨¢tica a los cinco candidatos a presidente de la Rep¨²blica. No va en busca de votos -en realidad no cree en las elecciones- y pretende mucho m¨¢s que un cambio de Gobierno. Durante seis meses recorrer¨¢ M¨¦xico para difundir su propuesta: poner en pie un gran movimiento pol¨ªtico, al margen de los partidos, para transformar el pa¨ªs de arriba abajo. Es un viejo conocido de los mexicanos. En enero 1994 encabez¨® la revuelta de los ind¨ªgenas zapatistas en el abandonado Estado de Chiapas. Enfundado en su capucha, el subcomandante Marcos ha vuelto a escena con el apodo de Delegado Zero. Es el actor principal de la otra campa?a, a la que muchos temen pues no saben a¨²n cu¨¢l ser¨¢ su influencia en el debate, si Marcos lograr¨¢ despertar su movimiento y extenderlo por el pa¨ªs o la gira ser¨¢ la prueba de su defunci¨®n.
?Asistimos a los ¨²ltimos coletazos o es el resurgimiento de la organizaci¨®n zapatista?
El l¨ªder rebelde estuvo esta semana en tierras de Tabasco, donde coincidi¨® con Roberto Madrazo, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI). La caravana zapatista lleg¨® a Villahermosa, donde fue vitoreada por unos instantes por los seguidores madrazistas, que cre¨ªan saludar a su candidato al ver a dos patrullas policiales al frente del convoy. Cuando repararon en la presencia del encapuchado, los aplausos se transformaron en abucheos.
Marcos no pasa desapercibido en su peculiar campa?a, a pesar de que la agenda de actos no suele conocerse hasta el ¨²ltimo momento. Es capaz de despistar a los periodistas que le siguen y al mismo tiempo cuida sus apariciones en lugares de indudable impacto noticioso. Despu¨¦s de un mes, tres medios nacionales (Notimex, Milenio y La Jornada) mantienen a sus enviados especiales; los dem¨¢s los env¨ªan y retiran sin atreverse a tomar una decisi¨®n definitiva, nutri¨¦ndose siempre de sus corresponsales locales. Despu¨¦s de un mes, la atenci¨®n medi¨¢tica no ha ca¨ªdo: Marcos es portada en todos diarios de las localidades que visita.
El jueves acudi¨® a la prisi¨®n de Tacotalpa, donde cumplen condena dos presos zapatistas. Algunos de los presentes se preguntaban si Marcos podr¨ªa ingresar en el centro penitenciario sin quitarse la capucha y sin entregar un documento de identidad, como es preceptivo en cualquier reclusorio. Por m¨¢s ins¨®lito que parezca el l¨ªder del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN), que declar¨® la guerra al Estado y que oficialmente no ha depuesto las armas, entr¨® en la c¨¢rcel encapuchado, sin mostrar identificaci¨®n alguna y pudo conversar por espacio de media hora con los dos internos.
Clemente Rivera, director de Seguridad P¨²blica del municipio de Tacotalpa, reconoci¨® haber recibido instrucciones del alcalde y ¨¦ste "de m¨¢s arriba" para no poner reparos a la visita. El caso resume la actitud de los poderes p¨²blicos mexicanos respecto al l¨ªder zapatista en plena campa?a electoral: vista gorda a las acciones de "la otra campa?a", total libertad de movimientos por el territorio nacional y presencia ostensible de agentes de inteligencia en los actos del Delegado Zero.
Los candidatos presidenciales que son blanco de las cr¨ªticas de Marcos, especialmente el pri¨ªsta Madrazo y Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica, evitan la r¨¦plica. "?l est¨¢ en su campa?a y yo en la m¨ªa", se limit¨® a comentar el candidato del PRI cuando se le pregunt¨® por la ¨²ltima andanada de Marcos que le acus¨® de vinculaciones con el narcotr¨¢fico.
En la comunidad ind¨ªgena Francisco Madero, en plena selva tabasque?a, el l¨ªder zapatista escucha durante horas una lista interminable de reclamaciones. Un orador recuerda el deplorable estado de la carretera; otro expone que su comunidad no tiene centro de salud; otro se refiere a la precariedad de la vivienda, y as¨ª, sucesivamente desfilan los problemas de la vida cotidiana de estos pobladores. "A ver si nos echa una mano, se?or comandante", dice una voz.
Pero no todo son reclamos. "Estoy desorientado", dice un campesino ind¨ªgena chol. "Le pregunto al comandante por qu¨¦ tantos a?os de silencio. ?Qu¨¦ ha pasado con el movimiento zapatista? No sabemos cu¨¢les son sus propuestas". Finalmente, habla Marcos. Utiliza un estilo did¨¢ctico y se remonta a los or¨ªgenes del EZLN y al levantamiento de 1994 para explicar las causas y los objetivos de su lucha. Habla como si impartiera una clase, todo muy clarito y comprensible. El movimiento zapatista no puede quedar aislado en Chiapas, dice, tiene que salir y unirse a otros grupos pol¨ªticos y sociales de todo M¨¦xico.
Diego Osorno, enviado del diario Milenio, a la campa?a de Marcos, hace el siguiente balance del primer mes: "Despu¨¦s de recorrer los Estados del sureste, Chiapas, Yucat¨¢n, Campeche, Quintana Roo y Tabasco, he visto c¨®mo Marcos se propone crear focos de insurrecci¨®n a partir de la radicalizaci¨®n de las movilizaciones y acciones de resistencia civil". Son colectivos desenga?ados de los partidos pol¨ªticos, con causas bien espec¨ªficas como la negativa a pagar el aumento de la luz, la defensa de una propiedad rural, las quejas de los damnificados del hurac¨¢n Stan, o los campesinos de Palenque que han tomado tierras. En todos ellos est¨¢ el caldo de cultivo de Marcos. ?Asistimos a los ¨²ltimos coletazos del EZLN o empieza el resurgimiento de la organizaci¨®n zapatista? "Yo tambi¨¦n me hago esta pregunta y por esta raz¨®n estoy aqu¨ª cubriendo la otra campa?a de Marcos", dice Osorno.
Prensa alternativa
La caravana que acompa?a al Delegado Zero est¨¢ formada por un m¨ªnimo equipo de colaboradores y asistentes que viajan con ¨¦l desde el primer d¨ªa, miembros de ONG de los distintos Estados, y un grupo de periodistas que var¨ªa seg¨²n las etapas. Los grandes medios mexicanos dedicaron amplia cobertura en los primeros d¨ªas de la otra campa?a, pero un mes despu¨¦s s¨®lo mantienen enviados especiales los diarios Milenio y La Jornada y la agencia Notimex.
La p¨¦rdida de inter¨¦s informativo no es ajena al trato preferente que Marcos dedica a los "medios alternativos" por encima de los "medios comerciales". Los representantes de los primeros tienen acceso a las reuniones de adherentes y simpatizantes, mientras los enviados de los medios nacionales o internacionales tienen que esperar fuera. John Gibler es uno de los elegidos para difundir a los cuatro vientos la andadura de la otra campa?a. Este tejano de 32 a?os es el enviado de Global Echange, una ONG basada en San Francisco con amplia experiencia en misiones de observaci¨®n electoral. Los art¨ªculos de Gliber se publican en la p¨¢gina web de su organizaci¨®n y en una red interminable de revistas on line de Estados Unidos, links, blogs...
Tambi¨¦n forman parte de la caravana zapatista Indymedia, revistas y diarios de grup¨²sculos mexicanos de izquierda y un equipo de la Facultad de Comunicaci¨®n Social de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) que prepara un documental sobre la otra campa?a.
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