Aplauso sin l¨ªmites
El Reniego de Tom¨¢s Pav¨®n es intocable. Hay tanta perfecci¨®n en ese cante, tal c¨²mulo de aciertos, que cualquier paso por ¨¦l posterior se hace ocioso y huelga. Es una de las cuatro o seis creaciones flamencas que nadie tiene derecho a tocar, ni aun de pasada. Pero hoy esto ya no es tan cierto, porque Morente lo ha tocado y ha hecho una nueva creaci¨®n que en nada desmerece a la de Pav¨®n. Ha hecho un Reniego en comp¨¢s de cabal, en acordes sostenidos durante toda su extensi¨®n, que es un hallazgo. Su interpretaci¨®n marc¨® el c¨¦nit de este concierto, el punto m¨¢s alto a que Enrique Morente pudo llegar en una noche de aciertos absolutos.
El Reniego fue el c¨¦nit -ya se ha dicho-, pero el concierto tuvo otros muchos momentos gloriosos e imponderables. Buler¨ªas por sole¨¢, tientos y tangos, fandangos de Huelva, las buler¨ªas Tambale¨¢ndose...
Festival de Flamenco Caja Madrid
Creaci¨®n y maestr¨ªa. Cante: Enrique Morente, con Ni?o Josele en la guitarra y Bandolero en las percusiones. Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 2 de febrero.
Excelencia
En un concierto que fue de menos a m¨¢s, un Enrique Morente inspirado alcanz¨® grados de m¨¢xima excelencia, que pocas veces le hab¨ªamos visto. Volc¨¢ndose a tumba abierta, su cante fue un puro ejercicio de potencia y musicalidad, la conjunci¨®n de las virtudes que hacen un buen cantaor. Morente se confirm¨®, una vez m¨¢s, como un creador de excepci¨®n en el cante flamenco de esta ¨¦poca.
Hizo Enrique Morente un cante cl¨¢sico incluso en las letras. ?Pero hasta qu¨¦ punto puede hoy Morente ser considerado un cl¨¢sico? Nada de lo que dice suena a conocido, ni siquiera por aproximaci¨®n. En todo hay acentos nuevos, un marchamo de originalidad del que no se puede prescindir. Como adem¨¢s de ser original es bueno, est¨¢ dicho por qu¨¦ Enrique Morente es un cantaor aparte, del que en ning¨²n caso se puede prescindir. Tiene grandeza, tiene duende, tiene jondura. Pocas veces un cantaor nos deja una sensaci¨®n tan plena de conformidad, de aplauso sin l¨ªmites en nuestro interior.
En esta ¨¦poca tan avara de aut¨¦nticos valores del flamenco, es evidente que los cantaores del tipo de Enrique Morente brillan por su ausencia. S¨®lo hay ¨¦ste y debemos mimarle para que dure, a ver si en el ¨ªnterin surgen otros que ocupen su lugar.
Babelia
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