Pendientes de un cord¨®n

La noticia de que decenas de familias espa?olas est¨¢n conservando la sangre del cord¨®n umbilical de sus beb¨¦s en el extranjero ha desencadenado una corriente de reacciones a favor y en contra. La postura de la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes (ONT) es clara: esta actividad contradice el esp¨ªritu no lucrativo de la Ley de Trasplantes porque las familias pagan entre 1.500 y 2.000 euros por el transporte y la congelaci¨®n de las c¨¦lulas. La ONT se muestra decidida a impedir que este tipo de bancos de conservaci¨®n privados se implanten en Espa?a. Esta misma semana la Comunidad de Valencia cerr¨® una empresa reci¨¦n creada que aseguraba tener todos los permisos para operar y el Ministerio de Sanidad ha anunciado que en el primer semestre de este a?o tendr¨¢ lista una normativa que regular¨¢ la actividad. La mayor¨ªa de expertos tienen claro que a¨²n no hay pruebas fehacientes de que las c¨¦lulas madre conservadas en este tipo de bancos vayan a servir para curar futuras enfermedades que puedan tener los ni?os. Mientras, las empresas defienden su derecho a ofrecer este tipo de servicios ampar¨¢ndose en la libertad individual de cada individuo. Algunos cient¨ªficos como el presidente del CSIC, Carlos Mart¨ªnez, se han mostrado partidarios de los bancos privados siempre que se les regule y se les obligue a mantener unos criterios comunes de calidad y de que se obligue a las empresas a informar bien a los clientes para que no tiren su dinero. Una familia que ha congelado la sangre del cord¨®n umbilical de su hijo en un banco privado y otra que lo ha hecho en banco p¨²blico cuentan su caso.