Guatemala busca un Evo a su medida
El auge del protestantismo de origen norteamericano marca la diferencia con la explosi¨®n ind¨ªgena de Bolivia
Bolivia y Guatemala son los dos ¨²nicos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina con mayor¨ªa de poblaci¨®n ind¨ªgena. Demogr¨¢ficamente son clones. Con cerca de un 60% de indios, un tercio de mestizos o ladinos, y apenas un 10% de blancos, el pa¨ªs andino y el mesoamericano parecen modelados para que cuando se hable de uno se piense en el otro. Y algo se agita hoy en Bolivia, donde dos presidentes han tenido recientemente que salir de naja y desde enero, Evo Morales, el hombre a un su¨¦ter de color pegado, es el primer indio que llega por las urnas a la presidencia del pa¨ªs. Pero donde acaba el parecido, comienza Guatemala.
Hay quien sostiene que la naci¨®n centroamericana no puede esperar a su Evo Morales porque ya lo tuvo. Una prolongada guerra civil ensangrent¨® el pa¨ªs hasta la firma de la paz en 1996, entre un Gobierno de derechas -como todos los anteriores desde el socialista Jacobo Arbenz derrocado por Washington en 1954- y una guerrilla a la que le faltaba el ox¨ªgeno geopol¨ªtico con el fin de la URSS. El movimiento guerrillero se pas¨® a la pol¨ªtica, y el apoyo campesino e ind¨ªgena no hall¨® traducci¨®n, a la paz, m¨¢s que en un pu?ado de legisladores, y de aquel Evo colectivo nunca m¨¢s se supo.
La protesta pol¨ªtica se desmoviliz¨® en la segunda mitad de los noventa, tras la guerra
Manuel Conde, veterano fabricante de alianzas, probable aspirante a las presidenciales, y antiguo mu?idor de la paz, cree, sin embargo, en alg¨²n tipo de transustanciaci¨®n. "Evo ha nacido ya. Pero no sobre una confrontaci¨®n, sino para el desarrollo comunitario, porque la guerra fue una vacuna con la que el ind¨ªgena aprendi¨® la lecci¨®n. El maya com¨²n, el que lo que quiere saber es cu¨¢ndo va a llover, ya no quiere conflictos porque fue el que le puso los hijos a la guerra, tanto en el ej¨¦rcito como en la guerrilla".
Ese ind¨ªgena, a diferencia del boliviano, que se divide en dos grandes familias incaicas, la aymara y la quechua, se hace en Guatemala casi una vivisecci¨®n tribal en m¨¢s de 20 grupos ling¨¹¨ªsticos. Y un esp¨ªritu de divisi¨®n parece su misma esencia porque, como dice Jos¨¦ El¨ªas, subdirector de Nuestro Diario: "El ind¨ªgena no soporta subordinarse a otra etnia, y en Semana Santa viste a Judas con las ropas de la tribu rival para simular su cremaci¨®n el S¨¢bado Santo".
El jesuita vallisoletano Marcelino Garc¨ªa, que lleva 44 a?os en Am¨¦rica, y tira a la teolog¨ªa que tanto incomodaba al Papa polaco, admite que la discriminaci¨®n y la explotaci¨®n del ind¨ªgena son otras tantas inducciones a la unificaci¨®n, pero cree que cabe esperar "m¨¢s a un movimiento que a una persona. Los partidos tienen aqu¨ª due?o, jefe, y cuando ¨¦ste se va, desaparecen. As¨ª, la formaci¨®n de l¨ªderes pol¨ªticos es muy dif¨ªcil".
Guatemala fue un d¨ªa un pa¨ªs muy cat¨®lico, pero la desamortizaci¨®n de la fe comenz¨® en 1871 cuando el presidente Justo Rufino Barrios invit¨® al primer pastor protestante, un presbiteriano de Estados Unidos, para presionar a la Iglesia que se opon¨ªa a toda laicizaci¨®n del espacio p¨²blico. Para el te¨®logo espa?ol el primer gran momento de la desconversi¨®n de Guatemala fue el famoso c¨®nclave episcopal de Medell¨ªn (Colombia) en 1969, donde la derech¨ªsima dio en creer que la Iglesia se decantaba demasiado por los pobres. Garc¨ªa, que calcula alrededor de un 30% de protestantes en el pa¨ªs, sigue diciendo que Estados Unidos, aterrado de que esa gran matriz cat¨®lica inclinara el pa¨ªs al comunismo, decidi¨® apoyar a las sectas. Y en 1976, el terremoto que asol¨® Guatemala constituy¨® "la puerta de entrada del protestantismo sectario, que tra¨ªa un alud de dinero. Fue el gran empell¨®n pentecostalista hasta que con R¨ªos Montt -el del golpe militar de 1982 que gobern¨® hasta su derrocamiento en 1983, y ¨¦l mismo fundador de la Iglesia del Verbo- el Gobierno se nos llen¨® de evang¨¦licos".
La protesta pol¨ªtica sufri¨® una gran desmovilizaci¨®n en la segunda mitad de los 90, tras la guerra, en la que la proximidad de la Iglesia de base a la guerrilla, alej¨® al Ej¨¦rcito y a las clases pudientes de las sacrist¨ªas. El antiguo guerrillero Gustavo Porras, negociador de la paz y antigua mano derecha del ex presidente ?lvaro Arz¨² (1996-2000), enumera los factores de esta nueva placidez. "Aquello fue un levant¨®n de espuma, que ahora ya no ser¨ªa posible por la fragmentaci¨®n a¨²n mayor que las sectas han causado en la masa ind¨ªgena; por la derrota militar de la guerrilla; por la alfabetizaci¨®n del 90% de los indios y un desarrollo que en el a?o 2000 hab¨ªa facilitado a un 58% de comunidades, la mayor¨ªa ind¨ªgenas, agua, electricidad y tel¨¦fono; por las remesas de los emigrantes, que en 2005 constitu¨ªan el primer ingreso nacional con 3.000 millones de d¨®lares, tres veces m¨¢s que todas las exportaciones, que han permitido crear 300.000 microempresas y, gracias a lo cual, el 46% de los 12 millones de guatemaltecos conoce Estados Unidos de visitar a sus parientes; y, por ¨²ltimo, la convicci¨®n de que en Guatemala la fuerza nunca funciona".
El ind¨ªgena, dice Porras, quiere participar, no aislarse. "A finales de los 90 creamos una oficina de Asuntos Ind¨ªgenas y nos dec¨ªan que por qu¨¦ los manten¨ªamos aparte, que ellos quer¨ªan estar en todo". No cree tampoco el ex militante del Ej¨¦rcito Guerrillero de los Pobres en el gancho movilizador de la ubicua Rigoberta Mench¨², que parece sacarle mejor partido al ropaje ancestral en Europa que a domicilio. Mayor cr¨¦dito recibe Rosalina Tuyuc, a la que se encuentra m¨¢s de casa, y hay quien, como el presidente de la c¨¢mara del Agro, Carlos Enrique Z¨²?iga, un blanco cicl¨®peo, vaticina que "habr¨¢ en 10 a?os un presidente ind¨ªgena", pero ser¨¢ un self made man a la americana, representante de la nueva burgues¨ªa ind¨ªgena, como Rigoberto Quem¨¦, ex alcalde de Quetzaltenango y casi candidato presidencial en 2000. S¨®lo gente educada.
Monse?or ?lvaro Ramazzini, que a las pocas horas de la entrevista en el palacio de la archidi¨®cesis era elegido presidente de la Conferencia Episcopal, cree que hay muchas razones para un decaimiento cat¨®lico que, sin embargo, relativiza. "No hay m¨¢s de un 25% o 30% de pentecostalistas, los que no son de las iglesias constituidas, pero inflan las cifras porque cuando convierten a uno cuentan a toda la familia. Durante el conflicto el Ej¨¦rcito hizo una gran operaci¨®n de intimidaci¨®n de los l¨ªderes cat¨®licos, a los que acusaba de comunistas s¨®lo por defender la justicia social. A ello hay que sumar el designio pol¨ªtico de Estados Unidos, el llamado Plan Amanecer que comienza en Filipinas para convertir a los cat¨®licos en cristianos, como dicen, cuando en realidad ellos son mucho m¨¢s anticat¨®licos que cristianos. Han montado un supermercado de la religi¨®n, en el que se dice al feligr¨¦s que no tiene por qu¨¦ sufrir, como si fuera a terapia. En cambio, nosotros no tenemos ese concepto empresarial de la religi¨®n. Y el ind¨ªgena fanatizado resulta ser tan inestable en lo religioso como pasivo en lo pol¨ªtico".
El prelado endosa a la competencia una grave paradoja. "Si Marx resucitara hoy en Guatemala comprobar¨ªa que, efectivamente, la religi¨®n es el opio del pueblo"; y sobre una posible presidencia ind¨ªgena, tambi¨¦n m¨¢s afectuoso hacia Rosalina que a Rigoberta, opina que s¨®lo es posible si se cumplen los acuerdos de paz en conceptos tales como el reconocimiento de que Guatemala es un pa¨ªs ind¨ªgena plurinacional -en el que los hechos diferenciales caminan a miles por la calle- y "una aut¨¦ntica reforma agraria, que no es s¨®lo repartir tierras, sino dar con qu¨¦ trabajarlas". S¨®lo as¨ª ver¨ªa "a 10 o 15 a?os" un Evo propio, "que se deber¨ªa estar formando ya en estos momentos".
Como dice el te¨®logo Garc¨ªa: "La falta de compromiso social tras tanta represi¨®n se ve en el auge de las sectas. El miedo lleva a hablar con Dios, pero no con la tierra". Y especialistas en ese di¨¢logo son los pentecostalistas, una sub-rama a su vez articulada en mil brotes, del calvinismo norteamericano. Manuel Conde da por convertida a Guatemala para el a?o 2020 gracias a las 125 emisoras de radio y dos cadenas de televisi¨®n cristianas que funcionan 24 horas al d¨ªa, "mientras la Iglesia espera todav¨ªa que el Gobierno le d¨¦ una frecuencia".
Y dif¨ªcilmente nadie mejor que Jorge H(umberto) L¨®pez, el fundador de la Iglesia del Mega-Fr¨¢ter, as¨ª llamada por la pr¨®xima inauguraci¨®n de un mega-templo, probablemente el mejor profesional guatemalteco del protestantismo, para explicar el auge sectario. Sonriente, con un tono de piel de rayos uva, recibe en un edificio vasto, funcional, lejos del barroco cavernoso del palacio arzobispal.
No piensa que una mujer pueda ser la Evo de Guatemala, aunque el campesino "se ha expresado ¨²ltimamente a trav¨¦s de Rigoberta Mench¨², pero la creaci¨®n de un partido ind¨ªgena no es para las pr¨®ximas elecciones". Cita presuntas fuentes cat¨®licas cuando apunta que puede haber un 40% de pentecostalistas, a lo que adjunta un curioso dato propio: "un 27% de los adultos es protestante", cifra que llega en el poblado modelo de las sectas llamado Almolonga "a un 67%", siempre de adultos. ?Es que no hay ni?os evang¨¦licos? Corrobora, como quien subraya algo positivo, que no hay tendencias pol¨ªticas entre la feligres¨ªa: "no hay un timonel, ni una voluntad ¨²nica como en la Iglesia cat¨®lica; la mayor¨ªa de nuestras iglesias no quieren meterse en pol¨ªtica; los ind¨ªgenas son cada d¨ªa m¨¢s esc¨¦pticos ante la clase pol¨ªtica".
El pastor L¨®pez, que no es converso como la mayor¨ªa de los protestantes guatemaltecos -"tuve la dicha de nacer en un hogar evang¨¦lico, pues fue mi abuela la que se convirti¨®"- siente una ¨ªntima satisfacci¨®n de comprobar hasta qu¨¦ punto el Ej¨¦rcito se ha evangelizado. "Ayer se celebraron los oficios por dos pilotos de guerra muertos en accidente, y uno de ellos era de nuestra congregaci¨®n. Hace unos a?os habr¨ªa sido inconcebible que en la sala de banderas donde se hizo el velorio, hubiera una representaci¨®n oficial evang¨¦lica".
La paradoja ser¨ªa que Guatemala estuviera vacunada contra el contagio Evo por el auge de los pentecostalistas, y que ¨¦ste a su vez se debiera al temor de EE UU de que la Iglesia cat¨®lica se estuviera convirtiendo al filocomunismo. Lo contrario de c¨®mo se ven las cosas desde Europa, donde siempre se ha cre¨ªdo que la dejaci¨®n, el alejamiento del clero del pueblo era lo que hac¨ªa a la instituci¨®n batirse en retirada. Pero no est¨¢ claro que el indio guatemalteco haya dicho la ¨²ltima palabra.
El Mega-Fr¨¢ter de la secta
El pentecostalismo -ramificaci¨®n multiforme y sin fin del calvinismo norteamericano- prefiere caserones a iglesias, al menos como el catolicismo las ha concebido; y cuando puede, a¨²n mejor, grandes malls de la fe, en los que, adem¨¢s de honrar al Se?or, hay que procurar vender algo en su nombre. La Iglesia Cristiana del Fr¨¢ter, que en Guatemala capital se reclama de 20.000 adherentes, inaugurar¨¢ en noviembre el mayor templo-estadio-multiconfesional protestante que el pa¨ªs ha conocido.
El Mega-Fr¨¢ter (con acento local), nombre a la vez oficial y popular de esta neocatedral del siglo XXI, habr¨¢ costado 20 millones de euros, como su promotor, Jorge H. (inicial intermedia a la americana) L¨®pez, hace saber con estupenda modestia, tendr¨¢ un aforo de 12.291 personas sentadas, y desde el aire (la congregaci¨®n posee un helic¨®ptero) parece un colosal anuncio de Michelin. El pueblo maya, en tantos siglos de dominaci¨®n blanca, no hab¨ªa visto nada parecido.
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