"Cervantes no dej¨® de huir toda su vida"
Sergio Pitol (Puebla, M¨¦xico, 1933) pas¨® por Madrid camino de Sof¨ªa. All¨ª inaugurar¨¢ el viernes la biblioteca que lleva su nombre en el nuevo Instituto Cervantes de la capital de Bulgaria. Durante una rueda de prensa celebrada ayer en la sede del Instituto en Madrid record¨® que hace unos meses le hab¨ªan dicho que su nombre sonaba para el Premio Cervantes, pero confes¨® tambi¨¦n que, poco antes del fallo, algunos amigos muy pr¨®ximos le advirtieron de que no se hiciera ilusiones. "Me despert¨® una se?ora por la ma?ana, y cre¨ª que era una amiga que quer¨ªa burlarse. Pero se puso a leerme el acta del jurado y termin¨¦ por cre¨¦rmelo. Era la ministra de Cultura". A partir de entonces, adem¨¢s de "alegr¨ªa y felicidad" todo ha sido barullo en la vida de este mexicano que en uno de sus libros escribi¨® que tanto en su vida como en su obra no hab¨ªa alcanzado sino "vislumbres, aproximaciones, balbuceos en busca de sentido en la delgada zona que se extiende entre la luz y las tinieblas".
"En Xalapa empec¨¦ una vida m¨¢s solitaria. Eso explica el cambio de registro de mis ¨²ltimos libros"
"Es muy irreverente y agresivo hacer mofa de una figura religiosa importante como es Mahoma"
No sabe a¨²n de qu¨¦ tratar¨¢ su discurso de recepci¨®n del Premio Cervantes, pero en Sof¨ªa dar¨¢ una conferencia sobre los mecanismos de la creaci¨®n art¨ªstica del autor del Quijote. "Se titula El tercer personaje y surgi¨® de una intervenci¨®n de Harold Bloom en Nueva York", explic¨® Pitol. "Dijo que no s¨®lo eran dos los grandes personajes de la novela, sino que hab¨ªa un tercero, tan importante como los otros, el propio Cervantes".
Romper moldes
El escritor mexicano habl¨® tambi¨¦n de la fascinante construcci¨®n del Quijote. "Combina la narraci¨®n con ensayos sobre la literatura, la guerra, la sociedad, el teatro. Durante el viaje de Don Quijote y Sancho van surgiendo infinidad de tramas que hacen de su estructura algo ¨²nico. El estudioso Viktor Shklovsky dec¨ªa en 1913 o 1914 que nunca la vanguardia lograr¨ªa ir m¨¢s lejos que el Quijote en su capacidad de romper moldes".
En la inauguraci¨®n de la biblioteca hablar¨¢, sin embargo, sobre la funci¨®n del libro en la sociedad. Para Pitol, el libro permite que una sociedad sea "m¨¢s culta, m¨¢s laica, m¨¢s abierta". Explic¨® que no comparte el temor a que la literatura quede obsoleta, dijo que Internet no representa ninguna amenaza al libro y se mostr¨® optimista sobre su futuro inmediato: "En M¨¦xico se abren nuevas librer¨ªas y en ferias, como la de Guadalajara, se comprueba que hay mucha gente, j¨®venes sobre todo, que siguen acudiendo con entusiasmo a este tipo de eventos".
Record¨® tambi¨¦n su estrecha relaci¨®n con las literaturas eslavas, hizo una alusi¨®n cari?osa a Witold Gombrowicz (el escritor polaco del que ha traducido gran parte de su obra, proyect¨¢ndolo as¨ª al lector hispano) y confes¨® que El mago de Viena (Pre-Textos), su ¨²ltimo libro, es aqu¨¦l del que se siente m¨¢s orgulloso. "Termina la trilog¨ªa de la que forman parte El arte de la fuga y El viaje, y es el m¨¢s radical de los tres. En todos ellos conviven g¨¦neros distintos: un texto cr¨ªtico se transforma en una narraci¨®n y luego en cr¨®nica biogr¨¢fica...". A Pitol le preguntaron incluso su opini¨®n sobre las caricaturas de Mahoma: "Es muy irreverente y agresivo hacer mofa de una figura religiosa importante", dijo. "No creo que en los pa¨ªses ¨¢rabes hayan hecho nada semejante con Jesucristo. Estamos en una ¨¦poca llena de provocaciones donde se hacen constantemente las cosas para que algo salte...".
Despu¨¦s de la rueda de prensa, Sergio Pitol acept¨® durante una entrevista dar m¨¢s detalles sobre su conferencia de Sof¨ªa. "Se han escrito muchas biograf¨ªas de Cervantes y muchas son muy simples. Evitan mostrar el m¨¢s m¨ªnimo fallo del hombre y niegan incluso que tuviera que salir de Espa?a por haberle partido a un rival una mano de un espadazo en un duelo. La pena por su delito hubiera sido cortarle la mano derecha y pasar 10 a?os en galeras. As¨ª que sali¨® huyendo y, en buena medida, se pas¨® huyendo toda su vida".
"Me interesan mucho los pasajes oscuros de su trayectoria", dijo. "Hay muchos a?os, los cinco que pas¨® en Italia por ejemplo, de los que no se sabe nada, ni d¨®nde estuvo ni lo que hizo. Es un misterio. No se sabe ni lo que escribi¨®, ni los libros que ley¨®. Tampoco se sabe mucho de las peripecias de su familia, de sus hermanas, de su esposa, de su hija. Todas estas oscuridades de Cervantes van surgiendo parcialmente y de manera oblicua en el Quijote. En una de las tantas novelas dentro de la novela que hay en el libro, por ejemplo, se habla de un espa?ol que estuvo preso cinco a?os en Argel y cuenta ah¨ª muchas de las cosas que le pasaron al propio Cervantes durante su cautiverio".
Una vida agitada, llena de sombras, marcada por el af¨¢n de escapar de sus enemigos. "Cuando iba a ser liberado de su cautiverio en Argel", cont¨® Pitol, "un sacerdote, o un fraile, hizo p¨²blica una acusaci¨®n en la que lo denunciaba de tratar con frecuencia con conversos y con algunas personalidades ¨¢rabes de mucha influencia".
Podr¨ªa haberse tratado de una an¨¦cdota m¨¢s, sin importancia. No fue as¨ª. "La acusaci¨®n del sacerdote le cerr¨® todas las puertas que pod¨ªan hab¨¦rsele abierto tras su liberaci¨®n", explic¨® Pitol. "De hecho, ni siquiera tuvieron peso las recomendaciones que de ¨¦l pudieron haber hecho gente de tanta importancia como don Juan de Austria o el duque de Sessa. No le permitieron ni siquiera viajar a las colonias, neg¨¢ndole los puestos que hab¨ªa solicitado en Bolivia, Guatemala y Cartagena de Indias".
Las oscuridades de Cervantes, la misteriosa vida del autor de una de las obras maestras de la literatura. En los ¨²ltimos libros de Sergio Pitol, aqu¨ª y all¨¢ surge con frecuencia ese inter¨¦s suyo por transitar por esa delgada l¨ªnea donde se separan y se mezclan las obras y las vidas de tantos autores que ha frecuentado con pasi¨®n (Joseph Conrad, Henry James, Anton Ch¨¦jov...). En la historia personal del propio Pitol no s¨®lo la literatura ocupa, sin embargo, una posici¨®n central. Viajar ha sido otra de sus grandes pasiones.
Una vida gregaria
En El arte de la fuga cuenta que antes de instalarse en Xalapa, la ciudad mexicana en la que vive desde hace m¨¢s de diez a?os, la suya fue una vida "larga, gustosa y gregaria" en la que frecuent¨® a muchos personajes y habit¨® en pa¨ªses muy distintos. "Al no tener ya a mano a toda esa gente que aliment¨® mi obra, donde los mezclaba y disfrazaba continuamente, empec¨¦ una vida muy solitaria y en contacto con la naturaleza. Eso quiz¨¢ explique el cambio de registro de mis ¨²ltimos libros".
Ahora que vuelve a visitar el Este europeo, donde vivi¨® tantos a?os, no es f¨¢cil resistir la tentaci¨®n de preguntarle a Pitol por sus viajes. Empez¨® por irse de M¨¦xico a China, lo que ya da una idea de su af¨¢n por frecuentar los mundos m¨¢s diversos. "Era una ¨¦poca en que empezaba a abrirse muy t¨ªmidamente la China comunista. Corr¨ªa el a?o 1962 y se iniciaban las primeras relaciones diplom¨¢ticas. M¨¦xico fue uno de los pa¨ªses que inici¨® de inmediato tratos con el gigante asi¨¢tico y Max Aub, que dirig¨ªa un programa de radio en la Universidad, me mand¨® a hacer entrevistas y a contar lo que pasaba. Pek¨ªn, Shanghai, Nankin: estuve cinco meses durante los cuales pude asistir poco a poco al final de ese clima de apertura. El espejismo dur¨® muy poco".
As¨ª que se subi¨® a un tren y, tras un largo viaje, lleg¨® a Mosc¨². "Mi visi¨®n del r¨¦gimen sovi¨¦tico est¨¢ condicionada por el lugar de donde proced¨ªa. En China se clausuraban las m¨ªnimas libertades que exist¨ªan y llegu¨¦ a Mosc¨² cuando se iniciaba el deshielo, as¨ª que tengo recuerdos muy gratos de aquellos momentos". M¨¢s adelante, Pitol se instal¨® en Varsovia, y ocup¨® distintos cargos diplom¨¢ticos en otros pa¨ªses del Este. Pero ¨¦sa ya es otra historia.
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