La obra maestra 'reconocida'
La f¨¢bula de Honor¨¦ de Balzac La obra maestra desconocida es fascinante, tanto por su contexto como por su lecci¨®n. La primera versi¨®n apareci¨® en 1831, en la revista L'Artiste, y fue subtitulada entre par¨¦ntesis como "cuento fant¨¢stico" a la manera de los relatos de E. T. A. Hoffmann. La quinta y definitiva, que vio la luz catorce a?os m¨¢s tarde, se incluy¨® en el conjunto de cuentos Le provincial ¨¤ Paris y su lectura nos asoma a la historia del anciano pintor Frenhofer y su lucha frente a lo inefable a trav¨¦s de la fantas¨ªa y el amor; amor a una mujer, a lo creado por las propias manos, o a ambas cosas a la vez. El relato de Balzac tambi¨¦n sugiere que s¨®lo a trav¨¦s del arte y la poes¨ªa es posible el conocimiento, vislumbrar esa temible morada que es presumiblemente la eternidad, en la que no se entra si no es abrazando la muerte. Sobredosis de barbit¨²ricos, el flujo de la sangre interrumpida... Rothko, Pollock, David Smith... Esa peculiar ilusi¨®n de lo definitivo, la muerte, venerada en los museos y en la educaci¨®n art¨ªstica americana, es la misma que el maestro Frenhofer anticip¨® en su taller ante el s¨²bito descubrimiento de su in¨²til esfuerzo. Queremos ver en el viejo loco al h¨¦roe. Su actitud rom¨¢ntica, su b¨²squeda de un sue?o supuestamente imposible, hace que la influencia cervantina en La obra maestra desconocida sea completamente natural. Flaubert, Dostoievski, Melville... ?C¨®mo no gravitar hacia la ¨®rbita de Balzac?
LA OBRA MAESTRA DESCONOCIDA
Artium
Francia, 24. Vitoria-Gasteiz
Hasta el 28 de mayo
AITOR ORTIZ
'Muros de luz'
Artium
Hasta el 28 de mayo
Con todo, ser¨ªa bueno y esperanzador romper con el decoro interpretativo de La obra... Conscientes de que la superioridad masculina -la superioridad de Frenhofer- es mucho m¨¢s que una ficci¨®n, podemos ver en el relato de Balzac el papel secante que expresa el (¨²til) reconocimiento de la sumisi¨®n de la mujer que se experimenta dividida, atrapada en las contradicciones entre su posici¨®n como ser humano y su vocaci¨®n de musa.
La mujer ideal que los artistas sue?an con generar siempre es un ¨¢ngel, y como tal, irrepresentable. Pero, como ha demostrado la literatura y el psicoan¨¢lisis -Lacan-, la mujer tiene el poder de crearse a s¨ª misma como personaje, incluso el poder de llegar hasta la mujer atrapada en el "texto" y ayudarle a salir fuera. Es una l¨¢stima que en la exposici¨®n que propone Artium sobre la obra de Balzac est¨¦ ausente toda esa valent¨ªa que nos impulsar¨ªa a viajar al otro lado del espejo, hacia la autonom¨ªa art¨ªstica, aunque para ello debamos aceptar las im¨¢genes de la "superficie" del espejo, es decir, la visi¨®n literal que han propuesto la mayor¨ªa de autores -artistas, escritores, cr¨ªticos- sobre las m¨¢scaras m¨ªticas fijadas sobre el rostro de la mujer que han acabado identific¨¢ndola con los modelos eternos que ellos mismos han inventado. ?Podr¨ªa la obra de Balzac apuntar a esa "superficie de cristal"? ?Aceptamos el cuadro de Frenhofer como el ilustre antepasado de la obra m¨¢s admirada y estudiada de Duchamp, el trasunto de un Gran vidrio, perfectamente inacabado, presidido por una novia enigm¨¢tica y deseante que s¨®lo se mueve con la gasolina del amor?
Nada de eso hay en la redun-
dante muestra inspirada por La obra... de Balzac, con el detalle significativo de que de los cuarenta autores que firman las casi doscientas obras presentes en el recorrido, s¨®lo dos -las fotograf¨ªas del Guernica de Dora Maar y un pollockiano Lee Krasner- est¨¢n firmadas por mujeres. La obra de arte desconocida se convierte as¨ª en "re-conocida", en el doble sentido, en el de la glotoner¨ªa de despacharse con los grandes nombres (eso s¨ª, representados por obras menores) -Picasso, Mir¨®, Kandinsky, Rembrandt, Rodin, Rubens, C¨¦zanne- y el del d¨¦j¨¤ vu que sugiere la inevitable y latente ansiedad del canon.
Unos pasos m¨¢s all¨¢ de esta colectiva, el visitante podr¨¢ descubrir un trabajo que a?ade una dosis de reconocimiento a algunos autores j¨®venes que evitan castigar su capacidad imaginativa, al contrario que la mayor¨ªa de fot¨®grafos aquejados del s¨ªndrome del "efecto real". Se trata de la serie fotogr¨¢fica de Aitor Ortiz (Bilbao, 1971), Light box / Light walls, en su segunda individual en un museo tras su paso, en 2002, por la Sala Rekalde.
Esta cuidada muestra nos
obliga a volver sobre nuestros pasos a trav¨¦s de uno de los p¨¢rrafos m¨¢s elocuentes de Balzac: "(Frenhofer) Ha meditado profundamente sobre los colores, sobre la verdad absoluta de la l¨ªnea; pero sus muchas pesquisas le han llevado a dudar del objeto mismo de sus indagaciones. En sus momentos de zozobra pretende que el dibujo no existe y que no se pueden plasmar con trazos m¨¢s que figuras geom¨¦tricas, lo cual est¨¢ m¨¢s all¨¢ de la verdad, ya que con el trazo y el negro, que no es un color, se puede hacer una figura". La exaltaci¨®n de esta b¨²squeda tiene en las fotograf¨ªas de Ortiz su apoteosis. Impresas sobre grandes planchas de aluminio, un soporte que les confiere un tono metaf¨ªsico o visionario cercano a lo sublime, estas im¨¢genes de paisajes inventados son elogios de la sombra que proyectan las piedras en escenarios, abandonados, parajes que agitan nuestras pasiones y nuestra curiosidad pues muestran sus cicatrices, sus grietas, son fuentes de imitaci¨®n profana del desamparo, sufrimiento y plenitud del alma humana que no oculta su v¨¦rtigo ante la idea de la cesaci¨®n del ser.
Como la mujer desaparecida en la saciedad de la vida de Frenhofer, estos espacios excavados en la licenciosa naturaleza recorren otra dimensi¨®n para poder ser explicados. Afirman as¨ª la alegor¨ªa como modo verdaderamente simb¨®lico de la representaci¨®n. No importa que el artista haya generado esas im¨¢genes desde los parnasos fr¨ªos del photoshop, pues ¨¦stas acaban encarnando la tradici¨®n del paisaje rom¨¢ntico sin verse superadas por una lectura contingente. De esta manera, quienes m¨¢s luz pueden arrojar sobre estos ¨²teros de la tierra son los relatos literarios, como conciencias insubordinadas nunca dispuestas a dejarse atrapar en la oscuridad de los salones, librer¨ªas y museos respetables.
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