?Cocinas o trabajas?
De repente, todo es cocina a nuestro alrededor. Los peri¨®dicos, a punto de agotar el cat¨¢logo de los coleccionables educativos, pasan del recetario de platos ex¨®ticos al envasado del comestible en s¨ª, y ser cocinero hoy es ser una estrella. O dos. Pones la tele a las seis de la tarde, que es una hora tan llana, y all¨ª est¨¢n ellos: unos muchachos con delantal blanco compitiendo bajo la mirada de un chef que, como un verdadero jefe, les ri?e por no limpiar las cacerolas. Acaba ese Duelo de chefs (Cuatro), y la misma cadena ofrece un resumen de O¨ªdo cocina. Pero es que llega la hora punta de las diez de la noche, y Tele 5 estrena Esta cocina es un infierno, a la que dedica, entre unas cosas y otras, cuatro horas de su parrilla. La noci¨®n concursante de la vida, que avanza.
El nuevo reality show de Tele 5 se hizo, al menos esa primera noche, interminable, y desde casa, bien cenado, uno simpatizaba con los 50 figurantes sentados a las mesas del restor¨¢n de ficci¨®n, que aguardaron hasta casi la una de la madrugada sin probar bocado; algunos se atrevieron con el panecillo. La idea no puede estar m¨¢s ayuna de inventiva; doce famosos (alguno, ex) han aceptado encerrarse en una casa tres meses bajo la estricta gobernancia de Sergi Arola y Mario Sandoval, que les dar¨¢n clases y les har¨¢n cocinar a toda leche para servir, es de esperar que m¨¢s pronto que anteayer, a los comensales; divididos los doce en dos equipos, su trabajo ser¨¢ juzgado por un tribunal de expertos, que ir¨¢n puntuando y eliminando. Entre los doce, reclutados principalmente en el mundo del modelaje, la danza y el dolce far niente, dio gusto recuperar no dir¨¦ que al padre Apeles pero s¨ª a Bienvenida P¨¦rez, una valenciana en la corte de la reina Isabel. ?O ya no se acuerdan ustedes de Lady Buck? Nobleza obliga. Bienvenida pas¨® desde las cocinas a la casa del encierro llevando bolso y gorro muy regiamente (a otros les sentaba m¨¢s bien frigio), y a continuaci¨®n empez¨®, tambi¨¦n retransmitida, la convivencia. Confiemos en que Dios les baje a ver en los fogones.
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