Aferrados a la justicia

"Nos sentimos como David contra Goliat, en una pelea en la que el tiempo corre en nuestra contra. Pero estamos arropados por el poder de la raz¨®n y del sentido com¨²n, y por eso vamos a seguir luchando". El transcurso de casi un a?o de decepciones, esperanzas truncadas, desplantes y olvido no ha mellado el deseo de Carmen Mu?oz de continuar reclamando donde proceda y ante quien sea lo que considera justo. Ella es una de los 157 profesores interinos que han perdido su estabilidad laboral por no poder acreditar de forma suficiente el conocimiento del euskera exigido para dar clase en la red p¨²blica vasca. Su caso pas¨® a ser objeto de discusi¨®n y debate p¨²blico cuando la mitad de ellos comenzaron el 21 de febrero de 2005, hace casi un a?o, un encierro en el instituto Bertendona de Bilbao para reclamar al Departamento de Educaci¨®n una salida para su situaci¨®n.

El apoyo a sus reclamaciones por parte de CCO, UGT, PP y PSE, las declaraciones de las formaciones nacionalistas a favor de una salida dialogada -todo ello en periodo electoral-, las posturas en su defensa del Ararteko, el Defensor del Pueblo o la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, entre otros, no movieron un ¨¢pice ni la decisi¨®n del Gobierno vasco, que hab¨ªa aprobado en 2004 el decreto que generaba esta situaci¨®n. Ni tampoco la postura de los sindicatos ELA, LAB y STEE-EILAS, que hab¨ªan firmado el acuerdo con el Ejecutivo que propici¨® esta medida.

Al contrario. La anterior titular de Educaci¨®n, Anjeles Iztueta (EA), desech¨® el camino del acuerdo y apost¨® por una cruda confrontaci¨®n, en la que lanz¨® duras recriminaciones acerca de la capacidad y de la voluntad de aprender euskera de los afectados. Tras m¨¢s de cuatro meses sin coseguir los frutos pretendidos, los profesores interinos suspendieron el encierro, aunque a partir de septiembre pasado continuaron sus reclamaciones, de nuevo sin ¨¦xito, frente al nuevo consejero, Tontxu Campos, tambi¨¦n de Eusko Alkartasuna. El desgaste ante la falta de resultados, la necesidad de continuar sus estudios subvencionados de euskera y el logro de plazas provisionales han mermado el n¨²mero de profesores interinos que siguen en la brecha, reclamando la restituci¨®n de lo que consideran su derecho a la estabilidad.

No obstante, cuarenta de ellos siguen manifest¨¢ndose todas las semanas frente a las sedes de PNV y EA en Bilbao, y no cejan en una batalla que se niegan a dar por perdida. "Es cierto que algunos se han enfriado, pero la mayor¨ªa contin¨²a indignada por lo que estamos viviendo. Por eso seguimos adelante. Adem¨¢s, creemos que la readmisi¨®n es factible y vamos a luchar por ello", explica Pablo Garc¨ªa de Vicu?a.

En la justicia, la metaf¨®rica y la real, basan sus esperanzas. La sentencia dictada en octubre por el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco sobre el recurso de CC OO contra la p¨¦rdida de estabilidad, que estableci¨® que se pod¨ªan exigir perfiles ling¨¹¨ªsticos en euskera en plazas para dar asignaturas en castellano sin haber demostrado su necesidad, gener¨® una ilusi¨®n que se esfum¨® cuando el Gobierno vasco la recurri¨® ante el Tribunal Supremo. "Esto le obligaba, le obliga y le obligar¨¢ a modificar el decreto, pero mientras tanto tratan de dilatar el resultado final y siguen convirtiendo las plazas de castellano en euskera, aunque no hagan falta", critican Pablo y Carmen. Una denuncia que ratifica el secretario general de Ense?anza de Comisiones Obreras, Javier Nogales.

Mari Jos¨¦ es una de las tres personas que durante este convulso periodo han recibido la incapacidad laboral absoluta, en su caso por la reaparici¨®n de una grave enfermedad. Su lucha ha pasado a ser otra, pero no deja de apoyar siempre que puede a sus compa?eros para reparar lo que califica como una injusticia, que ejemplifica en uno de los numerosos casos concretos que se pueden encontrar. "Una compa?era llevaba 14 a?os en el mismo centro, siete de ellos atendiendo a chavales problem¨¢ticos. Por la falta de perfil pierde la estabilidad y su puesto lo ocupa otra persona que al mes y medio est¨¢ de baja y su puesto queda sin cubrir. ?Qu¨¦ se les puede decir entonces a los padres? ?En qu¨¦ ha mejorado la oferta docente para sus hijos?", se preguntan.