La batida contra los estorninos en Figueres acaba con 3.000 aves

El Ayuntamiento de Figueres ha decidido declarar la guerra a la plaga de estorninos del Parc Bosc y no ha reparado en medios. Unos 50 cazadores, repartidos por diversas zonas del parque urbano situado junto al hospital, dispararon el pasado martes al un¨ªsono sus escopetas contra los p¨¢jaros. El Ayuntamiento de Figueres cifr¨® ayer en unos 3.000 los p¨¢jaros eliminados, aunque a la hora de evaluar la efectividad del expeditivo m¨¦todo empleado, se guard¨® mucho de calificarlo como un ¨¦xito. Los p¨¢jaros ya hab¨ªan vuelto ayer al parque figuerense, en el que permanec¨ªan tambi¨¦n un centenar de p¨¢jaros heridos.

Ya en el momento de los disparos sincronizados, se hizo evidente que era como querer acabar con mosquitos a ca?onazos. Algunos p¨¢jaros cayeron abatidos bajo los ¨¢rboles, pero otros miles salieron volando en una gran estampida, lo cual puso de manifiesto que el m¨¦todo dista mucho de ser definitivo. El concejal de Medio Ambiente de Figueres, Pere Pujol, admiti¨® ayer que las 3.000 aves "no son nada comparadas con toda su poblaci¨®n".

La operaci¨®n, controlada por efectivos coordinados de la Guardia Urbana, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil, se llev¨® a cabo a las 21.45 horas, con las calles adyacentes cortadas al tr¨¢fico de veh¨ªculos y viandantes.

El consistorio figuerense, que ya ha experimentado con todo tipo de m¨¦todos para ahuyentar a los estorninos, reclama una implicaci¨®n de la Generalitat a la hora de erradicar lo que considera una plaga que sobrepasa su capacidad de actuaci¨®n.

Cerca de un centenar de p¨¢jaros heridos continuaban ayer pululando entre los arbustos del Parc Bosc, despertando la compasi¨®n de los vecinos. Algunos de ¨¦stos, reunidos en corros, consideraban indignante el espect¨¢culo de los p¨¢jaros ensangrentados, con las alas o las patas rotas. Un transe¨²nte se dedic¨® a extraer los perdigones de los p¨¢jaros para lanzarlos de nuevo al vuelo.

Otros vecinos no se mostraban tan compasivos con los p¨¢jaros, a los que consideran responsables de un grave problema sanitario. Desde la gripe aviar, la aversi¨®n de los vecinos hacia esos p¨¢jaros se ha incrementado. Sus excrementos son perfectamente visibles en muchas zonas del parque. Los agricultores se quejan tambi¨¦n de los p¨¢jaros y aseguran que se alimentan del grano de sus cultivos, diezmando sus cosechas.