Cient¨ªficos y particulares recurrir¨¢n el reglamento de contaminaci¨®n lum¨ªnica

La asociaci¨®n Cel Fosc presentar¨¢ un recurso contencioso administrativo contra la Generalitat por considerar que el nuevo reglamento sobre contaminaci¨®n lum¨ªnica, aprobado en mayo de 2005, no se corresponde con el texto elaborado por la comisi¨®n t¨¦cnica, el organismo facultado para esta funci¨®n. La asociaci¨®n est¨¢ integrada por cient¨ªficos y particulares que luchan contra el exceso de luz artificial nocturna en el campo y las ciudades.

Seg¨²n Pere Horts, presidente de Cel Fosc, "los puntos clave son la alteraci¨®n en el nuevo reglamento de la definici¨®n de las zonas y los niveles lum¨ªnicos". Seg¨²n la norma de la comisi¨®n t¨¦cnica, el territorio se divid¨ªa en zonas en funci¨®n del grado de contaminaci¨®n lum¨ªnica permitida. Las zonas E1 son los espacios naturales y protegidos, con una permisividad cero de emisi¨®n de luz por encima del horizonte. Las E2 corresponden a ¨¢reas rurales, y las E3 y E4 son los n¨²cleos urbanos de mayor contaminaci¨®n por su actividad social.

Adem¨¢s, se establece que las ¨¢reas E1 deben estar siempre rodeadas por una franja de protecci¨®n de dos a cinco kil¨®metros. En el nuevo reglamento aprobado, "las franjas de protecci¨®n desaparecen y las zonas E2 son casi inexistentes", explic¨® Josep Maria Bosch, vicepresidente de Cel Fosc. Bosch a?adi¨® que se "considera zona E3 cualquier suelo urbanizable". As¨ª, s¨®lo con la existencia de un plan de urbanizaci¨®n una zona puede enviar un 10% m¨¢s de luz por encima de la l¨ªnea del horizonte.

Respecto a los niveles luminot¨¦cnicos, el nuevo reglamento establece una potencia m¨¢xima de emisi¨®n de 35 lux, 10 m¨¢s de los calculados por la comisi¨®n t¨¦cnica. "No somos conscientes de los enormes efectos que la contaminaci¨®n lum¨ªnica tiene sobre los ecosistemas nocturnos", coment¨® Jordi Iparraguirre, secretario de Cel Fosc. "Con la iluminaci¨®n excesiva podemos provocar la extinci¨®n de algunas especies de anfibios, aves e insectos", se?al¨®.

Iparraguirre explic¨® que la contaminaci¨®n lum¨ªnica tiene costes ambientales, sociales y, sobre todo, econ¨®micos. "La cantidad de energ¨ªa malgastada iluminando el cielo de Catalu?a durante un a?o es la misma que emplea Renfe para hacer funcionar los trenes el¨¦ctricos de toda Espa?a", precis¨® aportando datos de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a.

"No exigimos que se viva a oscuras," aclar¨® Horts, "s¨®lo es cuesti¨®n de impedir la iluminaci¨®n en direcci¨®n al cielo y reducir, en los l¨ªmites de lo posible, la reflexi¨®n sobre el suelo".