Las aguas primordiales de Maine
Visita a las marismas salobres del noreste de Estados Unidos
Dibujado en gran parte por el litoral atl¨¢ntico y la frontera con Canad¨¢, el Estado de Maine es casi tan grande como el resto de la regi¨®n de Nueva Inglaterra. Al llegar por una de sus pocas carreteras, se puede leer: "Maine: as¨ª tendr¨ªa que ser la vida". Un lema que seguramente comparten los muchos estadounidenses que veranean en sus costas. Vienen atra¨ªdos por el clima, las playas rocosas, los pueblos. No muy lejos de todo aquello sorprende un paisaje litoral en constante cambio, que var¨ªa entre lo prosaico y lo paradis¨ªaco en cuesti¨®n de horas. Son las marismas salobres de Maine.
De camino a la playa o a alguna marisquer¨ªa, uno suele pasar de largo sin advertir su atractivo. La pleamar esconde un manto de hierbas en descomposici¨®n y sus aguas cobijan peces de nombres tan curiosos como espinoso o pez momia. En bajamar emergen islas de maleza arremolinada y quedan al descubierto los fondos de fango, resquebrajados como rompecabezas. Hay que abstraerse de la tentaci¨®n de seguir la autopista en busca de un plato de langosta para poder adentrarse en los misterios milenarios de las marismas y comprender la atracci¨®n que ejercen sobre ec¨®logos y artistas.
Las marismas forman ecosistemas muy f¨¦rtiles: producen m¨¢s de 20 toneladas de materia org¨¢nica por hect¨¢rea (superando a las tierras agr¨ªcolas) y casi tanto ox¨ªgeno como una selva tropical. Las plantas herb¨¢ceas toleran la sal y sirven de alimento a aves, mam¨ªferos, reptiles e invertebrados. Y la pantanosa franja costera amortigua el encuentro entre tierra y oc¨¦ano, filtra sedimentos y nutrientes, pero tambi¨¦n absorbe contaminantes.
"Los vientos, el mar y las mareas en movimiento son lo que son... Nadie puede escribir sinceramente sobre el mar y olvidarse de la poes¨ªa...", anot¨® Rachel Carson, la autora de Primavera silenciosa, libro publicado en 1962 que todav¨ªa se considera un pilar del movimiento ecologista. Tras el ¨¦xito del libro, Carson compr¨® una casa de verano en la costa de Maine, y seis a?os despu¨¦s de su muerte se puso su nombre a una reserva natural creada en aquel lugar. La Rachel Carson National Wildlife Refuge se fund¨® para preservar los estuarios y ocupa unas 2.000 hect¨¢reas. Desde Wells se puede recorrer un sendero panor¨¢mico de un kil¨®metro y medio de largo que permite descubrir la parte de las marismas donde el r¨ªo Little se bifurca para convertirse en el arroyo Branch y el r¨ªo Merriland.
Ideas y sensaciones
Muchos artistas locales pintan all¨ª al aire libre, atra¨ªdos por un lugar que proporciona, seg¨²n lo describe George Burk, "un entorno para la meditaci¨®n y la renovaci¨®n personal en un mundo primordial rebosante de vida que suscita ideas y sensaciones". A otra artista, Pat Hardy, trabajar en las marismas le ha ense?ado a conocer el ritmo de las mareas y las posiciones de la luna. "Debido a los cambios constantes del paisaje, siempre trabajo en tres o cuatro pinturas a la vez", a?ade mientras caminamos entre la niebla.
Las recompensas para quien se adapte al ritmo de las marismas pueden ser muchas; por ejemplo, descubrir una foca en la orilla de la playa. Tambi¨¦n se observan correlimos blancos, picogordos, petirrojos, juncos pizarrosos, cucharas comunes... A los no iniciados les puede sonar a poema en prosa, pero para los aficionados a la observaci¨®n de las aves es otra p¨¢gina en su "lista de la vida" que recoge los nombres de todos los p¨¢jaros que han avistado a lo largo de sus excursiones.
La reserva Wells tiene m¨¢s de 230 especies en su lista. Linda Woodard, la directora del Scarborough Marsh Nature Center, env¨ªa por correo el¨¦ctronico su Bird Alert, donde avisa a los observadores de aves de lo que se divisa. Por ejemplo, una garza ceniza, con su cuello en forma de ese y sus casi dos metros de envergadura.
Los ind¨ªgenas sokokis cazaban, pescaban y desenterraban almejas en estos pantanos. Los colonos vinieron al sur de Maine por los pastos y los campos de heno ya despejados. Para el viajero de hoy existen muchas maneras de disfrutar de las marismas, con o sin gu¨ªa. No debe perderse esta reserva Wells, con sus instalaciones cient¨ªficas en una granja hist¨®rica, la Laudholm Farm, y los 11 kil¨®metros de senderos que serpentean por bosques, prados, marismas, playas y dunas. Abierta todo el a?o, para visitarla s¨®lo se pide que no se saquen m¨¢s que fotos y no se dejen m¨¢s que pisadas.
![Avistamiento de aves en un pantano de Biddeford Pool, al sur del Estado de Maine, donde se encuentra tambi¨¦n la reserva nacional de Rachel Carson.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AWX4RCD4KPMLEXQW5BHWIKUPNI.jpg?auth=5ba41747fea49615a462e840af3eeb7fb459bd4992209b405d4ae6e60d8d118e&width=414)
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos- Prefijo telef¨®nico: 001.- Capital de Maine: Augusta.C¨®mo ir- US Airways (901 117 073; www.usairways.com) ofrece vuelos de ida y vuelta a Portland, con salida desde Madrid y escala en Filadelfia, a partir de 657 euros.- Continental Airlines (900 961 266; www.continental.com). Vuelos de ida y vuelta Madrid-Portland, con escala en Nueva York, a partir de 662 euros.Informaci¨®n- Embajada de Estados Unidos en Madrid (915 87 22 00; www.embusa.es).- www.visitmaine.com.- Reserva natural Rachel Carson (rachelcarson.fws.gov; 207 646 92 26).- www.wellsreserve.org; 207 646 15 55.
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