Las venganzas chi¨ªes dejan 130 muertos y 170 mezquitas quemadas en Irak
El principal partido de la minor¨ªa sun¨ª abandona las conversaciones para formar Gobierno
Las represalias contra sun¨ªes desatadas por el ataque a la mezquita chi¨ª de Samarra pusieron ayer a Irak al borde de la guerra civil. Los 130 cad¨¢veres que se contaron al final del d¨ªa tal vez no superen a los de matanzas anteriores, pero marcan un peligroso cambio cualitativo. Por primera vez, grupos radicales chi¨ªes responden abiertamente a la agresi¨®n de los insurgentes (sun¨ªes) con asesinatos de sun¨ªes. El Partido Isl¨¢mico, principal grupo pol¨ªtico de esa comunidad, abandon¨® las conversaciones para un Gobierno de unidad nacional.
El Partido Isl¨¢mico ha declarado a trav¨¦s de un portavoz que no se reincorporar¨¢ a las negociaciones hasta que las autoridades no pidan disculpas por las agresiones a las mezquitas sun¨ªes.
Los chi¨ªes representan entre el 55% y el 65% de la poblaci¨®n iraqu¨ª, mientras los sun¨ªes son un 20% de los 25 millones del pa¨ªs.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declar¨® ayer en Washington que comprende la consternaci¨®n y preocupaci¨®n de los chi¨ªes iraqu¨ªes y agradeci¨® el llamamiento a la calma de los l¨ªderes de las distintas comunidades del pa¨ªs. Esos l¨ªderes, a?adi¨®, tienen claro que "el pueblo iraqu¨ª quiere vivir en democracia" y que el objetivo del atentado del mi¨¦rcoles era crear un "conflicto civil".
Muchos residentes de Bagdad segu¨ªan neg¨¢ndose ayer a la evidencia. "No ha habido m¨¢s disparos que cualquier otro d¨ªa", aseguraba Al¨ª Shab¨¢n, un residente del barrio bagdad¨ª de Karrada contactado por tel¨¦fono. Este empleado de una empresa gubernamental relataba sin embargo c¨®mo la vecina mezquita de Faraj Al¨ª al Saleh hab¨ªa sido atacada durante la madrugada por hombres del Ej¨¦rcito del Mahdi, la milicia del cl¨¦rigo radical chi¨ª M¨²qtada al S¨¢der. "Ahora est¨¢ rodeada por la Guardia Nacional y todo ha vuelto a la calma", manifestaba convencido de que lo mismo suceder¨¢ en el resto del pa¨ªs.
Las autoridades iraqu¨ªes no parecen estar tan seguras. Ayer suspendieron todos los permisos a polic¨ªas y soldados para reforzar la protecci¨®n de las mezquitas y barrios sun¨ªes en Bagdad y otras ciudades de mayor¨ªa chi¨ª. No en vano en las 24 horas transcurridas desde el atentado contra la Mezquita Dorada de Samarra, cuarto lugar sagrado de los chi¨ªes en Irak, los exaltados atacaron 171 mezquitas sun¨ªes y mataron a 130 personas, entre ellas 10 predicadores sun¨ªes, seg¨²n el Consejo de Ulemas.
En el incidente m¨¢s sangriento, 47 hombres que regresaban de una manifestaci¨®n contra la violencia intercomunitaria en Bagdad fueron asesinados en un falso control de carreteras a las afueras de la capital. Entre las v¨ªctimas hab¨ªa tanto chi¨ªes como sun¨ªes, seg¨²n fuentes del Ministerio del Interior. Otras 16 personas murieron en Baquba, una ciudad de poblaci¨®n mixta, al estallar una bomba en un mercado al paso de una patrulla del Ej¨¦rcito iraqu¨ª.
Tras una reuni¨®n con los l¨ªderes de los diferentes grupos pol¨ªticos, excepto el sun¨ª Frente del Acuerdo Iraqu¨ª, el presidente iraqu¨ª, Yalal Talabani, lanz¨® una advertencia contra "el fuego de la sedici¨®n que, si se abraza, puede quemar todo a su paso y no dejar¨¢ a nadie a salvo". Ha sido el reconocimiento m¨¢s claro de que el pa¨ªs se encuentra al borde de una guerra civil abierta.
"Mi impresi¨®n es que los insurgentes est¨¢n divididos. Una parte quiere negociar y la otra no", declar¨® a la agencia Reuters Faleh Abdul Jabbar, una autoridad en los grupos pol¨ªticos chi¨ªes de Irak.
El Consejo de Ulemas, la m¨¢s alta instituci¨®n religiosa sun¨ª, lanz¨® ayer una inusual cr¨ªtica al l¨ªder espiritual de los chi¨ªes, el gran ayatol¨¢ Al¨ª Sistan¨ª. Sin mencionar por su nombre, le responsabiliz¨® de haber inflamado la violencia con su llamamiento a las protestas.
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