Escritura exuberante

No es ¨¦ste un libro de cuentos al uso porque todo ¨¦l esta traspasado por una escritura torrencial que saquea y unifica todas las historias y diluye las tramas espec¨ªficas y, por el contrario, favorece la mezcla de lenguaje l¨ªrico y narrativo, las maneras oblicuas de referirse a los acontecimientos y las remembranzas de pel¨ªculas, canciones y obras literarias. Hay, por otra parte, un personaje que lo canaliza todo, el Cazador de Santos, que, como un Van Helsing posmoderno, se propone dar caza a los h¨¦roes de las diversas secciones, ¨¢ngeles o demonios, seres tiernos o disparatados surgidos de una imaginaci¨®n desbordante, aunque no para destruirlos como los vampiros que persegu¨ªa el m¨ªtico personaje de Stoker sino para mirarlos de frente y despu¨¦s amarlos o detestarlos. Fres¨¢n habla de santos, de Dios y de Jesucristo, del cielo y del infierno, pero tambi¨¦n de asesinos en serie, de personajes esquizofr¨¦nicos y de seres perdidos en un mundo desastrado. Y en la mirada con que se contempla ese mundo hay descr¨¦dito y parodia pero tambi¨¦n devoci¨®n y verdad.

"En el principio era el Verbo" se dice en la Biblia y en este libro, una expresi¨®n que da sentido a la religi¨®n y al arte y seguramente por esto, el artista que escribe est¨¢ siempre presente con sus comentarios y digresiones. El autor o narrador, no siempre distinguibles, no puede mantener la l¨ªnea recta en la narraci¨®n y se ve impelido a alimentar un fluir textual casi infinito, barroco, a veces desquiciado o alocado pero remansado en ocasiones en impagables fragmentos l¨ªricos. Creo que lo que el libro propone es similar a lo que en t¨¦rminos cinematogr¨¢ficos se da en algunas pel¨ªculas de Godard. El autor es como un vampiro que roba versos, copia escenas de pel¨ªculas o evoca canciones populares. Tan impregnada est¨¢ la po¨¦tica del autor del contexto cultural e hist¨®rico que le rodea que, en esta reedici¨®n del libro publicado en Argentina en 1993, Fres¨¢n ha puesto al d¨ªa numerosas referencias y ha a?adido dos relatos que se refieren al atentado a las Torres Gemelas y a Copito de Nieve y que incluyen una impecable s¨ªntesis par¨®dica de El c¨®digo Da Vinci.

Este libro, lleno de vida y

color, con fragmentos de gran aliento literario, sienta las bases de una po¨¦tica que ya no abandonar¨¢ al autor. Las constantes referencias a su mundo cultural, la creaci¨®n de lugares m¨ªticos (la ciudad de Canciones Tristes, por ejemplo) o el tema de la inconmensurabilidad del universo y la peque?ez del individuo que, sin embargo, cultiva grandiosos deseos y de ah¨ª surge la infelicidad. Viene a decir el autor que no es posible entender la vida y el arte sin la desmesura humana y el fracaso que la acompa?a. Como demostraci¨®n podemos ver el momento en que unos productores de Hollywood se proponen filmar la crucifixi¨®n y resurrecci¨®n de Jesucristo, una pel¨ªcula con tan exuberantes efectos especiales que deje por inservibles a todas las dem¨¢s pel¨ªculas b¨ªblicas. "Quiero una pel¨ªcula que provoque conversiones en masa al cristianismo", declara el responsable. Y el resultado es espectacular pero tambi¨¦n desastroso. Y tambi¨¦n c¨®mico para el lector, una comicidad liberadora.