La gobernanza de la globalizaci¨®n
HACE UNOS MESES, Unocal, novena petrolera de Estados Unidos, recibi¨® una oferta de compra por parte de la multinacional Chevron, que le puso un precio. Estando en esas negociaciones, CNOOC, una petrolera china, subi¨® la puja por Unocal, lo que fue bien recibido por sus accionistas. Cuarenta congresistas y senadores de EE UU suscribieron un manifiesto, preocupados porque una empresa energ¨¦tica china adquiriese una norteamericana, dadas sus implicaciones econ¨®micas (las tensiones del mercado) y de seguridad nacional (I+D). La propuesta china fue rechazada por motivaciones pol¨ªticas. Unos meses antes, la empresa china l¨ªder en producci¨®n de ordenadores, Lenovo, hab¨ªa comprado sin dificultades la divisi¨®n de ordenadores port¨¢tiles de IBM.
Las interferencias pol¨ªticas en la compra de empresas se dan en casi todos los pa¨ªses, empezando por EE UU. El problema es que no hay reglas ni instituciones adecuadas para gobernar la globalizaci¨®n econ¨®mica
Ambos casos, contradictorios, se han dado en la patria del librecambismo te¨®rico: EE UU. La principal diferencia fue la consideraci¨®n de la energ¨ªa como sector estrat¨¦gico. Pero ellos, as¨ª como la resoluci¨®n de las sucesivas OPAS (ofertas p¨²blicas de adquisici¨®n de acciones) sobre Endesa -o la de la multinacional india Mittal Steel sobre la europea Arcelor- indican que en el marco de la globalizaci¨®n todav¨ªa no hay reglas de juego claras, ni organismos globales que las supervisen y hagan de garantes de la igualdad de oportunidades. Se trata de la gobernanza de nuestro mundo en un momento en que la pujanza de los Gobiernos y de los Estados-naci¨®n no es la misma que hace tan s¨®lo una d¨¦cada.
Hace unos a?os, el que fuera presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, lanz¨® la idea de un Consejo de Seguridad Econ¨®mica, en el seno de la ONU (a semejanza del ya existente para resolver los conflictos de la pol¨ªtica internacional, aunque sin derechos de veto y representativo de las diversas zonas del mundo) para instalar los sem¨¢foros econ¨®micos y firmar las multas a quienes se los salten cuando est¨¦n en rojo, facilitar la circulaci¨®n cuando figura el verde y poner pegas cuando su color es el ¨¢mbar.
La contraopa de E.ON sobre Endesa plantea, adem¨¢s de todos los problemas pol¨ªticos y econ¨®micos que estos d¨ªas se est¨¢n abordando, uno m¨¢s: la tesis de los campeones nacionales (que sustituy¨® a la de los n¨²cleos duros empresariales) para los sectores estrat¨¦gicos, ?no deber¨ªa ser sustituida por la de los campeones europeos, dados los niveles de integraci¨®n regional de nuestra zona y las exigencias de coherencia europe¨ªsta que se hacen todos los d¨ªas desde casi todos los puntos de vista? ?sta es otra utop¨ªa, factible pero utop¨ªa, dado que la mayor parte de los mercados energ¨¦ticos de los pa¨ªses europeos est¨¢n cerrados y no se contempla en ellos el principio de reciprocidad.
Una ¨²ltima reflexi¨®n nos debe llevar al origen del incre¨ªble enconamiento pol¨ªtico a que ha llevado el futuro de Endesa, con intervencionismos de todos los signos. La pol¨ªtica de privatizaciones llevada a cabo por el Partido Popular en el periodo 1996-2004 llev¨® a la sustituci¨®n del antiguo sector p¨²blico empresarial por un sector privado gubernamental: las empresas se privatizaban, pero se dejaba al frente de las mismas a personas no conocidas por su capacidad de gesti¨®n en cada sector, sino por su cercan¨ªa a los gobernantes. Telef¨®nica, Altadis, Repsol, Argentaria, Endesa... son manifiestos ejemplos de ello. El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, ha declarado que su presencia en el consejo de administraci¨®n de la antigua el¨¦ctrica p¨²blica se debe a haber sido consejero dominical (representante del capital) en representaci¨®n de Ibercaja, uno de los accionistas de Endesa. Sin dejar ello de ser cierto, todo el mundo sabe que en su nombramiento como presidente fue determinante la amistad con el vicepresidente econ¨®mico del PP, Rodrigo Rato.
Es dif¨ªcil que los socialistas puedan escandalizarse por este hecho cuando algunos de ellos tanto han intervenido en la operaci¨®n de Gas Natural sobre Endesa y antes lo hicieron para cambiar la propiedad y la presidencia del BBVA y la de Repsol. Por ejemplo.
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