Merkel, salida fulgurante
La canciller alemana disfruta de gran popularidad tras sus primeros 100 d¨ªas en el poder
La canciller federal alemana, la democristiana de 51 a?os Angela Merkel, vive un idilio con el electorado cuando se cumplen los primeros 100 d¨ªas de su Gobierno de gran coalici¨®n con los socialdem¨®cratas (SPD). Pisar fuerte en los escenarios de la pol¨ªtica internacional y barrer debajo de la alfombra, para dejar aplazadas las cuestiones m¨¢s conflictivas en la coalici¨®n, han elevado a Merkel hasta las cotas m¨¢s altas de popularidad. Mientras tanto, al SPD le ha tocado bailar con la m¨¢s fea y no levanta cabeza en los sondeos: un 32% votar¨ªa ahora al SPD, y un 40%, a la democracia cristiana (CDU/ CSU).
Hasta el rictus de amargura se le ha borrado de la cara. Todo el lenguaje corporal de Merkel transmite dinamismo y seguridad en s¨ª misma. Nada que ver con el aire depresivo de los d¨ªas posteriores a la exigua victoria electoral del 18 de septiembre, cuando las urnas dieron a Merkel y la CDU/CSU un resultado muy por debajo de los pron¨®sticos. La firme instalaci¨®n de la nueva canciller en el poder se inici¨® en pol¨ªtica internacional. El ex canciller socialdem¨®crata Schr?der y su ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, no hab¨ªan cesado de poner en tela de juicio e incluso mofarse de la capacidad de Merkel en ese terreno.
Todo empez¨® con su ¨¦xito en la cumbre de la UE del pasado diciembre en Bruselas. Merkel consigui¨® mediar entre Francia y Reino Unido y sacar adelante los presupuestos europeos, que se encontraban empantanados. A partir de esa actuaci¨®n, Merkel recorri¨® las grandes capitales y la cr¨ªtica regi¨®n de Israel y Palestina. El presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, pas¨® de los abrazos entre machos con Schr?der al gesto galante de besar la mano de Merkel y aceptar que habr¨¢ buenas relaciones franco-alemanas, pero sin la cercan¨ªa del anterior periodo.
Lo mismo ocurri¨® en Rusia con el presidente, Vlad¨ªmir Putin, buen amigo de Schr?der. Merkel dej¨® clara la importancia de la alianza estrat¨¦gica entre Alemania y Rusia, pero se entrevist¨® con la oposici¨®n a Putin, a quien sin duda no extender¨¢, como hizo Schr?der, un certificado de buena conducta como dem¨®crata y por su pol¨ªtica en Chechenia. Super¨® bien Merkel un malentendido con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, sobre el papel de Estados Unidos en el secuestro del ciudadano alem¨¢n de origen liban¨¦s El Masri, e incluso se permiti¨® criticar el campo de prisioneros de Guant¨¢namo en v¨ªsperas de su visita a Washington.
En la Casa Blanca, el presidente la defini¨® ante la prensa como "una persona sagaz, decidida y amante de la libertad". A Bush le impresion¨® el relato de Merkel sobre su juventud en la Alemania comunista.
Merkel ha conseguido consagrarse en un escenario que le resultaba ajeno, la pol¨ªtica internacional, y ha dejado para sus ministros, sobre todo los del SPD, las ingratas labores de intendencia. Con ¨¦xito, porque las cifras de popularidad de la canciller suben hasta niveles no alcanzados ni en sus mejores d¨ªas por ninguno de sus dos antecesores, el democristiano Helmut Kohl y Schr?der. A la pregunta de si considera a Merkel una canciller capaz de imponerse, respond¨ªa de forma afirmativa un 61% el pasado noviembre. Ahora ese porcentaje subi¨® a un 74%. Con un 2,2 en una escala de -5 a +5, Merkel es la segunda pol¨ªtica m¨¢s querida de Alemania. S¨®lo la supera su populista ministro de Agricultura y Consumo, Horst Seehofer, un rival dentro de las propias filas democristianas. En un enfrentamiento directo por la canciller¨ªa, un 53% votar¨ªa por Merkel y s¨®lo un 23% por el presidente del SPD, Matthias Platzeck. La pol¨ªtica interior alemana ha experimentado sin duda con la gran coalici¨®n un cambio de clima. Al pesimismo galopante de los d¨ªas de la agon¨ªa del Gobierno de Schr?der le ha sucedido una aut¨¦ntica subida de ¨¢nimo que carece de un s¨®lido sustento en la realidad.
Las cifras de parados de febrero han vuelto a rebasar por segunda vez este a?o la frontera de los cinco millones. Una huelga de baja intensidad por la duraci¨®n de la jornada de trabajo afecta a los servicios p¨²blicos de varias ciudades. La gripe aviar se extiende por varias regiones de Alemania con el temor constante de que salte de las aves salvajes a las de corral. Se suceden los anuncios de grandes empresas con enormes beneficios y despidos masivos. Admite Merkel el aplazamiento de los temas candentes de la reforma de la sanidad y el seguro de dependencia en el que los socios de coalici¨®n discrepan. Lo mismo ocurre con la introducci¨®n de un salario m¨ªnimo o el debate de la energ¨ªa, en el que los democristianos (CDU/ CSU) querr¨ªan prolongar los periodos de uso de los reactores at¨®micos.
Todos estos asuntos pendientes no afectan a Merkel, que parece moverse en una nube rociada de una capa de tefl¨®n que impide que los problemas le hagan mella. A la pregunta de qu¨¦ ocurre con los problemas pendientes, Merkel preconiza una pol¨ªtica de "peque?os pasos" que parece encontrar un eco favorable en la opini¨®n p¨²blica. La canciller sonr¨ªe: "No se pueden solucionar todos los problemas en 100 d¨ªas. La legislatura dura cuatro a?os".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.