El arzobispo de Valencia compara a los embriones humanos con los del cerdo

"La sociedad que trata a un embri¨®n humano como a un embri¨®n de un cerdo acabar¨¢ fomentando actitudes en las que dicha confusi¨®n llegar¨¢ a otras etapas de la vida, especialmente a las m¨¢s vulnerables". El arzobispo de Valencia Agust¨ªn Garc¨ªa-Gasco se refiere de nuevo en su carta de esta semana a una cuesti¨®n de actualidad para alinearse en contra de la ley de reproducci¨®n humana que el Congreso respald¨® el 16 de febrero.

El prelado rechaza que se destruyan embriones humanos en el proceso de selecci¨®n de otros que, una vez implantados en el ¨²tero de su madre y dar lugar al nacimiento de un beb¨¦ sano, permita poder curar enfermedades de sus hermanos con la sangre del cord¨®n umbilical del reci¨¦n nacido. La ley permite donar a otra pareja los embriones sobrantes de los procesos de fecundaci¨®n asistida, darlos para investigaci¨®n o "cesar en su conservaci¨®n". La enfermedad "ni a?ade ni resta dignidad al ni?o", comenta Garc¨ªa-Gasco para oponerse no s¨®lo a la ley que abre la puerta a la selecci¨®n gen¨¦tica de hijos para curar hermanos enfermos, sino a las t¨¦cnicas de selecci¨®n embrionaria que permite esquivar la transmisi¨®n de enfermedades mortales. "No es l¨ªcito suprimir al ni?o o a la ni?a que en la gestaci¨®n manifiestan dolencias o enfermedades, ni es l¨ªcito generar hijos expuestos a la destrucci¨®n para sanar a un hermano", comenta. Por el contrario, la medicina "debe investigar remedios que no supongan poner entre par¨¦ntesis la dignidad y el derecho a la vida de ning¨²n ni?o o ni?a". "Ning¨²n ser humano es due?o de la vida de otro".

El prelado, que titula su carta El ser humano, intocable en todas sus edades, subraya que el compromiso por los derechos del ni?o "est¨¢ amenazado si se extiende en nuestra cultura una triple fractura: la separaci¨®n entre el ni?o nacido y el no nacido; entre el sano y el enfermo; entre los derechos del ni?o y la verdad de la familia".