Bush rubrica el papel de India como nueva potencia mundial
El presidente de EE UU viaja a Pakist¨¢n tras poner fin a su visita a Nueva Delhi
"Am¨¦rica e India son l¨ªderes globales y pa¨ªses amigos, y no hay l¨ªmites para lo que pueden conseguir juntos". George W. Bush cerr¨® ayer su visita a India con un canto a la alianza estrat¨¦gica de los dos pa¨ªses y un reconocimiento del papel que Washington da a Nueva Delhi en la escena internacional. Bush destac¨® tambi¨¦n que EE UU e India "son aliados en la guerra contra el terrorismo". Poco antes de salir hacia Islamabad, el presidente dijo tambi¨¦n que "un Pakist¨¢n pr¨®spero y democr¨¢tico ser¨¢ bueno para India, EE UU y todo el mundo".
Bush habl¨® ante una representaci¨®n de la sociedad india en Purana Qila, edificio conocido como el Viejo Fuerte de Nueva Delhi, construido en 1545 por el conquistador afgano Sher Sha Suri y que la leyenda coloca en el lugar en el que estaba Indraprastha, la gran capital descrita en el Mahabharata. Con palabras que cayeron en o¨ªdos agradecidos y con el triunfalismo propio de una visita que ha logrado con creces los objetivos marcados, el presidente rindi¨® honores a la cultura y la historia de India y ofreci¨® "el respeto de la democracia m¨¢s antigua del mundo hacia la democracia m¨¢s poblada del mundo".
Despu¨¦s de decir que Mathama Gandhi inspir¨® "a toda una generaci¨®n de norteamericanos que lucharon contra la segregaci¨®n racial", Bush quiso superar a?os de desconfianza y rivalidad con una frase que se llev¨® los aplausos que persegu¨ªa: "Vengo a India como amigo". "Ahora estamos m¨¢s cerca que nunca, y el poder de los dos pa¨ªses puede cambiar el mundo", a?adi¨® el presidente, que destac¨® que EE UU es "el hogar, con todo orgullo, de m¨¢s de dos millones de indoamericanos" -uno de ellos, Bobby Jindal, es representante en la C¨¢mara por Louisiana desde 2004- y que hay 50.000 estudiantes indios en las universidades estadounidenses.
Las dos claves de la relaci¨®n India-EE UU que el presidente destac¨® fueron la expansi¨®n de la prosperidad y la alianza para extender la libertad y luchar contra el terrorismo. El primer punto le sirvi¨® para celebrar la liberalizaci¨®n de la econom¨ªa, que en 15 a?os ha duplicado el PIB y ha situado a 300 millones de indios en las clases medias, aunque la tercera parte de los 1.100 millones de habitantes siguen viviendo con menos de un d¨®lar al d¨ªa y ni?os fam¨¦licos y sucios piden limosna en las calles de Nueva Delhi con una sonrisa en la boca. Bush pidi¨® a India que hiciera esfuerzos para que haya nuevos desmantelamientos de barreras, m¨¢s transparencia y menos burocracia, y leyes que protejan a los trabajadores y a los ni?os.
En el cap¨ªtulo antiterrorista, tras recordar que hubo m¨¢s de 30 muertos de origen indio en las Torres Gemelas el 11-S, el presidente desgran¨® ideas ya familiares: "Los terroristas usan el arma del miedo en Nueva York, en Delhi o en Londres; atacan a las democracias porque creen que somos d¨¦biles, que podemos ser aterrorizados y nos pueden poner en retirada. No han entendido a nuestros pa¨ªses: los norteamericanos y los indios amamos la libertad y lucharemos para conservarla". India y EE UU "son aliados en la guerra contra el terrorismo", y "juntos, llevar¨¢n la luz de la libertad a los rincones m¨¢s oscuros del planeta".
Bush ha entendido bien el mensaje que mejor suena en los o¨ªdos indios: el de que su pa¨ªs es una superpotencia que le gusta ser tratada como tal, y que el hist¨®rico antagonismo entre Nueva Delhi y Washington est¨¢ superado por intereses geopol¨ªticos comunes. India, que alberga la segunda poblaci¨®n musulmana m¨¢s amplia del mundo (150 millones de personas) y que, seg¨²n los datos del Departamento de Estado, es el segundo pa¨ªs, despu¨¦s de Irak, en cuanto a n¨²mero anual de atentados, asume perfectamente las preocupaciones de seguridad de EE UU desde el 11-S. Hay un enorme horizonte de cooperaci¨®n en inform¨¢tica, biotecnolog¨ªa, vacunas, telecomunicaciones o pol¨ªtica espacial. Los intercambios comerciales se han duplicado en los ¨²ltimos cinco a?os y est¨¢n destinados a multiplicarse de la mano del sector privado, a diferencia de lo que ocurre en China: 400 de las 500 empresas Fortune tienen inversiones en India.
Con la ma?ana dedicada a visitar un centro tecnol¨®gico emergente, Hyderabad, y el discurso de la tarde, concluy¨® la visita a India, que ha transcurrido entre audiencias selectas. La Casa Blanca y el Gobierno indio han elegido cuidadosamente los escenarios: Bush no intervino ante el Parlamento -Clinton lo hizo hace seis a?os- ni particip¨® en actos en los que pudiera manifestarse alguna hostilidad. Aunque hay relativamente pocos sentimientos antiamericanos, un sondeo de The Times of India indicaba ayer que el 61% de la poblaci¨®n cree que India no puede fiarse de EE UU. Las medidas de seguridad, por lo dem¨¢s, controlaron las manifestaciones en varias ciudades, con especial asistencia en Nueva Delhi, el mi¨¦rcoles, y en Bombay, el jueves.
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