La campa?a electoral israel¨ª arranca sin Ariel Sharon y marcada por Ham¨¢s
Kadima, el partido del primer ministro, parte como favorito para la cita del 28 de marzo
Sin la presencia de Ariel Sharon y con el movimiento islamista Ham¨¢s triunfante. Nadie imaginaba hace tres meses, cuando el convaleciente primer ministro disolvi¨® el Parlamento, que la campa?a electoral en Israel, que arranca ma?ana, iba a contar con estos ingredientes. Es una contienda sin personajes de enjundia hist¨®rica, como ha sido la norma en el Estado jud¨ªo. Kadima, el partido fundado por el ex primer ministro Sharon, descafeinado y ambiguo, parte como favorito. El Likud, muy escorado a la derecha, lo f¨ªa todo a su mensaje de intransigencia respecto a los palestinos. Y el laborismo, desorientado, no logra situar los asuntos sociales como epicentro del debate.
Los comicios para la 17? legislatura desde la declaraci¨®n de independencia del Estado de Israel, en 1948, prometen incertidumbre incluso despu¨¦s de que se conozcan los resultados. Ning¨²n partido va a cosechar el 28 de marzo el caudal de votos suficiente entre los cinco millones de electores -casi un mill¨®n de procedencia rusa y medio mill¨®n de ¨¢rabes- para gobernar en solitario. Las coaliciones de todo signo han sido moneda de cambio en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Pero ahora la fragmentaci¨®n pol¨ªtica es todav¨ªa mayor.
La evacuaci¨®n de Gaza, ejecutada por Sharon en septiembre, desat¨® un cataclismo en el panorama pol¨ªtico israel¨ª. El derechista y nacionalista Likud sufri¨® una escisi¨®n que le ha dejado m¨¢s que maltrecho. Su imagen, asociada en buena medida a la corrupci¨®n, le fuerza a enviar mensajes duros, especialmente por lo que respecta al conflicto con los palestinos. Negociar un mil¨ªmetro de Jerusal¨¦n es inconcebible para su candidato, Benjam¨ªn Netanyahu, Bibi, que promete completar el muro de separaci¨®n con Cisjordania.
No logra Bibi despegar en las encuestas. Y si Kadima -el partido fundado por Sharon, que significa Adelante en lengua hebrea- le ha robado a parte de sus dirigentes y un bocado mayor de su electorado, la extrema derecha m¨¢s fan¨¢tica, opuesta a toda concesi¨®n territorial a los palestinos, con o sin negociaci¨®n, y a que se desmantele un ladrillo de los asentamientos ilegales de Cisjordania, le impide ampliar su caladero de votos. "Fuerte frente a Ham¨¢s", se lee en los carteles electorales del Likud, con un Netanyahu de semblante joven y mirada desafiante.
Diferentes estilos
Ehud Olmert, primer ministro interino, se muestra dubitativo y reacio a adoptar decisiones de envergadura. "Movi¨¦ndose hacia delante" es uno de los lemas capitales de Kadima. Sin embargo, Olmert ha vacilado respecto a la transferencia de los impuestos que el Gobierno israel¨ª recauda en nombre de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Aborda los asuntos con ambig¨¹edad, muy pendiente de lo que decida Estados Unidos. Sharon era capaz de contrariar con una gran sonrisa a Washington.
Pero Olmert no es el ex general. Tampoco ha anunciado un programa socioecon¨®mico. Su partido es un conglomerado de dirigentes procedentes del Likud, pero tambi¨¦n del laborismo, entre ellos el Nobel de la Paz Sim¨®n Peres. Nunca han prosperado las escisiones centristas en Israel. Y ya antes de la cita con las urnas han aflorado divergencias entre algunos de sus principales dirigentes. Unos, como el actual ministro de Defensa, Saul Mofaz, abogan por aislar incluso al presidente de la ANP, Mahmud Abbas. Peres apuesta por lo contrario.
El conflicto con los palestinos y la seguridad acaparan las campa?as en el Estado jud¨ªo. Es una herencia de la breve historia de Israel, que ha librado cinco guerras con sus vecinos ¨¢rabes. En los pa¨ªses europeos el peso de los temas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos es decisivo en las campa?as. En Israel, no. Mal que le pese al candidato de los laboristas, Amir Peretz, que nada m¨¢s ser elegido presidente de su partido, en noviembre pasado, prometi¨® convertir la agenda social en el centro del debate.
Su discurso en favor de reducir la brecha social, provocada por las pol¨ªticas neoliberales aplicadas por Netanyahu y continuadas por Olmert, cede el paso a las cuestiones de seguridad, y aborda con frecuencia creciente el conflicto con los palestinos. "Luchando contra el terror, golpeando a la pobreza"; "Luchando contra el terror, golpeando a la corrupci¨®n", y "Luchando contra el terror, venciendo en la educaci¨®n", son sus consignas. Se ha tenido que rodear de ex militares con galones en su pasado y ha buscado, sin ¨¦xito, que el m¨¢s laureado de los generales israel¨ªes -el ex jefe de Gobierno laborista Ehud Barak- se implique en su campa?a.
Los sondeos otorgan la victoria a Kadima con 37 de los 120 esca?os de la Kneset. El Likud no supera los 15, y Peretz no sobrepasa el umbral de la veintena. Pero hacer pron¨®sticos en Israel, aun a tres semanas de los comicios, es casi una temeridad.
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