El Villarreal entra en el olimpo
El equipo de Pellegrini elimina al Rangers en un partido heroico que termina con el p¨²blico ovacionando a ambos conjuntos
No pudo haber met¨¢fora m¨¢s hermosa. La del honrado Arruabarrena, el s¨ªmbolo de todo el sue?o, que arranc¨® con ¨¦l en Segunda Divisi¨®n, en 1997, y que ayer protagoniz¨® la cita m¨¢s gloriosa de la historia del Villarreal. Primero en el fallo que alent¨® que se adelantara el Rangers. Despu¨¦s en el tanto que marc¨® el propio lateral izquierdo, el del empate y la clasificaci¨®n para cuartos. Eso s¨ª, tras una jugada maravillosa al alcance de los m¨¢s grandes. Riquelme, por supuesto. Se deshizo de tres adversarios para imaginar el gol m¨¢s importante de este peque?o club castellonense. La clasificaci¨®n fue heroica, con el Villarreal aguantando hasta el final las embestidas del entusiasta Rangers, que dio, a su estilo, una lecci¨®n de orgullo y determinaci¨®n. Para premiar a su excelente p¨²blico, que acudi¨® en masa al Madrigal y pag¨® precios desorbitados. La hinchada local se contagi¨® de esa pasi¨®n y acab¨® el choque de pie y emocionada ante la exhibici¨®n de ambos conjuntos.
VILLARREAL 1 - GLASGOW RANGERS 1
Villarreal: Viera; Javi Venta (H¨¦ctor Font, m. 46), Gonzalo, Pe?a, Arruabarrena; Senna, Tacchinardi, Josico; Riquelme (Calleja, m. 85); Jos¨¦ Mari (Guille Franco, m. 46) y Forl¨¢n.
Rangers: Waterreus; Hutton, Rodr¨ªguez, Kyriakos, Murray; Burke (Novo, m. 86), Ferguson, Namouchi, Hemdani; Buffel (Boyd, m. 63) y Lovenkrands.
Goles: 0-1. M. 11. Lovendkrands aprovecha un error en cadena de la defensa del Villarreal para marcar a puerta vac¨ªa. 1-1. M. 48. Riquelme se deshace de tres rivales, pasa a Forl¨¢n y su centro lo remata al segundo palo Arruabarrena.
?rbitro: Alain Hammer. Amonest¨® a Murray, Arruabarrena, Hutton, Josico, Buffel, Viera, Tacchinardi y Guille Franco.
Unos 22.000 espectadores en El Madrigal.
Una vieja ley del f¨²tbol dice que si un defensa no sabe jugar el bal¨®n, lo lance largo. No hizo caso Pe?a, que le dio un pase comprometido a Arruabarrena. Ni ¨¦ste, que quiso devolv¨¦rsela y se la entreg¨® a un contrario. Fue el inicio de una cadena de errores defensivos que culmin¨® el portero Viera cuando no bloc¨® un disparo cuyo rechace lo remat¨® a placer Lovendkrands. El Rangers hab¨ªa impuesto su mayor densidad en el centro del campo, donde Burke, el interior derecho, desbordaba con cierta asiduidad, como en la ida. El Villarreal se pas¨® media hora sin saber qu¨¦ carta jugarse. Sin presencia en el centro del campo, sin entradas por las bandas. Nada. Senna, Tacchinardi y Josico, los tres en l¨ªnea en la divisoria, apenas incidieron en el juego. El bal¨®n se convirti¨® en una ardilla. Todos los saltos, todos los rebotes, cayeron del lado escoc¨¦s. La desesperaci¨®n la retrat¨® Josico en una entrada con intenci¨®n de ense?ar los tacos que le cost¨® la tarjeta amarilla. Vigilado Riquelme por hasta tres defensores, la ¨²nica sensaci¨®n de poder¨ªo la dio Gonzalo Rodr¨ªguez cuando arranc¨® desde su defensa, tras un c¨®rner del Rangers, y le entreg¨® un pase por el centro a Forl¨¢n. Pero el uruguayo dispar¨® al mu?eco, al cuerpo del portero Waterreus en su salida. Ya se sabe que Forl¨¢n carece de la finura del curso pasado. Y tambi¨¦n Jos¨¦ Mari, derrotado en cada uno contra uno. De ah¨ª que Pellegrini recurriera a Guille Franco tras el descanso.
Pellegrini quiso recuperar su esencia, es decir, el bal¨®n, y de ah¨ª los cambios. Entraron Font y Guille Franco, dos notables con el cuero. Senna volvi¨® a su posici¨®n: el medio centro. Tacchinardi se creci¨®. Y se hizo la luz. Tres minutos tard¨® Riquelme en demostrar qui¨¦n era el mejor en el campo. ?l, claro. Pis¨® la pelota en el pico derecho del ¨¢rea. Atrajo a los tres defensores de rigor y, entre los tres, encontr¨® un hueco. Un pase que dej¨® solo a Forl¨¢n en el extremo. Su centro raso pas¨® por toda la l¨ªnea del ¨¢rea peque?a hasta que, en el segundo palo, Arruabarrena, resarci¨¦ndose del gol concedido, marc¨® con la izquierda.
El Villarreal recuper¨® la pausa, el gusto por que el bal¨®n silbara a ras de suelo y en eso influy¨® Font, que supo lo que necesitaba su equipo. Tocar y tocar. Imponer su superioridad t¨¦cnica. Hacer correr al Rangers. Y remacharlo. Lo que pudo hacer Guille Franco en dos remates muy cercanos sin decisi¨®n, pensando tal vez que estaba en fuera de juego. El Rangers tambi¨¦n volvi¨® a sus or¨ªgenes cuando McLeish introdujo a Boyd como target man. Ah¨ª estaba Gonzalo para dar un recital en el corte. La eliminatoria estuvo en el alambre, sobre todo porque Burke sigui¨® sirviendo buenos centros desde la derecha. Y porque Forl¨¢n no parec¨ªa dispuesto a aprovechar alg¨²n contragolpe. La defensa amarilla, adem¨¢s, ofrec¨ªa grietas por todas partes. Volvi¨® a rugir la hinchada del Rangers. A falta de cinco minutos, Pellegrini supli¨® a Riquelme y el as argentino recibi¨® una ovaci¨®n estremecedora. No tanto como la que hubo tras el pitido final. Ambas hinchadas en pie aplaudiendo varios minutos a los h¨¦roes de la noche. Los 27 jugadores.
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