Como el original
Es costumbre que las obras teatrales de ¨¦xito acaben en la pantalla grande. A menudo, para disgusto de su autor: v¨¦ase el que se llev¨® Jordi Galcer¨¢n con la versi¨®n cinematogr¨¢fica de El m¨¦todo Gr?nholm (es mejor adaptar a los muertos, que no protestan). Cuando sucede al rev¨¦s, y un hito del cine pasa al teatro, el cr¨ªtico recela. Solas, de Benito Zambrano, es una isla en medio del cine espa?ol reciente. Su director demostr¨® que para hacer taquilla basta tener algo importante que contar, y actores: no hacen falta estrellas.
Seis a?os despu¨¦s de su estreno, el Centro Andaluz de Teatro encarg¨® a Antonio Onetti una versi¨®n esc¨¦nica, que llega a Madrid con cierto retraso. Onetti (Sevilla, 1962) ha respetado escrupulosamente el gui¨®n original de Zambrano. Se ha visto obligado a eliminar el papel de Aquiles, el perro, que en la pel¨ªcula es importante, y a hacer retoques en personajes secundarios.
Solas
Basada en la pel¨ªcula de Benito Zambrano. Adaptaci¨®n: Antonio Onetti. Int¨¦rpretes: Lola Herrera, Natalia Dicenta, Carlos ?lvarez-Novoa, Idilio Cardoso, An¨ªbal Soto, Eduardo Velasco, Chema del Barco, Marga Mart¨ªnez, Marina Hern¨¢ndez, Dar¨ªo Galo. Iluminaci¨®n: Francisco Leal. M¨²sica: Antonio Meliveo. Vestuario: Pedro Moreno. Escenograf¨ªa: Ricardo S¨¢nchez. Direcci¨®n: Jos¨¦ Carlos Plaza. Teatro Alb¨¦niz. Madrid.
Cambian los actores. Lola Herrera interpreta a la anciana que vela a su marido en el hospital. Natalia Dicenta es su hija en la ficci¨®n y en la vida real (fruto de su matrimonio con Daniel Dicenta). Carlos ?lvarez-Novoa, en el papel del vecino asturiano hidalgo y desvalido, es el ¨²nico actor de la pel¨ªcula que repite: tiende un puente necesario.
Esperanza
Solas impact¨® porque refleja la vida de una mayor¨ªa olvidada: la clase media baja no aparece en el cine, el teatro, la televisi¨®n, m¨¢s que de modo chusco, anecd¨®tico. Los trabajadores manuales, los que limpian, las que tienen que servir suelen jugar el papel de graciosos, como en las comedias del Siglo de Oro. Zambrano muestra la soledad de la madre y de la hija, su sometimiento al macho, su falta de salidas, y apunta una esperanza: donde la familia no asiste, puede asistir la amistad.
Carlos ?lvarez-Novoa y Lola Herrera, tierna, dubitativa en un mundo extra?o, est¨¢n muy bien. Suyos son los mejores momentos. Natalia Dicenta se a¨²pa a s¨ª misma en la escena cumbre de la pieza: cuando su personaje y el vecino viejo sellan un pacto de sangre. Ricardo S¨¢nchez sugiere los lugares de la acci¨®n con una escenograf¨ªa sint¨¦tica, ¨²til. Onetti y Jos¨¦ Carlos Plaza, el director, son fidel¨ªsimos a la pel¨ªcula: tanto que mantienen las secuencias sin texto, apoyadas en la m¨²sica original de Antonio Meliveo. Es magn¨ªfica, pero su uso repetido melodramatiza el drama.
El montaje pierde all¨ª donde en el filme hay primeros planos. No puede tener la misma fuerza el marido gritando en medio del escenario: "Hueles a macho", que dici¨¦ndolo a unos palmos de la c¨¢mara. Pocos peros cabe poner a este montaje. El p¨²blico lo aplaudi¨® largo y en pie, y vitore¨® a sus protagonistas.
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