Voluptuosidad y cultura

Nacido en Cartagena en 1942, es m¨¢s que natural que el Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez de hoy se encuentre lejos de su aparici¨®n en los "Nueve nov¨ªsimos" de Castellet, aunque fuera quiz¨¢s el poeta que cumpl¨ªa mejor all¨ª con el ingrediente culturalista. En aquella antolog¨ªa -tan crucial y rebasada- ?lvarez afirmaba haber nacido en Casablanca. ?Una boutade chic? Hoy vemos que no. La pel¨ªcula de Michael Curtiz es de 1942 -su a?o- y ?lvarez es hombre que s¨®lo concibe la vida en relaci¨®n con el arte. S¨®lo el arte salva la vida y este mundo cada vez m¨¢s gregario, feo y deshecho. Jos¨¦ Mar¨ªa no es, pues, de una tierra. No siente una patria. Es del arte. Por ello, de la pel¨ªcula.

?lvarez es autor, ya, de una de las m¨¢s notables obras l¨ªricas de su generaci¨®n, aunque a algunos les suela caer mal la actitud del poeta, que a veces arrastra fama de reaccionario o de poseur. Sus ¨²ltimos libros han creado una voz inconfundible -lo m¨¢s dif¨ªcil en cualquier arte- haciendo de la fusi¨®n vitalismo-cultura (una de las caracter¨ªsticas de la promoci¨®n inicial de 1970) algo absolutamente propio. As¨ª lo confirma este libro de t¨ªtulo alambicado y exacto. Con lenguaje, a la par, coloquial y refinado, n¨ªtido y hermoso y naturalmente lleno de citas en ingl¨¦s, franc¨¦s, alem¨¢n y lat¨ªn, ?lvarez nos ofrece la autobiograf¨ªa de un "yo" real e ideal, no importa en qu¨¦ medida. Ese yo poem¨¢tico es un personaje epic¨²reo, hedonista y exilado. La literatura consumista o social (cita a Etxeberr¨ªa y a Benedetti) no le interesa. Los eternos y agotadores problemas de Espa?a tampoco. Vive en Par¨ªs (sin cesar de viajar) y una de las partes del libro se titula Poemas del exilio. Detest¨® el franquismo y detesta la vulgarizaci¨®n contempor¨¢nea. Es un anarco-esteticista, que s¨®lo cree en el placer y en los libros o el arte. Pol¨ªticamente incorrecto en funci¨®n de la libertad individual, celebra a las putas, al alcohol y al tabaco. El artista es un ser especial, singular y con el Antiguo R¨¦gimen (es decir, con la Revoluci¨®n Francesa), pese a sus injusticias, se acab¨® lo mejor. Pero hoy estamos peor que nunca y el poeta no se recata: le dice a Borges en un largo y buen poema que pasa por una carta en fragmentos: "Que todo esto / va a acabar muy mal / no creo que haya nadie / medianamente inteligente / que lo ponga en duda. Estamos / a merced de personajes / necios como la Historia no recuerda (...)". No hay distingos. Vivimos un presente abyecto, pero la amistad de altura o una mujer bella -de la que s¨®lo se espera belleza y sexo- logran trastornar moment¨¢neamente el pesimismo de quien no desde?a autorretratarse como libertino: "El libertinaje donde se templan las pasiones".

En tal l¨ªnea hay poemas tan bellos como expl¨ªcitos en la secci¨®n titulada Guirnalda de Afrodita. Por ejemplo: "No es esencial que me ames / Que me desees tampoco es esencial / Es suficiente con que seas / Muy hermosa y muy puta". Un atinado epigrama que no hubiera rechazado un autor de la Antolog¨ªa Palatina. Pero no pensemos que todo es sexo y disidencia pol¨ªtico-moral. El paisaje, el arte, la memoria (Borges, Garc¨ªa G¨®mez, Espriu, Gil de Biedma) llenan tambi¨¦n el libro de melancol¨ªa, delicado esteticismo y la recordada obsesi¨®n: s¨®lo el arte salva y dignifica. Citas de Shakespeare y de muchos cl¨¢sicos, en general sin traducir, titulan poemas en una fecunda relaci¨®n indirecta. Mucha belleza, mucha sed de sexo ("seda de opio" es la piel de una puta h¨²ngara) y un saludable y raro af¨¢n de disidencia y derrota. Ya hemos perdido. Nada vale. Pero a¨²n brilla una perla. Los imb¨¦ciles sojuzgan a los excelentes. Pero hay que intentar el anarco-esteticismo. Algunos se llevar¨¢n las manos a la cabeza. Pero la poes¨ªa es magn¨ªfica, y -desde luego- no vivimos el mejor de los mundos.