La Fiscal¨ªa de Mil¨¢n pide que se procese a Berlusconi a un mes de las elecciones
El ministro de Sanidad italiano dimite por su implicaci¨®n en una trama de espionaje pol¨ªtico
La justicia italiana irrumpi¨® ayer en la campa?a electoral. La Fiscal¨ªa de Mil¨¢n pidi¨® un nuevo procesamiento para Silvio Berlusconi, acusado esta vez de corrupci¨®n de testigos en acto judicial. Seg¨²n los fiscales, Berlusconi pag¨® 600.000 d¨®lares (500.000 euros) a su abogado brit¨¢nico David Mills para que mintiera a su favor en dos juicios anteriores, en 1997 y 1998, de los que sali¨® absuelto. El propio Mills, esposo de la ministra brit¨¢nica de Cultura, Tessa Jowell, admiti¨® en 2004 ante los fiscales que hab¨ªa mentido y cobrado por ello, aunque luego se retract¨®. La Fiscal¨ªa milanesa forz¨® tambi¨¦n la dimisi¨®n del ministro de Sanidad, Francesco Storace, al implicarle en una trama de espionaje contra rivales pol¨ªticos.
El en¨¦simo problema judicial de Berlusconi estaba previsto desde hac¨ªa tiempo, y hab¨ªa provocado ya una tormenta pol¨ªtica en el Reino Unido a causa de la relaci¨®n marital entre la ministra Jowell y el abogado presuntamente corrupto. Los letrados de Berlusconi estaban convencidos de que ser¨ªa aceptada su petici¨®n de que se realizaran investigaciones adicionales sobre unas cuentas cifradas de un banco de las Bahamas y que, por tanto, la petici¨®n de env¨ªo a juicio se producir¨ªa tras las elecciones.
La fiscal¨ªa, que en Italia realiza funciones similares a las de los jueces instructores en Espa?a, rechaz¨® el jueves las seis p¨¢ginas de peticiones de la defensa e impidi¨® toda dilaci¨®n. La solicitud de procesamiento del presidente del Gobierno cay¨® como una bomba sobre la campa?a electoral: la oposici¨®n aplaud¨ªa a los jueces y la coalici¨®n de Berlusconi les acusaba de condicionar "de forma indecente" las elecciones del 9 de abril.
El abogado David Mills, uno de los m¨¢s cotizados de la City londinense, organiz¨® para su cliente Silvio Berlusconi desde finales de los a?os ochenta una red de sociedades instrumentales y de cuentas bancarias en para¨ªsos fiscales. El objetivo era el de eludir impuestos por una v¨ªa oscura, pero legal, y permitir que el holding Fininvest y el grupo televisivo Mediaset pudiera adquirir derechos de pel¨ªculas estadounidenses fuera del alcance de la Hacienda italiana.
Como experto en las finanzas berlusconianas, Mills declar¨® en calidad de testigo en dos juicios, celebrados en 1997 y 1998, en los que se acusaba a su cliente de evasi¨®n de impuestos. Mills dio explicaciones convincentes y Berlusconi sali¨® bien gracias a la habitual combinaci¨®n de prescripciones y falta de pruebas. Seis a?os despu¨¦s, el 2 de febrero de 2004, Mills envi¨® a sus colegas de bufete un memor¨¢ndum en el que confesaba haber recibido de Berlusconi un regalo de 600.000 d¨®lares en agradecimiento por su actuaci¨®n en los juicios de 1997 y 1998. En ese texto, Mills indic¨® que el dinero le hab¨ªa llegado desde un banco de Bahamas a trav¨¦s de Carlo Bernasconi, un ejecutivo de Fininvest fallecido poco despu¨¦s.
La Fiscal¨ªa de Mil¨¢n tuvo conocimiento del memor¨¢ndum y llam¨® a declarar al abogado, quien el 18 de julio de 2004 confirm¨® que los 600.000 d¨®lares constitu¨ªan el pago por haber mentido a favor de Berlusconi. Mills habl¨® con franqueza porque el delito de falso testimonio hab¨ªa prescrito. No cont¨®, al parecer, con que pod¨ªa ser procesado por corrupci¨®n. Cuando supo que los fiscales italianos le hab¨ªan incluido en un sumario bajo la hip¨®tesis de corrupci¨®n en acto judicial en compa?¨ªa de su cliente, se retract¨® de la declaraci¨®n de julio.
Transferencia desde Bahamas
El 7 de noviembre de 2004 efectu¨® una nueva en la que afirm¨® que los 600.000 d¨®lares pertenec¨ªan a otro de sus clientes italianos, el financiero Diego Attanasio. Esta vez no cont¨® con el hecho de que cuando se efectu¨® la transferencia desde Bahamas, Attanasio estaba en la c¨¢rcel de Salerno y no pod¨ªa dar ¨®rdenes a los bancos. En una rectificaci¨®n adicional, Mills explic¨® que Attanasio le hab¨ªa entregado antes de ingresar en prisi¨®n varias ¨®rdenes bancarias, firmadas y en blanco, para que se ocupara de la gesti¨®n de su patrimonio. El dinero, insisti¨®, era de Attanasio. No explic¨® por qu¨¦ hab¨ªa utilizado los 600.000 d¨®lares supuestamente ajenos para pagar la hipoteca de una casa que compart¨ªa con su esposa, la ministra Jowell.
El jefe de los abogados de Berlusconi, Niccol¨® Ghedini, parlamentario de Forza Italia, solicit¨® que se investigaran las cuentas extranjeras de Attanasio para confirmar la inocencia de su cliente. Los fiscales lo hicieron y descubrieron que, en efecto, hab¨ªa sido el propio Mills quien, utilizando cuentas de Attanasio, se hab¨ªa pagado a s¨ª mismo haciendo pasar el dinero de Berlusconi a trav¨¦s de cuentas ajenas, entre ellas una de Flavio Briatore, el patr¨®n de Fernando Alonso en el equipo Renault de f¨®rmula 1. Tanto Attanasio como Briatore afirmaron que Mills hab¨ªa actuado sin informarles.
La semana pasada, mientras cerraba las investigaciones del caso Mills, la Fiscal¨ªa de Mil¨¢n abri¨® otro sumario potencialmente devastador para el centroderecha italiano. En el sumario, que condujo a la detenci¨®n de una docena de detectives privados y de dos suboficiales de la Guardia de Finanzas, se estableci¨® la hip¨®tesis de que Francesco Storace (Alianza Nacional) cre¨® a principios de 2005 una red de espionaje pol¨ªtico para desacreditar a sus dos rivales en las elecciones regionales del Lazio, Piero Marrazzo (centroizquierda) y Alessandra Mussolini (neofascistas). Marrazzo gan¨® las elecciones y Storace perdi¨® su puesto de gobernador, pero fue inmediatamente nombrado ministro de Sanidad. Ayer se vio obligado a dimitir "para no da?ar las perspectivas electorales" de Berlusconi.
Ox¨ªgeno para una izquierda que no despega
El centro-derecha italiano acus¨® ayer en bloque a la Fiscal¨ªa de Mil¨¢n, de la que ya hab¨ªan partido todos los juicios anteriores contra Silvio Berlusconi, de condicionar las elecciones del 9 y el 10 de abril y de actuar de forma descarada en favor del candidato de la oposici¨®n del centro-izquierda, Romano Prodi.
Paolo Bonaiuti, subsecretario de Comunicaci¨®n y portavoz del presidente del Gobierno, afirm¨® que los fiscales se comportaban "de forma indecente" y ten¨ªan como ¨²nico objetivo el de impedir que los ciudadanos italianos se expresaran libremente en las urnas. En t¨¦rminos similares se explayaron los dem¨¢s l¨ªderes del centro-derecha y los abogados del propio Berlusconi.
Prodi y el conjunto de la oposici¨®n intentaron reaccionar de forma comedida y pronunciaron frases gen¨¦ricas de apoyo a la justicia. Resultaba evidente, sin embargo, que las acciones judiciales contra Berlusconi y contra Storace pod¨ªan tener un efecto decisivo en el resultado electoral, dado que hasta las convulsiones registradas ayer los sondeos otorgaban al centro-izquierda una ventaja muy estrecha, de unos cuatro puntos, que podr¨ªa no resultar suficiente para conquistar la mayor¨ªa en el Senado.
El ex ministro Storace afirm¨® que las hip¨®tesis de los fiscales, lejanas por el momento de acusaciones concretas, no eran m¨¢s que "una lluvia de fango y calumnias", y explic¨® que hab¨ªa pagado a varios de los detectives detenidos tan s¨®lo para que verificaran que su despacho oficial estaba libre de micr¨®fonos ocultos.
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