Del simbolismo al cubismo
EL PA?S presenta ma?ana, por 9,95 euros, el noveno volumen de la 'Historia del arte
"?Esta sombra es m¨¢s bien azul? P¨ªntela de azul marino; ?las hojas son rojas? P¨®ngale bermell¨®n". Las palabras de Gauguin a Van Gogh se repiten entre los pintores como una plegaria, con devoci¨®n. Es el talism¨¢n que colgar¨¢n del nuevo arte. El siglo XIX daba sus ¨²ltimos coletazos. Los artistas se sent¨ªan insatisfechos del arte que ped¨ªa el p¨²blico, de los clientes que solicitaban a?adidos de p¨¦simo gusto en remates arquitect¨®nicos. Los inconformistas preconizaron un Arte nuevo, el modernismo, e iniciaron un enrevesado camino en la b¨²squeda de la pintura pura, de la arquitectura sin mixtificaciones, del reconocimiento de la artesan¨ªa. Por aquel mar de inquietudes navega el nuevo volumen de la Historia del arte de EL PA?S dedicado a Las vanguardias: del simbolismo al cubismo. Los edificios se llenaron de l¨ªneas sinuosas, de adornos florales y de hierros trabajados con suma delicadeza. B¨¦lgica y Catalu?a se adhirieron con pasi¨®n al movimiento modernista y el arquitecto belga V¨ªctor Horta y los catalanes Antonio Gaud¨ª y Domenech i Montaner fueron las claves de un estilo que convirti¨® Barcelona en la ciudad modernista por excelencia. En Austria, el de Viena fue el n¨²cleo de la arquitectura secesionista, agrupada en torno a la figura de Otto Wagner y de uno de sus disc¨ªpulos, Adolf Loos.
En cuanto a la pintura, muchos consideraron a los impresionistas los primeros de la clase entre los modernos porque desafiaron ciertas normas de la pintura. Su exploraci¨®n del mundo del color y de las pinceladas parec¨ªa que hab¨ªa resuelto de un toque todos los problemas te¨®ricos. Gauguin dijo en una ocasi¨®n que sent¨ªa la necesidad de volver m¨¢s atr¨¢s de los caballos del Parten¨®n, quer¨ªa retroceder al caballito de madera de su infancia. Los artistas sue?an entonces con que esa simplicidad y espontaneidad es lo ¨²nico que no pueden aprender. Ese primitivismo se convirti¨® en un influjo sobre el arte moderno mayor que el expresionismo o el cubismo.
Hubo de surgir un pintor como Paul C¨¦zanne (1839-1906) para sacudir de sus asientos a los conformistas y anticipar la gran revoluci¨®n del cubismo. C¨¦zanne particip¨® en los inicios del movimiento impresionista, pero pronto se decepcion¨® y se retir¨® a su casa de Aix-en-Provence para estudiar los problemas del arte. Intentaba "rehacer a Poussin del natural", lograr el equilibrio y la perfecci¨®n asombrosos de aquellas obras. Quer¨ªa mantener las conquistas de los impresionistas, pero abominaba de los cuadros confusos. C¨¦zanne, sin quererlo, se convirti¨® en el padre del arte moderno. ?l marca el camino y otros lo siguen.
Wagner y su Lohengrin triunfan en la m¨²sica. Baudelaire publica Las flores del mal. Gustave Moreau pinta ¨®leos que protagonizan apariciones y fantasmag¨®ricas Salom¨¦s. Los simbolistas empujan con fuerza. Pero a cada poco un nuevo grupo art¨ªstico toma el relevo. A los simbolistas, amantes de articular el arte en torno a la idea, les seguir¨¢n los nabis (profetas en hebreo), la corriente que encabez¨® Maurice Denis como te¨®rico y en la que militaron Gauguin, Vuillard, Serusier y Bonnard. El 23 de agosto de 1880, Denis lanza su proclama: "Recu¨¦rdese que un cuadro, antes de ser un caballo de batalla, una mujer desnuda o una an¨¦cdota cualquiera, es esencialmente una superficie plana cubierta de colores dispuestos seg¨²n cierto orden".
A principios del siglo XX, el academicismo en la pintura hab¨ªa muerto. El Sal¨®n de Oto?o de Par¨ªs, en 1905, marc¨® el nacimiento de otra nueva corriente, el fauvismo, una explosi¨®n de color que congreg¨® a cuantos pintores quisieron aprovecharlo por encima de las formas. En 1907 un joven malague?o pinta un gran cuadro con unos extra?os efectos de volumen sobre la superficie plana que desdibujaba los cuerpos, las cabezas. El ¨®leo no era otro que Las se?oritas de Avi?¨®n y, con ¨¦l, Pablo Picasso dio el pistoletazo de salida a otro nuevo movimiento, el cubismo. Si C¨¦zanne, el maestro al que todos reverenciaban, aconsejaba contemplar la naturaleza traduci¨¦ndola en cubos, conos y cilindros, Picasso decidi¨® seguir el consejo al pie de la letra.
Mucho m¨¢s que el fauvismo, m¨¢s que el impresionismo, el cubismo revolucion¨® las formas pict¨®ricas tradicionales. Se logr¨® profundidad sin sacrificar la brillantez de los colores y la indiferencia hacia el dibujo correcto, convencional, marc¨® una nueva era en la pintura.
Babelia
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