Propiedad an¨®nima
Estos relatos de Robert Juan-Cantavella (Almassora, 1976) parecen glosas y parodias de la tradici¨®n narrativa modernista pero, en verdad, reescriben, refutan y, con humor, reinventan nuestras lecturas de esa gran tradici¨®n. Los gigantes que don Quijote crey¨® ver se han destruido uno a otro y al "deslumbrado" s¨®lo le queda batir molinos. Si Borges imagin¨® un "congreso" de todos los hombres, Escargot (el personaje recurrente de estos relatos) es un periodista infiltrado en un congreso museol¨®gico (del ocio tur¨ªstico) que escribe una novela sobre el crimen que ¨¦l comete y del que es v¨ªctima. Y en Proust fiction, el relato final, Marinetti es un poeta que todo lo ha trascrito y firmado.
PROUST FICTION
Robert Juan-Cantavella
Poliedro. Barcelona, 2005
192 p¨¢ginas. 14 euros
Borges cuenta que Pierre Menard escribe El Quijote copi¨¢ndolo literalmente, y concluye que cada lector es autor de lo que lee. Pero en Proust Fiction ya no se trata de una copia sino de una fotocopia, de un fax, del power-point, de la reproducci¨®n medi¨¢tica que despoja de valor lo que renombra. Se impone, as¨ª, una po¨¦tica del plagio, que convierte a la literatura en propiedad an¨®nima. La poes¨ªa ya no est¨¢ "hecha por todos" sino traducida por el ordenador de todos. Marinetti introduce en su port¨¢til textos de otros autores, que un programa on line traduce al ingl¨¦s y luego al castellano, refutando con entusiasmo la originalidad del libro y el culto del autor. El poeta vuelve a ser expulsado de la Rep¨²blica. Y el lector termina en Quijote del anacronismo: hace suya la obra de todos los autores.
Estas iron¨ªas de Juan-Canta
vella son un acto de rebeld¨ªa nihilista (del "nihilismo creativo", que propone Vattimo). No en vano en este libro abundan las torres (Joyce), los laberintos (Borges), las escaleras (Cort¨¢zar), la ret¨®rica erudita (Nabokov), s¨®lo que esas y otras construcciones se vienen impecablemente abajo. Juan-Cantavella no es otro ep¨ªgono del gran modernismo. M¨¢s bien, convierte a esa Biblioteca en una suerte de policial truculenta (su Escargot viene de Tarantino y podr¨ªa terminar asesinando a Torrente). Coincide en este desmontaje radical del sistema can¨®nico con el sector de nuevos narradores espa?oles que anuncian la hora del relevo: Juan Francisco Ferr¨¦, Germ¨¢n Sierra, Eloy Fern¨¢ndez Portas, Mercedes Cebri¨¢n, Manuel Vilas, Carmen Velasco, Jorge Carri¨®n, entre varios otros. Nos dicen, y es bueno creerles, que la ciudad literaria no est¨¢ del todo tomada.
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