Las mujeres no hacen cola

na

Raramente se ha visto a una mujer en la sala del Orfe¨® Gracienc durante los dos d¨ªas de la embajada itinerante de Pakist¨¢n en Barcelona. Cuando esto ocurr¨ªa, los hombres le ced¨ªan el paso y ella pod¨ªa acceder al instante a la mesa de los representantes consulares. Sin colas.

"Siempre hay que respetar a las mujeres y a los ni?os", comentaba Bilel Asghar, inform¨¢tico de 27 a?os que ayudaba en las gestiones de la embajada. Una de las pocas presencias femeninas fue la de Sajida, de 29 a?os. Llevaba entre sus brazos a su hija Izzah, que el pr¨®ximo d¨ªa 26 cumplir¨¢ tres a?os, y acud¨ªa a incluir a la peque?a en el pasaporte.

Sajida es una mujer moderna y culta, algo que le caus¨® problemas en su pa¨ªs. No cubre su cabello con ning¨²n velo ni viste la ropa tradicional de su pa¨ªs. Trabaja cuidando a una anciana de 90 a?os que padece Alzheimer, aunque en Pakist¨¢n estudi¨® Econ¨®micas en la universidad durante cuatro a?os. No le cost¨® encontrar el empleo. Entr¨® en la casa sin permiso de trabajo ni de residencia, pero la hija de la se?ora a la que cuida fue "muy buena persona" y pronto le "arregl¨® los papeles".

Tuvo que huir de Pakist¨¢n por casarse con el hombre al que amaba, ya que su familia no lo aprob¨®. A su marido no le ha resultado tan f¨¢cil encontrar trabajo. Es m¨¦dico home¨®pata, pero no encuentra empleo de su especialidad en Espa?a. As¨ª que trabaja en un taller de la Zona Franca cuatro horas al d¨ªa por 440 euros al mes.

Sajida es tambi¨¦n profesora de urd¨², Cor¨¢n e ingl¨¦s para ni?os y adultos paquistan¨ªes. En s¨®lo cinco meses aprendi¨® a hablar espa?ol, algo nada com¨²n entre su comunidad: "Conozco a una mujer que lleva 11 a?os aqu¨ª y es incapaz de hablarlo".

Su hija "habla urd¨², catal¨¢n, castellano e ingl¨¦s", comenta orgullosa, y explica riendo que la peque?a mezcla los idiomas: "A veces dice 'moltes thanks". Sajida cree que ha tenido "suerte", porque conoce a familias "que s¨®lo comen carne una vez al mes".