Torres acude al rescate
El delantero salva un punto para el Atl¨¦tico ante el Villarreal en un partido jugado a un ritmo alt¨ªsimo
En esa lucha por un pedacito de tierra en Europa, Villarreal y Atl¨¦tico jugaron toda la noche con el cuchillo entre los dientes. Con una intensidad alt¨ªsima, con la pelota volando de un campo a otro y los jugadores llenos de barro. La batalla dur¨® hasta el ¨²ltimo segundo, con el Atl¨¦tico encerrado en su ¨¢rea por la expulsi¨®n de Kezman y el Villarreal tratando de recuperar el terreno que hab¨ªa perdido tras adelantarse en la primera parte. El empate recompens¨® el esfuerzo de ambos equipos, entregados a la pelea sin tregua.
VILLAREAL 1 - ATL?TICO DE MADRID 1
Villarreal: Viera; Josemi, Pe?a, Gonzalo, Arruabarrena; Senna, H¨¦ctor Font (Cazorla, m. 80), Tacchinardi, Guillermo Franco; Jos¨¦ Mari (Roger, m. 71) y Forl¨¢n.
Atl¨¦tico de Madrid: Leo Franco; Velasco, Pablo, Perea, Molinero; Galletti (Colsa, m. 82), Ibagaza (Garc¨ªa Calvo, m. 92), Luccin, Antonio L¨®pez; Kezman y Fernando Torres.
Goles: 1-0. M. 10. Jos¨¦ Mari regatea a Pablo, centra desde la derecha y su centro lo remata solo Forl¨¢n. 1-1. M. 58. Torres conecta un gran cabezazo a pase de Luccin que sorprende a Viera por alto.
?rbitro: Undiano Mallenco. Amonest¨® a Tacchinardi, Molinero, Pe?a, Josemi, Ibagaza y Antonio L¨®pez. Expuls¨® a Kezman por doble amarilla (m. 79).
Unos 18.000 espectadores en el Madrigal, 2.000 de ellos aficionados del Atl¨¦tico.
El Villarreal ha convertido cualquier partido sin Riquelme en un tubo de ensayo. Cuando el argentino se cae de la alineaci¨®n, comienzan a volar las f¨®rmulas matem¨¢ticas. Todas incompletas, porque este equipo est¨¢ cortado para ¨¦l. As¨ª que despu¨¦s de muchos inventos, el Villarreal ha aprendido la lecci¨®n: nadie puede jugar a ser Riquelme. El que lo intenta, fracasa. El equipo de Pellegrini cambi¨® el chip. Sin Riquelme ni Sor¨ªn, se salt¨® el centro del campo para llegar a los delanteros sin peaje. Forl¨¢n, Jos¨¦ Mari y Guille Franco intercambiaron sus posiciones ante el mareo de los defensas del Atl¨¦tico, que no sab¨ªan d¨®nde mirar. En uno de sus correteos, Jos¨¦ Mari se march¨® a la banda derecha y Pablo cay¨® en la trampa. Se fue tras ¨¦l y abri¨® un hueco en el centro de la zaga. Forl¨¢n record¨® viejos tiempos, entr¨® como un tiro mientras Perea miraba la jugada y marc¨®.
El Atl¨¦tico esperaba el juego pausado del Villarreal y el cambio de gui¨®n le desconcert¨®. De repente tuvo que frenar a tres delanteros que no paraban de moverse y se qued¨® sin respuestas. Jos¨¦ Mari pudo marcar el segundo en un contragolpe de libro, pero estrell¨® el bal¨®n en el cuerpo de Leo Franco. Como delantero, no da tregua. Como goleador, cumple lo justo.
Reci¨¦n renovado, Ibagaza se encogi¨® bajo la lluvia hasta que se enter¨® de qu¨¦ iba el partido. El peque?o jugador se encontr¨® en medio de la guerra, en zona de nadie. Vio pasar el balon por encima de su cabeza m¨¢s veces que por sus pies, y cuando le lleg¨® se vio emparedado entre Senna y Tacchinardi, dos carceleros. No le qued¨® m¨¢s remedio que salir de la trinchera y buscar refugio unos metros m¨¢s atr¨¢s, con lo que eso supuso de perjudicial para su equipo.
El Atl¨¦tico se qued¨® sin conductor y el amago provoc¨® un efecto domin¨®. Cansado del juego a¨¦reo de sus compa?eros y del subterr¨¢neo de sus marcadores, Torres visit¨® el centro del campo en busca de alg¨²n socio. Sin mucho ¨¦xito, por cierto. Tuvo que regresar a la cuelva, donde le esperaban Gonzalo y Pe?a para ponerle las esposas. El delantero tampoco escap¨® de la batalla en que se hab¨ªa convertido el partido. Gonzalo anunci¨® durante la semana que marcar a Ronaldo le motivaba mucho m¨¢s que defender a Torres y al rojiblanco le entr¨® un ataque de orgullo. El duelo entre ambos ech¨® chispas. Ya llegaba calentado de la primera vuelta en el Calder¨®n y acab¨® de explotar.
El Atl¨¦tico ech¨® de menos el juego por sus bandas. La baja de Maxi le ha quitado picante al ataque, y Antonio L¨®pez fue muy previsible como extremo. Ni Galletti ni ¨¦l levantaron apenas la voz. Viera pas¨® una primera parte tranquil¨ªsima. S¨®lo le inquiet¨® Kezman en un remate de volea. El serbio acab¨® desquiciado la primera parte con una patada a Josemi que por poco le deja en el vestuario. No fue as¨ª y el mismo Kezman dio el pistoletazo de salida al segundo tiempo.
En un minuto, el Atl¨¦tico cre¨® m¨¢s peligro que en los 45 anteriores. Kezman dispar¨® cruzado, par¨® Viera con apuros y el c¨®rner lo volvi¨® a rematar el delantero. Su cabezazo se march¨® por un palmo. Al Villarreal le entr¨® el tembleque y dej¨® que el equipo de Murcia adelantara las l¨ªneas y se quedara con el bal¨®n. Tampoco es que le sobraran las ideas, pero la concesi¨®n del rival era de las que no se perdonan. Luccin puso el bal¨®n a volar y Torres convirti¨® el pelotazo en un remate precioso. Gir¨® el cuello con fuerza y sorprendi¨® por alto a Viera. Ante los morros de Gonzalo, ante el que se cobr¨® venganza despu¨¦s de tanto forcejeo. Ibagaza acab¨® por aparecer y col¨® un pase a Kezman, pero el delantero ten¨ªa el punto de mira desviado. Acab¨® de los nervios y expulsado.
Pellegrini reaccion¨® y devolvi¨® al Villarreal a su versi¨®n original. Ten¨ªa pocos jugadores para retener el bal¨®n y demasiados para atacarlo, as¨ª que recuper¨® su estilo de siempre. Roger ocup¨® el lugar de Jos¨¦ Mari para explotar el toque en el centro del campo y poco despu¨¦s Cazorla acudi¨® en su ayuda. Era el ¨²ltimo intento de poner orden a un partido enloquecido y con continuos parones en el tramo final, con los jugadores sufriendo calambrazos por el cansancio. El Villarreal protagoniz¨® el ¨²ltimo arre¨®n ante un Atl¨¦tico que se defend¨ªa con un jugador menos. Y que sufri¨® much¨ªsimo para salvar el empate.
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