Irak, ni estable ni democr¨¢tico
Hoy se cumple el tercer aniversario del inicio de una guerra que ha causado m¨¢s problemas que los que pretend¨ªa resolver
Hoy se cumplen tres a?os del ataque estadounidense contra Sadam Husein. El objetivo de lograr un Irak estable, democr¨¢tico y pr¨®spero se ha ido degradando en cada aniversario. Al primero se olvid¨® la prosperidad, al segundo, la democracia, y hoy ese actor incierto que es la comunidad internacional se conformar¨ªa con evitar la desintegraci¨®n de Irak. Pero mientras los expertos debaten si lo que ocurre es una lucha de poder, un conflicto tribal o una guerra religiosa, los iraqu¨ªes sufren las consecuencias del caos en su pa¨ªs.
Tras acusar repetidamente a los periodistas de dar s¨®lo malas noticias sobre la ocupaci¨®n, los responsables estadounidenses han reconocido hace unas semanas que los servicios p¨²blicos iraqu¨ªes se encuentran en peor situaci¨®n que antes de la guerra. Y eso pese a los 16.000 millones de d¨®lares (13.115 millones de euros) que Washington ha consagrado a ese sector.
Muchos padres se despiden cada ma?ana como si no fueran a volver a casa
La capacidad de generaci¨®n de electricidad a¨²n no ha alcanzado los 4.600 megavatios de entonces, Bagdad tiene menos horas de electricidad diarias, la producci¨®n de carburantes se ha reducido a la mitad, y lo que es m¨¢s grave, ha decrecido el n¨²mero de iraqu¨ªes con acceso a agua potable y servicios de alcantarillado.
Cierto que se han multiplicado por cien los salarios de los funcionarios, en especial de los maestros, que ahora cobran el equivalente de 160 euros al mes; la entrada de dinero extranjero ha beneficiado a algunos sectores, y los tel¨¦fonos m¨®viles y la televisi¨®n por sat¨¦lite han puesto a los iraqu¨ªes en contacto con el mundo. Pero a la vez, el coste de la vida se ha encarecido y el paro ronda el 50% de la poblaci¨®n activa, por lo que la mayor¨ªa sigue viviendo de las raciones como en los tiempos de Sadam.
En una reciente conferencia en Abu Dhabi, el veterano pol¨ªtico Adnan Pachachi se?alaba la libertad de expresi¨®n y de asociaci¨®n como los beneficios m¨¢s visibles del nuevo Irak. Sin embargo, muchos iraqu¨ªes cuestionan su valor frente a las coacciones de las milicias islamistas y los frecuentes asesinatos de periodistas. Las numerosas detenciones sin cargos (a finales del a?o pasado hab¨ªa 14.000 detenidos pol¨ªticos en c¨¢rceles gestionadas por EE UU) y las torturas que van saliendo a la luz restan valor a los derechos conquistados sobre el papel.
Pero lo que peor llevan los iraqu¨ªes es la inseguridad. El riesgo de una muerte violenta marca la vida de muchas familias, que tienen miedo hasta de enviar a sus hijos a la escuela. Muchos padres se despiden cada ma?ana como si no fueran a volver a casa. Y sucede mucho m¨¢s a menudo de lo que en cualquier otra sociedad considerar¨ªamos tolerable. Adem¨¢s de los asesinatos de car¨¢cter pol¨ªtico, del peligro de gatillo f¨¢cil de los soldados estadounidenses, lo que m¨¢s temen los iraqu¨ªes es al crimen que se ha adue?ado de sus calles.
Quienes no tienen los medios para irse a Jordania, Siria o Egipto se est¨¢n armando para hacer frente a secuestradores, asaltantes y otras bandas que campan por sus respetos. Muchos iraqu¨ªes apoyaron el derribo de Sadam Husein porque quer¨ªan tener una vida normal. Tres a?os despu¨¦s, a¨²n no lo han conseguido.
Mientras se produc¨ªa este deterioro palpable de la seguridad, EE UU insist¨ªa sin embargo en el proceso pol¨ªtico. Las tres citas con las urnas celebradas en 2005 fueron m¨¢s un censo que verdaderas elecciones, ya que predomin¨® el voto ¨¦tnico y religioso. Para el analista iraqu¨ª Nibr¨¢s Kazimi, esta actitud es "una alegor¨ªa de la lucha entre las comunidades".
Los ¨¢rabes chi¨ªes (60%) a¨²n se sienten vulnerables e inseguros sobre su futuro pol¨ªtico. Los ¨¢rabes sun¨ªes (20%) recelan de la tiran¨ªa de esa mayor¨ªa m¨¢s a¨²n que de la presencia norteamericana. Los kurdos (17%, mayoritariamente sun¨ªes) practican el juego de esperar y ver porque saben que EE UU, Turqu¨ªa e Ir¨¢n se oponen a sus anhelos independentistas. Las peque?as minor¨ªas (¨¢rabes cristianos, turcomanos, etc¨¦tera) ven en la emigraci¨®n la ¨²nica salida. Entre medio de unos y otros, los liberales dem¨®cratas apenas tienen eco porque sin una milicia propia no pueden ofrecer la seguridad que el Estado ha dejado de dar.
As¨ª, aunque el resultado electoral de diciembre haya dado cierto grado de legitimidad al Gobierno dominado por los chi¨ªes, siguen faltando el sentimiento nacional y unas instituciones efectivas. Ahora, a toro pasado, hay analistas que aseguran que esta fragmentaci¨®n se ven¨ªa venir, que Irak fue un pa¨ªs artificial y que s¨®lo se manten¨ªa unido por el pu?o de hierro de Sadam. Sin embargo, a lo largo de la mayor parte de su historia, sun¨ªes y chi¨ªes han vivido en paz y muchos iraqu¨ªes son hijos de matrimonios mixtos.
Tres a?os de ocupaci¨®n militar s¨®lo han agrandado esas divisiones, seg¨²n el ¨²ltimo informe de International Crisis Group (ICG). Para este think tank, Estados Unidos sobreestim¨® la influencia de los exiliados laicos iraqu¨ªes con los que se asesor¨® antes de la invasi¨®n y adem¨¢s reforz¨® a los grupos religiosos al aplicar cuotas por sectas desde la formaci¨®n del primer Consejo de Gobierno, en el verano de 2003. La disoluci¨®n del Ej¨¦rcito y la purga de los miembros del partido de Sadam ayudaron a engrosar las filas de la insurgencia.
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