14 a?os desde la Cumbre de R¨ªo

La vuelta de la Convenci¨®n sobre Biodiversidad a Brasil, donde la iniciativa naci¨® en R¨ªo de Janeiro en 1992, es un intento para revitalizar los esfuerzos, que se han quedado muy retrasados respecto a otros objetivos que se se?alaron en la misma reuni¨®n, como el establecimiento de planes de reducci¨®n de gases de efecto invernadero.

Desde entonces se han sucedido otras seis reuniones de las partes (lo que en el lenguaje de la ONU quiere decir asambleas generales donde adem¨¢s de los pa¨ªses -hay 188 signatarios del borrador- participan expertos y ONG) sin que se hayan establecido planes concretos para llevar a cabo sus objetivos.

La inauguraci¨®n ayer de las jornadas por la ministra de Medio Ambiente brasile?a, Marina Silva, cuid¨® todos los detalles. Brasil es, de los grandes pa¨ªses, el que m¨¢s espacio protegido tiene (el equivalente a dos veces B¨¦lgica). La ciudad elegida como sede es Curitiba, una localidad de 1,5 millones de habitantes que se encuentra al sur del pa¨ªs y que tiene fama por su desarrollo arm¨®nico. El lugar para la primera reuni¨®n, su jard¨ªn bot¨¢nico.

Pero detr¨¢s del escenario hay numerosos obst¨¢culos. El texto de partida es un borrador lleno de corchetes. Ello quiere decir que hay muchos puntos en que no hay acuerdo de partida.

Adem¨¢s, el plazo se agota. Los planes deber¨ªan estar en vigor en cada pa¨ªs para 2010. Pero los antecedentes de otros protocolos, como el de Kioto, indican que desde que se llega a un acuerdo hasta que lo suscribe un n¨²mero suficiente de pa¨ªses puede pasar mucho tiempo. A ello hay que sumar el desconocimiento de la actitud que tomar¨¢ cada pa¨ªs. Aunque una delegaci¨®n sea partidaria, ello no garantiza que el Parlamento lo ratifique. Algunas organizaciones ecologistas ya han manifestado sus recelos ante la postura que puedan tomar gobiernos como el de Estados Unidos, Rusia o China.