?D¨®nde est¨¢ nuestro esp¨ªritu cr¨ªtico?

Tengo 25 a?os y hace dos semanas tuve que tomar una dr¨¢stica decisi¨®n. Dej¨¦ mi empleo en una importante empresa de este pa¨ªs, despu¨¦s de tres a?os de esfuerzo y entrega absoluta, porque mi dignidad y mi amor propio no me permit¨ªan renovar un contrato ilegal m¨¢s. Dicen que somos la generaci¨®n de los mileuristas (j¨®venes que, aunque sobradamente preparados, sobreviven con 1.000 euros al mes). ?Ojal¨¢ yo los hubiera ganado alguna vez! Mi sueldo irrisorio ni siquiera se aproximaba, y es que la licenciatura, los masters, los idiomas o la antig¨¹edad en la empresa no valen de nada... "Es la ley de la oferta y la demanda", seg¨²n intent¨® justificar mi director general. Hay tantos titulados que no merecemos siquiera los derechos laborales m¨¢s b¨¢sicos: siempre habr¨¢ alguien dispuesto a hacer nuestro trabajo por incluso menos dinero.

Sin embargo, creo que no toda la culpa es de los empresarios sin escr¨²pulos o de la connivencia del Gobierno, que para m¨¢s inri es socialista, obrero y espa?ol. Creo que los j¨®venes de este pa¨ªs tenemos gran culpa de lo que ocurre: sufrimos diariamente grandes tasas de paro, empleos basura y sueldos de risa, con los que muy dif¨ªcilmente podremos acceder a una vivienda digna. ?Y qu¨¦ hacemos por intentar cambiarlo? Nada (salvo honrosas excepciones), aceptamos lo que nos viene con la cabeza agachada y ahogamos las penas en un macrobotell¨®n, mientras nuestros vecinos franceses salen a la calle y se atrincheran en la Sorbona para reivindicar sus derechos.

?D¨®nde est¨¢ el esp¨ªritu cr¨ªtico de los j¨®venes espa?oles.