Pedro Corral explora en 'Desertores' los aspectos m¨¢s humanos y menos ¨¦picos de la gran tragedia
Pedro Corral (San Sebasti¨¢n, 1963) considera que, 70 a?os despu¨¦s, los espa?oles nos refugiamos en una versi¨®n ¨¦pica y entusiasta de la Guerra Civil. Y el escritor se dio cuenta de que hab¨ªa una laguna -la de los desertores- que pod¨ªa aportar un contrapunto de realismo y equilibrio.
De ah¨ª que su segundo libro, Desertores. La Guerra Civil que nadie quiere contar (Debate), apunte "a una realidad trascendental que se ha obviado", explica Corral.
Durante dos a?os, Corral buce¨® en los archivos, donde pudo comprobar que ¨¦ste era un tema que no se hab¨ªa tocado antes -no en vano, afirma que el 90% de los documentos consultados son in¨¦ditos-. "Parece que el d¨ªa 18 de julio del 36 son¨® un pitido y todos, en dos bandos, a la guerra, y no es as¨ª". Corral se queja de que ha trascendido una visi¨®n de dos Espa?as monol¨ªticas encantadas de medirse las costillas. "Pero hab¨ªa muchos que no secundaban la causa o que, incluso, eran contrarios a ella", se?ala el escritor. Para ilustrar ese lado de la Guerra Civil que se cubre de polvo en los archivos, Corral habla de fotograf¨ªas. Instant¨¢neas que, aunque nos parezca extra?o, tambi¨¦n se dieron en la guerra -y respaldan su argumento-: ni?as esperando a la puerta de una c¨¢rcel para ver a sus padres, represaliados por la deserci¨®n de un hermano, o franquistas y republicanos jugando un partido en tierra de nadie.
Los desertores, a pesar de lo que pueda parecer, no responden a un determinado perfil. "Los motivos de la deserci¨®n son tantos como desertores hubo en la guerra", se?ala Corral.
Muchos han borrado de su historia personal el cap¨ªtulo de la deserci¨®n; otros veteranos la reivindican y han prestado su testimonio en este libro, entremezcl¨¢ndose en sus p¨¢ginas historia e intrahistoria.
"La deserci¨®n es un acto de valent¨ªa y lealtad extrema", opina Corral. Tambi¨¦n un acto de ingenio. "La imaginaci¨®n del espa?ol fue portentosa. Encontraron miles de f¨®rmulas para no ir a filas", dice Corral.
Hasta en el placer hab¨ªa salidas a la contienda. "Recurrieron al contagio de ven¨¦reas para apartarse de la guerra, hasta que Franco decidi¨® declararlo automutilaci¨®n", se?ala.
El reconocimiento de que hubo desertores sigue aterr¨¢ndonos, o ¨¦sa es la conclusi¨®n a la que ha llegado Corral con Desertores. "Sin ir m¨¢s lejos, la ley de la memoria hist¨®rica se va a olvidar de los desertores, y nadie los va a reivindicar, siguen cargando el estigma de la traici¨®n".
Babelia
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