Muere la cantante Roc¨ªo D¨²rcal
La que fuera ni?a prodigio del cine espa?ol no pudo superar el c¨¢ncer
La actriz y cantante Roc¨ªo D¨²rcal falleci¨® en la tarde de ayer en su casa de Torrelodones, Madrid, debido al c¨¢ncer que padec¨ªa desde hace a?os. Roc¨ªo D¨²rcal, nombre art¨ªstico de Mar¨ªa de los ?ngeles de las Heras Ortiz, de 61 a?os, estaba casada con Antonio Morales, Junior, componente del d¨²o Juan y Junior, y ten¨ªa tres hijos. La capilla ardiente se instalar¨¢ hoy en el tanatorio del cementerio de La Paz, en la localidad madrile?a de Tres Cantos.
Discreta, tambi¨¦n vivi¨® su lucha contra el c¨¢ncer lejos de circos medi¨¢ticos
Pocos artistas espa?oles pueden alardear de haber desarrollado una doble actividad con ¨¦xito. Aunque en realidad, Mar¨ªa de los ?ngeles de Las Heras Ortiz (Madrid, 4 de octubre de 1944) tuvo dos carreras consecutivas. Entr¨® en el cine espa?ol cuando hab¨ªa una gran demanda por los ni?os cantarines. Y Roc¨ªo D¨²rcal, pizpireta y madrile?¨ªsima, encant¨® al personal tras pasar por concursos radiof¨®nicos y televisivos. Contratada por Luis Sanz, protagoniz¨® pel¨ªculas a su medida: Canci¨®n de juventud (1961), Roc¨ªo de la Mancha (1962), La chica del tr¨¦bol (1963), Tengo 17 a?os (1964), M¨¢s bonita que ninguna (1965), Acomp¨¢?ame (1966), La novicia rebelde (1971), Marianela (1972) y media docena m¨¢s. Muchas de ellas generaron ¨¦xitos discogr¨¢ficos; Roc¨ªo entr¨® adem¨¢s en la aristocracia del pop espa?ol al casarse con Antonio Morales, miembro de grupos extraordinarios como Los Brincos y Juan y Junior. Su marido abandonar¨ªa paulatinamente su carrera en solitario para convertirse en manager en la sombra de Roc¨ªo.
La era del destape pill¨® a Roc¨ªo con el paso cambiado. Pas¨® por el teatro, trabajando incluso con Adolfo Marsillach en Contacto peculiar o Un domingo en Nueva York. Hizo una pel¨ªcula er¨®tica de ¨¦xito con Barbara Rey, Me siento extra?a (1977), de la que no quer¨ªa recordar demasiado. Milagrosamente, al mismo tiempo que abandonaba el cine, se iniciaba su historia de amor con M¨¦xico. En aquel pa¨ªs, descubrieron que su voz encajaba con las rancheras. Seg¨²n recordaba, "All¨ª, en BMG, entendieron que yo ten¨ªa la voz y el temperamento para la canci¨®n mexicana, que gusta de las historias duras y los sentimientos fuertes. Hasta entonces, yo hab¨ªa lanzado discos como complemento de las pel¨ªculas pero no me hab¨ªa planteado desarrollar esa faceta". Su amistad con el intocable cantante y compositor Juan Gabriel ciment¨® su aceptaci¨®n por el p¨²blico mexicano, incluyendo el que viv¨ªa en EE UU, donde Roc¨ªo llenaba recintos reservados para las superestrellas. Sin embargo, ella insist¨ªa en que el binomio "Roc¨ªo canta a Juan Gabriel" era una simplificaci¨®n: "Fue importante que Juan Gabriel apostara por m¨ª, pero tambi¨¦n grab¨¦ a Marco Antonio Sol¨ªs o Roberto Livi, sin olvidar autores espa?oles como Rafael P¨¦rez-Botija y Joaqu¨ªn Sabina. En mi repertorio hay rancheras pero tambi¨¦n sones, boleros, tango y, vamos, pop latino".
Arras¨® con temas como el formidable La gata bajo la lluvia, No lastimes m¨¢s, No me vuelvo a enamorar, Fue un placer conocerte, Costumbres, Como tu mujer, Qu¨¦date conmigo esta noche, Amor eterno, La guirnalda o Me despert¨® la realidad. Seg¨²n algunos c¨¢lculos, despach¨® m¨¢s de 40 millones de discos entre Espa?a y Am¨¦rica. Los entusiasmados periodistas mexicanos insistieron en calificarla como "la se?ora de la canci¨®n", "la dama de la ranchera", "la embajadora de la ranchera" y "la espa?ola m¨¢s mexicana". Para Roc¨ªo, no funcionaba el pecado del "malinchismo", como se llama all¨ª a la excesiva preferencia por lo espa?ol sobre lo nacional.
Marieta, como insist¨ªa en ser llamada, soport¨® con buen humor el hecho de que semejante ¨¦xito no tuviera las mismas dimensiones en Espa?a. Dos de sus hijos, Antonio y Carmen, triunfaron haciendo pop infantil. Discreta, tambi¨¦n vivi¨® su lucha contra el c¨¢ncer lejos de circos medi¨¢ticos. Aunque debilitada, hizo promoci¨®n del recopilatorio Me gustas mucho. Risue?a y optimista, hablaba de la necesidad de "engordar y fortalecerme, yo quiero volver a dar mis conciertos de dos horas". Pero ya no pudo publicitar el reciente El concierto... en vivo, una grabaci¨®n de 1991 en el Auditorio Nacional de M¨¦xico, acompa?ada por un DVD que mostraba su dominio del escenario, incluso al lado de fieras locales como Enrique Guzm¨¢n y el citado Juan Gabriel.
Babelia
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