A cubrirse

Fecundo por naturaleza (2,3 goles por partido), el Bar?a afronta un delicado partido en el estadio Da Luz porque se ha quedado sin zagueros para enfrentarse a un Benfica cuartofinalista de la Champions con ocho tantos a favor en ocho jornadas. Contrastada la capacidad de los portugueses para optimizar recursos, la inc¨®gnita est¨¢ en saber la respuesta azulgrana a una situaci¨®n de emergencia en un torneo que exige hombres hechos y derechos. Ausentes Puyol, M¨¢rquez y Edmilson, por no recordar a Xavi y Messi, no le ser¨¢ f¨¢cil al Bar?a cubrirse y encontrar el equilibrio defensivo necesario para marcar las diferencias en ataque.

Aunque la participaci¨®n barcelonista acostumbra a resumirse en los goles de Ronaldinho (seis en siete partidos), su imbatibilidad en campo ajeno (tres victorias y un empate) se sostiene en una base de futbolistas de contenci¨®n (Oleguer, Puyol, M¨¢rquez, Edmilson y Motta), que le da consistencia y madurez, m¨¢s la competitividad de Deco. Hoy s¨®lo cuenta con un central que a veces juega de lateral (Oleguer). A Rijkaard no le queda m¨¢s remedio que recurrir al filial (alinear a Rodri y santas pascuas) o remover la alineaci¨®n (retrasar a Motta y poner a Iniesta, Gio o Van Bommel como medio centro). La elecci¨®n no es f¨¢cil: necesita altura para combatir el poder a¨¦reo de los centrales y velocidad para aguantar a los r¨¢pidos delanteros. Una cosa u otra, porque no hay un futbolista que pueda con ambas.

Luisao y Anderson son tan importantes en las jugadas de estrategia como Geovanni, Miccoli y Sim?o, en las transiciones del Benfica. El plan portugu¨¦s es repetir el partido que le ganaron al Liverpool por 1-0 con un gol de Luisao. Defiende y ataca con agresividad, trabaja mucho y corre que se las pela, circunstancias interesantes en un choque en el que, para su suerte, no deber¨¢ llevar la iniciativa. Le anima su historia (dos Copas de Europa y cinco finales perdidas desde que el t¨¦cnico Bela Guttman maldijo a la instituci¨®n por ser despedido), una hinchada caliente (65.000 espectadores) y un entrenador que entiende la m¨ªstica de la competici¨®n como ning¨²n otro. Koeman siempre supo c¨®mo jugar la Copa de Europa como futbolista, suyo fue el gol que le dio el trofeo al Bar?a, y hoy transmite su esp¨ªritu ganador a sus equipos. Le ha dado grandeza a un Benfica cuya estrella es Sim?o, ex azulgrana como Geovanni, condici¨®n que agranda el morbo de un encuentro con aire a contencioso familiar. Al Benfica le viene de perlas el f¨²tbol de un Bar?a al que se le piden t¨ªtulos m¨¢s que victorias. No parece que le vaya a ser f¨¢cil negociar un buen resultado por el rival -s¨®lo ha perdido en Da Luz con el Villarreal- y por sus propias limitaciones.

El Benfica juega con la ventaja de no ser el favorito y el Bar?a con la suerte de que cuando la vuelta se disputa en casa se puede resolver en la ida, circunstancia a tener en cuenta cuando se viaja bajo cierta sospecha por la alineaci¨®n y los ¨²ltimos resultados.