Penado a 32 meses de c¨¢rcel el due?o de un bar por exceso de ruido
La sentencia habla de la "incomprensible pasividad del Ayuntamiento" ante el caso
El due?o del bar Cartoon, en el centro de Madrid, ha sido condenado a dos a?os y ocho meses de c¨¢rcel por causar ruido y superar los l¨ªmites fijados por la Ordenanza de Medio Ambiente Urbano. Seg¨²n la sentencia de Luc¨ªa Mar¨ªa Torroja Ribera, juez de lo Penal n¨²mero 24, el bar, situado en la calle de Santa Teresa (cerca de la plaza de Alonso Mart¨ªnez), abr¨ªa hasta las siete de la ma?ana. La semana pasada, el propietario de otro local de Barcelona fue penado a cuatro a?os de prisi¨®n por el mismo delito.
"Durante tres a?os hemos tenido que dormir en un sof¨¢-cama del sal¨®n de casa", explica Ana Clara Belio, una de las vecinas afectadas por el ruido del bar Cartoon y que ha interpuesto la denuncia. "El volumen estaba tan fuerte que pod¨ªamos tararear las letras de la horrible pachanga de m¨²sica que pon¨ªan en el local", insiste Belio.
"El Ayuntamiento no ha hecho nunca nada. Las sanciones administrativas no tienen ning¨²n efecto sobre esta gente. Con lo que ganan, les sale a cuenta pagarlas. Por eso hemos tenido que recurrir a la v¨ªa penal", explicaba en la puerta de su domicilio de la calle de Argensola n¨²mero 9, colindante al establecimiento. "?La sentencia? Muy contenta", a?ad¨ªa.
La semana pasada el propietario de un bar de las calles de Sicilia, esquina a la de Sant Antoni Maria Claret, en Barcelona, fue condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel por el mismo delito. Casi al mismo tiempo, la Audiencia de Ja¨¦n conden¨® a los dos due?os del pub Prost de Ja¨¦n a dos a?os y tres meses de prisi¨®n por sobrepasar las emisiones de ruido y no atender las m¨²ltiples denuncias de los vecinos. No obstante, el tribunal va a proponer al Gobierno que se les conceda el indulto parcial de la pena de prisi¨®n por considerarla "desproporcionada".
20 a?os abierto
El bar Cartoon llevaba abierto casi 20 a?os. Pero est¨¢ cerrado desde hace un a?o y medio, cuando la comunidad de vecinos del n¨²mero 9 de la calle de Argensola decidi¨® denunciarlo. El local, sin embargo, s¨®lo ten¨ªa la licencia de bar de copas desde 2003, que obtuvo despu¨¦s de recibir durante a?os innumerables denuncias por parte de los vecinos y de que el Ayuntamiento le obligase a adaptarse a las normativas.
"Aquello fue incre¨ªble. Despu¨¦s de todas las denuncias, lo que hace el Ayuntamiento es darle la licencia", relata Belio indignada. La sentencia se?ala que "sorprende grandemente la incomprensible pasividad del Ayuntamiento", y coincide con la afirmaci¨®n contenida en otra sentencia de un juzgado de lo Contencioso a prop¨®sito de este mismo bar, que el 1 de julio de 2003 afirmaba que "el Ayuntamiento ha incumplido su deber de velar por el mantenimiento del medio ambiente adecuado".
Tras varias comprobaciones por parte de la Polic¨ªa Municipal de que el local cumpl¨ªa las normas despu¨¦s de las modificaciones realizadas por el propietario, se realizaron mediciones desde las casas colindantes. Fue entonces cuando la diferencia en el nivel de los datos obtenidos en el interior del bar y en las casas de los vecinos, hicieron sospechar a la polic¨ªa de que los limitadores del bar hab¨ªan sido modificados.
La sentencia de la juez Torroja, que no es firme al poder ser recurrible ante la Audiencia de Madrid, recoge varios casos de vecinos que sufr¨ªan las consecuencias del ruido. Adem¨¢s de Ana Clara Belio, su marido y su hija de entonces seis meses, que sufrieron problemas de insomnio, fatiga cr¨®nica, angustia e irritabilidad, un antiguo vecino, Mario L. F, puso a la venta su vivienda por los problemas de ruido.
Los vecinos aseguran que, adem¨¢s, Cartoon desarrollaba su actividad con las puertas del local abiertas hasta altas horas de la madrugada. A veces, hasta las siete de la ma?ana. Ayer, sin embargo, no quisieron facilitar sus nombres, dicen, por miedo a represalias.
La sentencia asegura que en alguna ocasi¨®n el propietario del local se neg¨® a obedecer las indicaciones de la Polic¨ªa Municipal de que pusiera fin a la emisi¨®n de m¨²sica a una hora como las 4.30. "Yo alguna vez me levanto temprano para ir a la monta?a y en el bar todav¨ªa hay m¨²sica y clientes", explica Jos¨¦ Carlos Nicolau, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos del barrio de Justicia, en el distrito de Centro.
Ana Belio asegura que su marido, junto al vecino que tuvo que vender su inmueble a?os atr¨¢s, hab¨ªan bajado innumerables veces a las puertas del local "en pijama" para pedir que bajasen el volumen. Pero lejos de hacerles caso, dice que llegaron a ser amenazados con un bate.
El propietario de Cartoon, Emilio O. L., de 42 a?os, sin antecedentes, declar¨® que "siempre hab¨ªa tenido buena relaci¨®n con los vecinos y ¨¦stos nunca le hab¨ªan dicho que sufr¨ªan ruidos excesivos", pero la sentencia sostiene que tales manifestaciones son "sencillamente incre¨ªbles".
Adem¨¢s, el fallo judicial asegura que "el acusado ha creado una situaci¨®n de grave peligro para la integridad f¨ªsica, ps¨ªquica, la intimidad personal y familiar, bienestar y calidad vida de los vecinos del inmueble que pudieran resultar afectados por las emisiones de ruido".
Pero no todos los vecinos compart¨ªan la alegr¨ªa por la sentencia. Natividad y Mar¨ªa viven pared con pared con el bar. Su testimonio no es otro cualquiera. "Tengo el cabecero de la cama justo donde acaba el local", cuenta Natividad. "?A la c¨¢rcel? Pobre hombre, lo ¨²nico que hac¨ªa era trabajar", se lamenta. Ellas aseguran que el ruido que padec¨ªan era relativo y que si cierran ese bar "habr¨ªa que cerrar todos los de la zona".
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