Francisco Ayala proclama la libertad como base esencial de su obra

De "obscenamente procaz" le tacharon los censores de la Espa?a franquista en 1964. La "inoculada rojez" que detectaron en sus escritos hac¨ªa poco recomendable su publicaci¨®n. "Al escribir he querido cumplir mi deber de expresar mi verdad. He callado mucho, pero he dicho lo que cre¨ªa que no hab¨ªa m¨¢s remedio que decir", asegur¨® ayer el escritor en la Casa de Am¨¦rica de Madrid.

M¨¢s de doscientas personas aguardaban ayer la llegada de Francisco Ayala al anfiteatro Gabriela Mistral en la Casa de Am¨¦rica de Madrid. El escritor, acompa?ado del escritor Luis Garc¨ªa Montero y del periodista Juan Cruz, clausur¨® el ciclo Meditaciones sobre la libertad. Este encuentro puso punto final a las conferencias ofrecidas por Federico Mayor Zaragoza Jorge Edwards, Emilio Lled¨®, Juan Luis Cebri¨¢n, Victoria Camps y El¨ªas D¨ªaz, que han sido organizadas por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), la Casa de Am¨¦rica, la Biblioteca Nacional y el Ministerio de Cultura con motivo del centenario de Ayala.

Los aplausos entrecortaron las intervenciones de Ayala que, ir¨®nico y l¨²cido, agradeci¨® la compa?¨ªa del p¨²blico en "este trance de los 100 a?os". Al hilo de la lectura de algunos de sus textos, que efectu¨® Luis Garc¨ªa Montero, y de las preguntas de Juan Cruz, el escritor record¨® episodios de su vida y afirm¨® su credo liberal. "La libertad es una cuesti¨®n del individuo. Las libertades colectivas no existen si no como suma de las libertades individuales. Tuve la osad¨ªa de escribirlo en una ¨¦poca en que esto estaba mal visto, en que se hablaba de la libertad de las naciones o de los colectivos pero no del individuo concreto", afirm¨®.

Ayala habl¨® sobre el fracaso de la Rep¨²blica y del papel que en ello jugaron las potencias europeas. "El mundo hab¨ªa dado carpetazo a las democracias liberales; cre¨ªan en las democracias de masas. La Rep¨²blica fracas¨® porque no la quer¨ªa nadie fuera de Espa?a. Unos porque eran totalitarios y otros porque ten¨ªan miedo a los totalitarismos", record¨®.

Ante la pretensi¨®n de los censores espa?oles de suprimir p¨¢ginas de sus obras en 1964, Ayala brome¨®: "Hubieran podido suprimir los hechos en lugar de los libros. La estupidez humana no es cosa de hoy; es una carga del pecado que llevamos encima". El autor de La cabeza del cordero revivi¨® su vuelta tras el exilio y c¨®mo aqu¨ª encontr¨® a sus amigos "con la experiencia pasada encima del cuerpo". Aquel pa¨ªs triste y humillado record¨® Ayala que es muy distinto del actual, "una Espa?a floreciente en la que algunos muestran su resentimiento contra los inmigrantes sin recordar que no hace tanto eran los espa?oles quienes sufr¨ªan esto". Sobre la situaci¨®n actual, Ayala se mostr¨® cauto. La tregua es "una noticia en el peri¨®dico" y la situaci¨®n de Occidente no le inspira mucha esperanza. "No veo posibilidad de recuperaci¨®n de la raz¨®n. Siento tener una opini¨®n tan pesimista, pero es la m¨ªa".