El Sevilla aprende a resolver en Europa

Es curioso como las camisetas y los escudos pueden hacer de uno un gigante y casi al instante dejarlo como si hubiera pasado por las manos de un brujo j¨ªbaro. El Sevilla conmemoraba ayer el 60 aniversario de la consecuci¨®n de su ¨²nico t¨ªtulo liguero. Adem¨¢s, salt¨® al campo crey¨¦ndose superior al conjunto ruso. Y si¨¦ndolo.

En el primer cuarto de hora, le pegaron un se?or baile de f¨²tbol a los de San Petersburgo. El Zenit se plant¨® con una l¨ªnea de tres centrales, sus correspondientes carrileros y tres futbolistas de experiencia y toque en el centro. En la punta habitaban sus mejores jugadores, dos peque?os, r¨¢pidos y list¨ªsimos delanteros. Pero esto se vio y se padeci¨® m¨¢s tarde. En los primeros minutos el Sevilla fue un aluvi¨®n de movimiento de desmarques, pases y penetraciones por las bandas. Principalmente por la derecha, donde Sales, no es que hiciera olvidar a Navas, pero s¨ª que jug¨® cerca del nivel que se espera de ¨¦l. Con Kanout¨¦ y Saviola enfrente, el tr¨ªo de centrales del equipo ruso, malviv¨ªa ya que les pod¨ªan atacar por el cielo o por el suelo indistintamente. Saviola disfrut¨® de la situaci¨®n y a los cinco minutos, se deshizo de Krizanac con un sombrero dentro del ¨¢rea y peg¨® un pepinazo que a¨²n nadie se explica c¨®mo pudo pararlo el portero ruso. Tres minutos despu¨¦s, Malafeev sac¨® otro bal¨®n imposible tras un cabezazo de Escud¨¦ tras el saque de un c¨®rner. El argentino no pod¨ªa sentirse m¨¢s a gusto. Hasta parec¨ªa m¨¢s alto. Tras recortar a uno de los centrales rusos hasta tres veces, estuvo de nuevo cerca del gol. Y ¨¦ste lleg¨®. Adem¨¢s, muy a su estilo. El menudo argentino se las arregl¨® para robarle a los tres centrales rusos el bal¨®n rebotado tras un saque de c¨®rner y, con la cabeza, envi¨® la pelota a la red. El estadio estall¨® de j¨²bilo, los jugadores se sent¨ªan m¨¢s cerca que nunca de la proeza y el equipo se desplom¨®.

Lo que antes hab¨ªa sido control y buen f¨²tbol, de repente, cuando todo pintaba mejor que nunca, pas¨® a ser un festival de miedos, inseguridades varias y complejos redivivos. El conjunto ruso aprovech¨® la ocasi¨®n de la mano de la experiencia y el manejo del tiempo de Radimov y Denisov. El dibujo de los rusos comenz¨® a tener sentido. Los carrileros daban profundidad en el ataque y superioridad en la defensa. Con triangulaciones cortas y regates y desmarques a la velocidad de la luz, el Zenit domin¨® todos los aspectos del encuentro. Kerzhakov le buscaba constantemente la espalda a Mart¨ª, lateral derecho de circunstancias ayer por la sanci¨®n de Alves. En una de esas, el habilidoso punta vio un hueco y peg¨® un zapatazo que se col¨® por la escuadra izquierda de la porter¨ªa de Palop.

La segunda mitad pintaba negr¨ªsima. Y comenz¨® casi igual que acab¨® la anterior. De repente, apareci¨® Renato y le puso una magn¨ªfica pelota en profundidad a Kanout¨¦ -otro que no se sab¨ªa muy bien si estaba jugando el partido-, Hagen le derrib¨® cuando se colaba en el ¨¢rea y el ¨¢rbitro pit¨® el correspondiente penalti y la expulsi¨®n del defensa. Mart¨ª marc¨® el gol y los sevillistas se volvieron a sentir gigantes, hacedores de historia. Eso s¨ª, no con el br¨ªo y el acierto del inicio de la primera parte. Los rusos se conformaban con lo que ten¨ªan, pero el Sevilla estaba crecido, busc¨® el tercero y Saviola lo encontr¨® tras controlar un pase de Maresca al borde ¨¢rea peque?a y batir al portero ruso con un chut raso. Y finalmente Adriano, ya en el tiempo recuperado, redonde¨® la goleada. Una goleada que deja al Sevilla m¨¢s cerca de las semifinales de la Copa de la UEFA, una goleada que puede darle a¨²n m¨¢s pesos a esa camiseta y a ese escudo.