Transatl¨¢ntico espa?ol

"En realidad, las lenguas -todas las lenguas- son un tipo especial de palimpsesto", afirma Humberto L¨®pez Morales en La aventura del espa?ol en Am¨¦rica. No le falta raz¨®n. Las lenguas, como los palimpsestos, no pueden ocultar bajo sus rasgos actuales lo que fueron en otro momento anterior. Esta visi¨®n org¨¢nica de la lengua, en el caso del espa?ol, sirve para presentarnos una lengua joven -cuya expansi¨®n fundamental se produjo en el siglo XIX-, y americana -el 90% de los hablantes vive al otro lado del Atl¨¢ntico-, que despierta inter¨¦s por su vitalidad y por la importancia que le otorga ser la segunda lengua de Estados Unidos, donde la hablan 36 millones de personas, casi los mismos que en Espa?a.

La aventura del espa?ol en Am¨¦rica narra la historia de una lengua europea que cruz¨® los mares y fue reinvent¨¢ndose a s¨ª misma sin renunciar por completo a su naturaleza. L¨®pez Morales recuerda las contingencias que, desde los inicios de la conquista, influyeron en esa evoluci¨®n del espa?ol: el contacto inicial con las lenguas del Caribe insular -sobre todo con el ta¨ªno- y los sucesivos encuentros con el nahua, el maya, el quechua, el aimara y el guaran¨ª; las huellas que dejaron algunas de estas lenguas en las cr¨®nicas y los documentos oficiales producidos por los colonizadores; el predominio, en las primeras fases de la conquista, de hablantes de la variedad meridional del espa?ol, andaluces y canarios fundamentalmente. Tambi¨¦n nos recuerda el conflicto dieciochesco entre los pol¨ªticos que deseaban imponer unidad jur¨ªdica y ling¨¹¨ªstica, y los te¨®logos que defend¨ªan el derecho de los predicadores a evangelizar a los nuevos cristianos en sus propias lenguas.

Pero el libro no presta aten

ci¨®n ¨²nicamente a la historia de la lengua. Tambi¨¦n plantea algunas cuestiones candentes sobre el espa?ol actual, desde los prejuicios sociales y econ¨®micos que ponen en peligro al espa?ol en Estados Unidos hasta la existencia del espanglish y pasando por la vitalidad de hablas marginales como el lunfardo argentino y el parlanche colombiano -los dos vinculados a la delincuencia-, y el caso del portu?ol, producido por la mutua influencia, sobre todo l¨¦xica y sint¨¢ctica, de dos lenguas que conviven estrechamente. L¨®pez Morales tambi¨¦n aborda la cuesti¨®n de c¨®mo denominar a la Am¨¦rica de habla hispana, y apuesta por Hispanoam¨¦rica. Pero pese a sus argumentos, por otra parte cargados de raz¨®n, Latinoam¨¦rica es el t¨¦rmino que se ha impuesto en el influyente mundo universitario estadounidense, en donde los departamentos de Latin American Studies proporcionan un lavado espiritual a los j¨®venes con manchas de imperialismo en la conciencia.

La lista de asuntos que aborda L¨®pez Morales en este ensayo, ameno y riguroso, no termina aqu¨ª. Adem¨¢s de problemas que est¨¢n relacionados con la historia de la lengua espa?ola, de socioling¨¹¨ªstica, dialectolog¨ªa y lexicolog¨ªa, se tratan cuestiones de antropolog¨ªa y de academiolog¨ªa, si es que el estudio de la RAE puede llamarse as¨ª. En resumidas cuentas, La aventura del espa?ol en Am¨¦rica presenta al p¨²blico no especializado en cuestiones ling¨¹¨ªsticas, pero interesado en la historia americana de la lengua espa?ola, un panorama vast¨ªsimo, y algo caribec¨¦ntrico, de los temas que m¨¢s dan que hablar a los peritos en nuestra lengua.