Un amor recuperado
El ca?amazo mismo de la historia pone las cosas en un nivel de dificultad que no acaba en cat¨¢strofe pero s¨ª en desencanto y decepci¨®n. Desde las primeras l¨ªneas y hasta el final, el lector se mueve en el hilo central de una historia tan previsible y poco original, tan sin el br¨ªo de algo hondo, o raro, o extravagante, o simplemente propio y diferente, que acaba dej¨¢ndose llevar por el libro sin pedirle nada de lo que pudo concebir al principio, entre boxeadores y pel¨ªculas de monstruos. Y ¨¦sa es lectura posible de una novela, pero desde luego no es la mejor. A m¨ª me parec¨ªa un reto literario volver a contar el reencuentro de una pareja madura que hab¨ªa mantenido en un verano de la adolescencia una relaci¨®n de amor y amistad, de amistad y amor, interrupta, o cortada, o inmadura como todas las historias de amor (por definici¨®n).
MI QUERIDA EVA
Gustavo Mart¨ªn Garzo
Lumen. Barcelona, 2006
255 p¨¢ginas. 17 euros
El reencuentro lo propicia
el azar de un congreso m¨¦dico, que a su vez da pie a una cena a solas que va complic¨¢ndose, paseos por la playa y algunas copas, indecisiones, amagos de entrega amorosa y retiradas calculadas para acabar cayendo verticalmente en el vicio, como hubiera dicho Mario Cesarini, que sirven para desvelar hacia atr¨¢s lo que fue aquel verano en Valladolid y la experiencia compartida de empezar a querer. La compartieron ellos dos con una especie de protagonista oculto, Alberto, sobre quien recae algo del enigma de la novela sin que llegue a animarla. Dos ¨ªntimos amigos y una mujer enamorada de uno de ellos (justo del otro, del que ya no existe), alg¨²n equ¨ªvoco necesario para cerrar la trama, y poco m¨¢s. Y es verdad que afluyen aqu¨ª y all¨¢ apuntes sobre lo lento que a veces oxida el amor, o el peso de las cobard¨ªas y las prevenciones, y aun algunas meditaciones sobre los destinos crueles que esperan a la madurez (en el terreno de los sentimientos amorosos y en los otros). Pero no hallan aqu¨ª la vitalidad ni la frescura que otras novelas de Gustavo Mart¨ªn Garzo han podido dar a su mundo entreverado de f¨¢bula, falsa f¨¢bula, aparentes ingenuidades y sutilezas reales.
Entre los alicientes de la trama est¨¢ que mi querida Eva sea esposa de un miembro del Opus Dei y eso a?ade un punto de morbo ligero, tibio, porque se cruza con una experiencia er¨®tica inici¨¢tica con dos gemelos, liberadora y feliz y medio contado s¨®lo. La otra historia tiene una fuerza narrativa que encaja en el sentido de la novela, y quiz¨¢ incluso la resume de alg¨²n modo, pero no puede cargar con toda ella. Aludo a la peripecia de un boxeador que vive una historia fant¨¢stica con una actriz de Hollywood y acaba sus d¨ªas muy maltratado por la perra vida y el alcohol (pero es objeto de protecci¨®n y fascinaci¨®n de Alberto). Es verdad que el boxeo presta algunas de las mejores p¨¢ginas y sobre todo un nervio de fondo, que est¨¢ en la intenci¨®n de la f¨¢bula: el boxeo puede ser un refugio parad¨®jico de la crueldad incontrolada de la vida porque se basa en unas pocas normas que los ajenos a ese mundo ignoran o no advierten. Su belleza reside en la libertad bajo ley, no en el descaro de la brutalidad, casi como si detr¨¢s de todo hubiese el aliento de un narrador con voluntad de pensar sobre las decisiones y los impulsos antes de que todo quede sembrado de decepci¨®n, vida muerta, sombras del recuerdo de lo que fue y no fue, o casi fue, sin ser. No ha sido la mejor apertura de una Biblioteca dedicada por Lumen al autor.
![El escritor Gustavo Mart¨ªn Garzo (Valladolid, 1948).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WXVE3LS2VPGKGZGQDFASYKIKJA.jpg?auth=3b6f26baf7806bcc4fa9eb3db7e15ba57c62c98f7834a0c29886d05338e0d3ab&width=414)
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