El capital semilla no germina en Espa?a
El a?o pasado se realizaron ¨²nicamente 218 operaciones, con una media de 900.000 euros
Tan s¨®lo el 4,5% de la inversi¨®n en capital riesgo en Espa?a se destina a empresas que est¨¢n en su fase previa al lanzamiento (capital semilla) o de arranque, en sus primeros estadios de desarrollo, frente al 6,4% de la media europea. El a?o pasado, 218 operaciones, m¨¢s de la mitad en el sector tecnol¨®gico, se repartieron, tan s¨®lo, 187 millones de euros.
La inversi¨®n en capital riesgo se centra en empresas que ya han crecido, cuentan con un buen plan de negocio y quieren dar el salto
De las 126 firmas espa?olas de capital riesgo, tan s¨®lo unas 31 se dedican al 'venture capital', seg¨²n la asociaci¨®n empresarial Ascri
El volumen total de capital riesgo invertido en Espa?a alcanz¨® el a?o pasado los 4.117,7 millones de euros, m¨¢s del doble que en 2004. Todo un r¨¦cord hist¨®rico, impulsado por operaciones deslumbrantes, como la compra de Cortefiel, Auna, Panrico o Amadeus. Sin embargo, esas transacciones no se ajustan a la definici¨®n estricta de capital riesgo, o venture capital en ingl¨¦s, t¨¦rmino que se reserva para la inversi¨®n en el prelanzamiento de empresas o el impulso a sus fases iniciales. En esta categor¨ªa se incluyen, en los ¨²ltimos a?os, casos como el de Jazztel, eDreams, Fractus, Imaginarium o Vueling. El a?o pasado, las operaciones m¨¢s importantes fueron las protagonizadas por Bionostra, Telemedicina, Clinic, Topos Foam, Lock Programas de Seguridad o Atenia. En total, este subsector -capital semilla o de arranque- se llev¨® tan s¨®lo 186,6 millones de euros el a?o pasado, seg¨²n cifras de la Asociaci¨®n Espa?ola de Entidades de Capital Riesgo (Ascri).
Seg¨²n la fase de la vida de la empresa en la que se depositan los fondos, este capital riesgo se clasifica en varias categor¨ªas. El capital semilla entra en juego antes incluso de que exista un producto en la calle o una compa?¨ªa organizada. El capital de arranque suele impulsar los primeros pasos de vida de una compa?¨ªa. El capital expansi¨®n le ayuda, m¨¢s tarde, a lograr una determinada masa cr¨ªtica. La liquidaci¨®n de la inversi¨®n suele buscar a trav¨¦s de una salida a Bolsa, normalmente al cabo de entre cinco y siete a?os despu¨¦s.
Fase de arranque
Del volumen total invertido en Espa?a el a?o pasado, tan s¨®lo 8,4 millones de euros se destinaron a capital semilla, repartidos en 50 operaciones. El grueso, 109,3 millones, fue a parar a fases de arranque, mientras el resto acab¨® en otras fases iniciales del desarrollo de una empresa. Por sectores, el 51,4% del n¨²mero de operaciones se realiz¨® en el sector tecnol¨®gico. Aunque, por volumen invertido, el panorama es algo diferente. Energ¨ªa y recursos naturales se llev¨® la palma el a?o pasado, al acaparar el 23,3% de la inversi¨®n en venture capital. Construcci¨®n fue el destino del 14,2% de la inversi¨®n, seguido de otros servicios, con el 12,6%. Sectores de vanguardia, como la biotecnolog¨ªa o la ingenier¨ªa gen¨¦tica, s¨®lo recibieron el 4,7% de la inversi¨®n.
Seg¨²n Francisco G¨®mez-Ubeldia, consejero delegado de la firma de capital riesgo Diana Capital, el venture capital est¨¢ siguiendo la misma ruta que sigui¨® la Bolsa en general. "?Cu¨¢les fueron las primeras empresa en las que invirtieron los espa?oles? Endesa, Telef¨®nica, Santander o BBVA. S¨®lo entraron en Zeltia a partir del boom burs¨¢til", asegura. "El capital riesgo va a seguir el mismo camino. Ahora las firmas entran en compa?¨ªas asentadas, digamos en los blue chips del capital riesgo. Dentro de unos a?os entrar¨¢n en capital de arranque", a?ade
De las 126 firmas de capital riesgo espa?olas, seg¨²n Ascri, unas 31 se dedican al venture capital. Entre ¨¦stas se cuentan Barcelona Empren, el Centro para el Desarrollo Tecnol¨®gico Industrial (CDTI), ENISA, Gesti¨®n Capital Riesgo del Pa¨ªs Vasco, Highgrowth Partners o Najeti. El 55% de las operaciones realizadas en 2005 cont¨® con financiaci¨®n de entidades de capital riesgo p¨²blicas, aunque las firmas privadas aportaron el 61,4% del volumen invertido.
Una de las recientes iniciativas p¨²blicas ha sido el lanzamiento de Neotec Capital Riesgo, que cuenta con un presupuesto inicial de 176 millones de euros (con posibilidad de ampliarse hasta 600 millones) para promover inversiones en empresas tecnol¨®gicas hasta 2010 o 2012. El CDTI, dependiente del Ministerio de Industria, ha aportado 60 millones de euros y el Fondo Europeo de Inversiones (FEI), otros 50 millones. El resto se reparte entre entidades privadas como Telef¨®nica, Iberdrola, Repsol YPF, Caja Madrid y otras.
Prueba del recelo que despierta este tipo de inversi¨®n es el tama?o de las operaciones, que confirma el raquitismo de esta modalidad de inversi¨®n en Espa?a. El 90% de las compa?¨ªas recibe menos de 2,5 millones de euros, aunque la inversi¨®n media el a?o pasado fue de 900.000 euros. El porcentaje de la inversi¨®n en capital riesgo que en Europa se destina a las fases iniciales del desarrollo de una empresa es del 6,4%. En algunos pa¨ªses, ese porcentaje alcanza niveles tan elevados como los de Grecia (58,6%), Irlanda (45%) o Dinamarca (42%).
En los primeros tiempos del desarrollo del capital riesgo, durante las d¨¦cadas de los cincuenta y los sesenta, el prototipo del inversor era un individuo acaudalado. Esta figura volvi¨® a emerger con fuerza durante el boom de Internet de la pasada d¨¦cada, bajo la figura de ¨¢ngeles inversores, una especie de "mentores" para empresarios incipientes ¨¢vidos de capital y de experiencia. Los ¨¢ngeles suelen tener experiencia en gesti¨®n o tratarse de emprendedores jubilados que a¨²n buscan oportunidades para desarrollar negocios. Pero la mayor¨ªa de las firmas de capital riesgo est¨¢n organizadas como sociedades de responsabilidad limitada que buscan invertir en empresas que les vayan a proporcionar un alto rendimiento en un plazo medio. No son meros socios financieros, sino que se suelen implicar en la gesti¨®n, el marketing estrat¨¦gico y la planificaci¨®n de las compa?¨ªas en las que invierten.
En otras palabras, son emprendedores en primer lugar y financieros en segundo. Seg¨²n la Nacional Venture Capital Association de Estados Unidos, en la primera econom¨ªa del mundo las firmas de capital riesgo han creado m¨¢s de 10 millones de puestos de trabajo y han generado ingresos para la econom¨ªa por importe de 1,7 billones de d¨®lares en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas.
Seg¨²n G¨®mez-Zubeldia, el mercado espa?ol a¨²n no est¨¢ maduro para que firmas como la suya d¨¦ el salto al venture capital. "Adem¨¢s, no hay un mercado como el Nasdaq, que garantiza liquidez a ese tipo de inversiones". En Espa?a la inversi¨®n en capital riesgo se centra en la fase de expansi¨®n de una empresa que ya ha crecido, cuenta con un buen plan de negocio y quiere endeudarse para dar el salto. Otra modalidad muy extendida es la del management buy out (MBO), procedimiento que usan los directivos de una compa?¨ªa para endeudarse y hacerse con el control de su compa?¨ªa.
Plan de negocio
"En Espa?a, no faltan ideas ni gestores". As¨ª de contundente se manifiesta Javier Catalina, profesor de Finanzas en el M¨¢ster Ejecutivo de la Escuela de Organizaci¨®n Industrial (EOI). Lo que ocurre, en su opini¨®n, es que muchas veces los empresarios o gestores no dise?an bien su plan de negocio y no lo transmiten bien al fondo de capital riesgo. Adem¨¢s, asegura, en el pasado las propias empresas se mostraban algo reacias a incorporar como socio a un fondo de capital riesgo, "por miedo a perder autonom¨ªa".
Catalina cree que hay que hacer una suerte de "marketing del producto capital riesgo" entre los empresarios, puesto que no muchos lo conocen ni saben c¨®mo funciona. "Deber¨ªa haber una labor de difusi¨®n y venderse como una alternativa a la financiaci¨®n bancaria tradicional".
Pero hay otro problema. A diferencia de Estados Unidos, donde las universidades y las empresas colaboran y son socios habituales en el lanzamiento de empresas, en Espa?a viven en dos planetas distintos. "Los inversores ni est¨¢n conectados con la universidad ni tienen incentivos para hacerlo", se?ala Jos¨¦ Mart¨ª, profesor de Econ¨®micas de la Universidad Complutense de Madrid. Para colmo, los propios acad¨¦micos cuentan con incompatibilidades legales para poner en marcha proyectos empresariales. "Si creas una empresa, pierdes la plaza, algo que no sucede, por el contrario, si se desempe?a un cargo pol¨ªtico", apunta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.