Magia para inteligentes
El poeta y mago Joan Brossa dec¨ªa que la magia es para espectadores inteligentes. ?stos, sabiendo que lo son, se dejan enga?ar tranquilamente. En cambio, el tonto no quiere ser descubierto y no admite el enga?o. Se pasa todo el espect¨¢culo buscando el truco en lugar de disfrutar de la ilusi¨®n. Nada x aqu¨ª (Cuatro) tiene un p¨²blico inteligente que no oculta su perplejidad despu¨¦s de que su anillo haya aparecido en una m¨¢quina de golosinas o la carta escogida quede pegada en el interior de un escaparate. Esta imagen del p¨²blico pasmado es lo que falta en muchos programas de magia por televisi¨®n.
El espacio tiene tres escenarios. El plat¨®, adonde acuden artistas invitados. Hay que reivindicar el ilusionismo en el escenario, muy raro en los teatros espa?oles. El segundo, es la calle. Van a una plaza, a un colegio -aut¨¦nticamente po¨¦tica la escena en un patio escolar- y asaltan a los transe¨²ntes con el encanto de la magia de cerca. En el tercero, el p¨²blico ignora que est¨¢ ante un acto de ilusionismo. Una supuesta cajera rompe los billetes de los clientes para, tras el susto, devolverlos ¨ªntegros o se meten en una cocina para sacar pajaritos del fuego. Esta broma de c¨¢mara oculta convierte el p¨²blico en v¨ªctima temporal de la magia, contra la estupenda l¨®gica del programa que lo hace part¨ªcipe de un milagro inexplicable. Es una pega menor en la dif¨ªcil y bella apuesta de unos j¨®venes magos que, con pasi¨®n y talento en las rutinas m¨¢gicas, proponen cada s¨¢bado que seamos inteligentes y nos dejemos enga?ar, maravillar.
Otros¨ª. La infograf¨ªa televisiva avanza a pasos agigantados. Ah¨ª est¨¢ el espl¨¦ndido uso en la f¨®rmula 1 (Tele 5). La misma emisora aplic¨® con igual esmero los datos infogr¨¢ficos para darnos los a?os, estudios y medidas (90-60-90) de las se?oritas que concursaban para Miss Espa?a. La c¨¢mara lam¨ªa sus cuerpos para que los telespectadores, v¨ªa tel¨¦fono, pudieran votar. Mientras, el presentador se esforzaba en decirnos que la mayor¨ªa ten¨ªa estudios. Un empe?o in¨²til para combatir el aroma rancio que tuvo la cosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.