Amor, azar, extra?amiento...
Viene precedida esta novela de Nicole Krauss (Nueva York, 1974) por un gran ¨¦xito cr¨ªtico en su pa¨ªs de origen, que al parecer se ha repetido en los pa¨ªses europeos donde ya ha sido publicada. Sorprende, sin embargo, tanta unanimidad, pues, si bien es cierto que Krauss se revela como una escritora especialmente dotada que ha sabido manejar con distancia y hondura temas graves de los que a nadie dejan indiferente, como son la memoria del Holocausto y sus consecuencias, no lo es menos que su novela demuestra algunos excesos que, aunque no la descalifican, s¨ª perjudican el resultado final. Quiz¨¢, si el mencionado ¨¦xito cr¨ªtico no hubiese sido tanto, si las frases que adornan la solapa de la edici¨®n espa?ola no fueran tan elogiosas, escudados en la edad de la autora nos habr¨ªamos limitado a resaltar aquello que cualquier reparo en ning¨²n caso deber¨ªa hacer olvidar: La historia del amor es una novela tan conmovedora como inteligente, que coloca a Nicole Krauss en la primer¨ªsima l¨ªnea de la joven narrativa norteamericana. A partir de un conjunto de historias entrecruzadas, Krauss ha tejido una historia que no se resiente de esa susodicha fragmentaci¨®n de partida, sino que, antes al contrario, la convierte en condici¨®n primordial de los temas (el extra?amiento, el exilio, la soledad, el azar, el amor...
LA HISTORIA DEL AMOR
Nicole Krauss
Traducci¨®n de Ana Mar¨ªa de la Fuente
Salamandra. Barcelona, 2006
285 p¨¢ginas. 16 euros
) sobre los que reflexiona. Para ello se ha valido principalmente de dos elementos: una poderosa atm¨®sfera com¨²n, capaz de sobreponerse a la diversidad de voces y geograf¨ªas impl¨ªcitas; y una estructura, que, pese a algunos desajustes de intensidad y a un mecanismo que en ocasiones aflora demasiado a la vista, funciona con el rigor necesario en una novela que le conf¨ªa a ella toda su eficacia.
Cuatro son los hilos narrati
vos que se alternan sin continuidad cronol¨®gica: el protagonizado por Leopold Gursky, un anciano cerrajero que antes de escapar desde su Polonia natal a Nueva York huyendo de los nazis hab¨ªa querido ser escritor; el protagonizado por Alma Singer, una quincea?era, hu¨¦rfana de padre, empe?ada en paliar la soledad de su madre busc¨¢ndole pareja; el protagonizado por Zivi Litvinoff, con quien Gursky compart¨ªa en su juventud polaca ensue?os literarios; y, en ¨²ltimo lugar, el protagonizado por el hermano peque?o de Alma, apodado Bird, cuyo infantil af¨¢n consiste en viajar a Israel para convertirse en santo. Sobre estos cuatro ejes y la extra?a peripecia de un libro, titulado La historia del amor, que fue entregado por Gursky a Litvinoff antes de partir al exilio y que, a?os despu¨¦s, ¨¦ste publicar¨ªa en Chile con su propio nombre, se despliega la trama de la novela. Adem¨¢s, intervienen en ella la madre de Alma Singer, traductora por encargo de La historia del amor; su padre, que encontr¨® un ejemplar en una librer¨ªa de lance bonaerense; Alma Mereminski, la novia perdida a quien Gursky se lo dedic¨®; Isaac Moritz, hijo de Alma y, aunque no lo sepa, tambi¨¦n de Gursky; su medio hermano Bernard; Rosa, la mujer del usurpador Litvinoff; y Bruno, fantasmag¨®rico amigo de Gursky en su vejez.
Nicole Krauss posee, en suma, ambici¨®n e imaginaci¨®n m¨¢s que suficientes (bastante parecida ¨¦sta en sus rudimentos, por cierto, a la de su marido, el tambi¨¦n exitoso novelista Jonathan Safran Foer). Los problemas, ya lo hemos dicho, provienen del exceso: por un lado, de personajes relevantes, responsables de la indigencia con la que algunos, como el de Zivi Litvinoff, quedan esbozados (mucho m¨¢s llamativa por el contraste con la rotundidad de otros); por otro lado, de im¨¢genes y alambicamientos de intenci¨®n exclusivamente po¨¦tica, responsable de que en no pocos momentos la tensi¨®n narrativa se pierda en florituras y vericuetos innecesarios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.