?Libertad de expresi¨®n o intereses en la Cope?
Oigo en los telediarios de la noche que han expulsado a la Cope de la Asociaci¨®n que realiza el EGM, y al amanecer vuelvo a caer en la tentaci¨®n cristiana de escuchar la cadena episcopal por si hubiera en ella alguna palabra de autocr¨ªtica o cuestionamiento sobre los m¨¦todos empleados para interferir el proceso de estudio de audiencias. Digo una palabra de cuestionamiento, no ya de arrepentimiento y dolor de los pecados, m¨¢s el cumplimiento de la penitencia, ahora que estamos en Cuaresma y los obispos nos lo predican a los dem¨¢s, por haber asaltado la diligencia con intenci¨®n de llevarse la saca del banco. Nada de nada, sino las mismas voces fanfarronas que siguen llenando con su ruido y sus sables esas horas a¨²n v¨ªrgenes. Pero es tal la vehemencia y el grosor de los ep¨ªtetos contra unos y otros con que habla el augur agorero del alba que venzo mis reparos por decepciones anteriores, y como uno es de natural impresionable, me dejo encoger el ¨¢nimo por vivir en un mundo en el que todo est¨¢ patas arriba y en una permanente cat¨¢strofe.
Influenciado por lo escuchado, salgo al trabajo con paraguas y un buzo para el diluvio universal que, seg¨²n acabo de o¨ªr, est¨¢ cayendo ah¨ª fuera, en los largos prados de la patria. De paso, me acerco a una armer¨ªa enfrente de mi casa y me compro un tanque para defender mis ideas contra las de la otra media Espa?a, que al alba han asegurado me espera a la vuelta de la esquina para robarme y violarme por espa?ol, por mesetario, por cat¨®lico y por cura. Luego resulta que no llueve, y tengo que pasarme todo el d¨ªa con el estorbo del paraguas de ac¨¢ para all¨¢, con el peligro de perderlo. Y sin saber qu¨¦ hacer con el tanque, porque ya me dir¨¢n, tan poco manejable y tan peligroso. Y sin notar que nadie me robe.
Cuando regreso a casa y me acuesto, mientras recapitulo en mi mente las cosas del d¨ªa, vuelvo a sentirme rid¨ªculo y atrabiliario record¨¢ndome con el paraguas, el buzo y el tanque a cuestas, con lo que pesa. Ya al borde del sue?o cobarde llego a la conclusi¨®n de que la informaci¨®n toda que hab¨ªa o¨ªdo de madrugada en la Cope, tan absolutamente descabalgada de lo que yo hab¨ªa visto y olido en la calle, era una estrategia de los obispos -secci¨®n acorazada- de amenazarnos con el infierno de catastrofismos y desgracias sin fin en esta vida -como nos hicieron en la infancia con el infierno flam¨ªgero en la otra- para que sigamos teni¨¦ndoles miedo. O sencillamente que los responsables episcopales hab¨ªan querido gastarme una broma con su programa informativo matinal. Una broma t¨¦nebre como esa del Limbo fabricado para los ni?os muertos sin bautizar, que, despu¨¦s de haber angustiado a tantas conciencias en nombre de un dios pagano y sanguinario que engull¨ªa ni?os sacrificados en las piras del templo, ahora resulta que era una simple teor¨ªa teol¨®gica rigorista, y que habr¨¢ que revisar no se sabe cu¨¢ndo, ni qui¨¦n se hace cargo de los costes y sufrimientos religiosos ocasionados.
El tema, a pesar de lo intempestivo de la hora, me escoc¨ªa el alma. Y me entr¨® la desaz¨®n de las preguntas: qu¨¦ memoria de Jes¨²s habremos estado transmitiendo los cat¨®licos si los ni?os, por no bautizados, no pod¨ªan ser ni abrazados ni bendecidos por Dios con lo clara que est¨¢, e iluminadora y llena de ternura, la escena evang¨¦lica del "dejad que los ni?os se acerquen a m¨ª". Y eso a pesar de las angustias abisales que esa interpretaci¨®n o teor¨ªa nos produc¨ªa a tantos (pero todos callados como muertos). Me pregunt¨¦ qu¨¦ memoria transmitimos ahora si el pr¨®jimo empobrecido y aherrojado a las alcantarillas de la historia, como los inmigrantes subsaharianos de vallas y pateras o el presidente electo de uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres y esquilmados de la tierra, por "indio a rayas" (sic) y antiimperialista, son objeto de mofa en los p¨²lpitos cat¨®licos de la Cope. Tambi¨¦n me pregunt¨¦ qu¨¦ herencia de Jes¨²s de Nazaret vamos a transmitir si los profesores e investigadores disidentes de teolog¨ªa, que ofrecen reflexiones cristianas innovadoras -el jesuita Juan Masi¨¢ en las ¨²ltimas fechas, y tantos de ayer y de hoy; un recuerdo especial para Ives Congar cuyo libro, Diario de un te¨®logo, espeluzna evang¨¦licamente por la vileza en la persecuci¨®n no s¨®lo intelectual, sino vital- son cesados de forma inhumana de sus puestos de trabajo sin enjuiciamiento ni defensa, ni agradecimiento siquiera por los servicios prestados. Y m¨¢s grave a¨²n: son negados en su ser de personas pensantes y libres y cristianas. Y en su servicio y misi¨®n eclesial de desvelar y afrontar las contradicciones que el pueblo de Dios con sus pastores vamos generando entre la herencia recibida, por un lado, y las falseadas realizaciones concretas, por otro. ?Qui¨¦n nos ayudar¨¢, sino los libres y profetas, a liberarnos de los ¨ªdolos que el cuerpo eclesial edifica de continuo: el culto a la personalidad (autoritarismo jer¨¢rquico); el sacrificio del hombre y sus gritos, y angustias al s¨¢bado sagrado y a las inercias hist¨®ricas; el encerrar a Dios en nuestros r¨ªgidos sistemas ling¨¹¨ªsticos, doctrinales y morales? ?Qui¨¦n, si no los libres, nos liberar¨¢n de estos yermos campos eclesi¨¢sticos?
En ese momento caigo en la cuenta de la extrema paradoja en la que se mueven los obispos espa?oles: resulta que son ellos los que tienen y reparten generosamente libertad. Ver¨¢n: para justificar algunos programas de la Cope y sus reduccionismos, sus insultos y tonos apocal¨ªpticos, su clima antievang¨¦lico y fratricida, su bander¨ªa y seguidismo partidista expreso, su belicismo en Irak y contra "el moro invasor" -¨¦sas s¨ª son caricaturas blasfemas del Dios cristiano-, los obispos encargados, con el silencio c¨®mplice de otros muchos, a pesar de las protestas de tantos sectores eclesiales -ya s¨¦ que hay aplausos tambi¨¦n-, invocan la libertad de expresi¨®n de los agentes informativos y opinativos de la emisora. ?Bendita libertad en boca de esos obispos! Pero si la libertad de expresi¨®n es un derecho de los informadores de la Cope, que lo es -otra cosa es la contradicci¨®n de sus mensajes con la titularidad cat¨®lica que aparece en la portada-, entonces ?por qu¨¦ no aplican los se?ores obispos ese mismo criterio de libertad de investigaci¨®n y de expresi¨®n a Juan Masi¨¢ y a todos los disidentes intraeclesiales? Sin duda porque unos, los de la Cope, coinciden con los intereses de los que gestionan como empresarios el poder eclesi¨¢stico, y los otros, no.
En fin, que no eran horas ya, as¨ª que con su pan se lo coman, me dije. E hice prop¨®sito cuaresmal de no volver a dejarme influir nunca m¨¢s por la vehemencia matinal del agorero augur del alba y sus latigazos y catastrofismos. Ni volver a tener miedo y salir a la calle con buzo, paraguas para el diluvio universal y tanque para la guerra. Ni volver a creer a los se?ores obispos -a ejemplo de lo del Limbo- cuando dicen eso de que ellos respetan la libertad de expresi¨®n de los periodistas y colaboradores de su empresa, y de lo que se trata en verdad es de mantener la Cope tal y como est¨¢ porque con ella disponen de un arma de presi¨®n social de alta morbidez con la que defender sus intereses ideol¨®gicos, pol¨ªticos, doctrinales, empresariales y econ¨®micos, revestidos, eso s¨ª, con un piadoso manto escarlata de acci¨®n salvadora y pastoral. ?Asaltando diligencias? (Hasta ma?ana, buenas noches).
Quint¨ªn Garc¨ªa Gonz¨¢lez es sacerdote dominico, periodista y escritor.
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