El movimiento contra el contrato juvenil se apaga en Francia
La Asamblea Nacional comienza a debatir el proyecto de ley que sustituye al pol¨¦mico CPE
El cansancio se impuso a la euforia. Lo que deb¨ªa ser el desfile de la victoria de los sindicatos y las organizaciones estudiantiles sobre el Gobierno de Dominique de Villepin se limit¨® a un pu?ado de manifestaciones que no congregaron m¨¢s que a varios miles de personas en toda Francia. Derogado ya el contrato de primer empleo (CPE), la Asamblea Nacional debat¨ªa ayer noche la proposici¨®n de ley sobre la inserci¨®n laboral de los j¨®venes menos cualificados que sustituir¨¢, por decisi¨®n del presidente, Jacques Chirac, al CPE.
La votaci¨®n en primera lectura podr¨ªa producirse a lo largo del d¨ªa de hoy, y su adopci¨®n por el Parlamento tendr¨ªa lugar antes del fin de semana, cuando empieza el receso parlamentario de Pascua.
Seg¨²n el Ministerio de Educaci¨®n, 31 de las 84 universidades francesas segu¨ªan sufriendo "perturbaciones", pero s¨®lo cuatro segu¨ªan bloqueadas. Una parte significativa, pero minoritaria, del movimiento estudiantil que ha emergido durante las 10 semanas de la crisis del CPE manten¨ªa la rebeli¨®n, exigiendo reformas m¨¢s a fondo y la retirada total de la ley sobre la igualdad de oportunidades que inclu¨ªa el CPE.
Quienes insisten en mantener la movilizaci¨®n han puesto su objetivo ahora en la retirada del contrato de nuevo empleo (CNE), precedente del CPE destinado a las empresas con menos de 20 trabajadores, as¨ª como a la disposici¨®n que abre la posibilidad del trabajo desde los 14 a?os, como aprendices, de los j¨®venes v¨ªctimas del fracaso escolar. Son estos grupos los que de nuevo ayer cortaron carreteras y realizaron acciones de protesta. En Toulouse, bloquearon la entrada a los garajes de los autobuses p¨²blicos, en Ru¨¢n cortaron los accesos a la ciudad; en Nantes, ocuparon las pistas del aeropuerto y en Dunkerque, las v¨ªas del tren.
Las manifestaciones, sin embargo, tuvieron escaso seguimiento comparado con la masiva participaci¨®n de las ¨²ltimas convocatorias: unas 600 personas en Marsella, entre 1.000 y 2.000 en Grenoble, algo m¨¢s de un millar en Burdeos, unos 2.000 en Toulouse y una cifra similar en Par¨ªs, donde el pasado jueves hubo cientos de miles.
Por otra parte, el primer ministro, Dominique de Villepin, gran perdedor de esta crisis, no parece tentado de presentar su dimisi¨®n, como podr¨ªa esperarse. El lunes por la noche, en una entrevista por televisi¨®n, reconoci¨® sus errores pero mantuvo intacto su discurso. Eso s¨ª, insisti¨® con m¨¢s convicci¨®n que otras veces en que no entra en sus planes ser candidato a la presidencia en las elecciones del pr¨®ximo a?o.
Ayer, en la Asamblea Nacional, a la invectiva de un diputado socialista que se felicitaba del "hermoso ¨¦xito del movimiento popular" contra el CPE, en el sentido de que el Gobierno "ya no tiene ni fuerza ni confianza", Villepin replic¨®: "Usted reivindica la victoria para su bando; nosotros reivindicamos el servicio de todos los franceses y la lucidez y determinaci¨®n para adaptar y modernizar el modelo social franc¨¦s".
La ley que los diputados aprobar¨¢n con toda seguridad antes de marcharse de vacaciones, no sustituye al CPE, el contrato para menores de 26 a?os que permit¨ªa el despido injustificado durante los primeros 24 meses, por otro contrato laboral, sino por una serie de medidas ya existentes "en favor de la inserci¨®n profesional de j¨®venes con dificultades", que incluye un presupuesto anual de 300 millones de euros para repartir a las empresas que hagan contratos indefinidos a los menores de 26 a?os sin formaci¨®n. El Gobierno calcula que podr¨ªa beneficiar a 150.000 j¨®venes. Los socialistas han prometido no obstruir el paso de la ley por el Parlamento.
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