Un mafioso de otros tiempos
En el caser¨ªo donde se escond¨ªa Bernardo Provenzano, la polic¨ªa encontr¨® dos objetos pertenecientes a otros tiempos: una lupara (una escopeta de caza con dos ca?ones, muchas veces recortados) y una m¨¢quina de escribir para redactar los pizzini, los papeles con los que el jefe de la Mafia se comunicaba con el mundo exterior y que, dicen los expertos, ha sido uno de los factores que le han permitido permanecer tantos a?os fugado.
Durante d¨¦cadas, antes de la llegada de las peque?as ametralladoras Uzzi, de los fusiles de asalto, de las pistolas autom¨¢ticas, la lupara ha sido el arma de la Mafia en Sicilia, el instrumento con el que los padrinos impon¨ªan el terror, el silencio y ejecutaban las venganzas.
La lupara de Provenzano fue hallada en una de las habitaciones que utilizaba como escondrijo y se encontraba en perfecto estado y preparada para ser utilizada. La polic¨ªa cient¨ªfica estaba analiz¨¢ndola ayer. Sobre una vieja mesa de madera, se encontraba otro objeto sacado del pasado: una m¨¢quina de escribir Brother Ax-410, que utilizaba para sus mensajes codificados.
Como el jefe de la banda que Martin Scorsese describe en Uno de los nuestros, el boss siciliano no utiliza el tel¨¦fono, por no hablar de cualquier otro medio de comunicaci¨®n contempor¨¢neo. Su conexi¨®n con el mundo exterior eran los pizzini, unos papeles en los que escrib¨ªa, siempre en clave, sus ¨®rdenes. Una tupida red de colaboradores se ocupaba de hacer que llegasen a su destinatario: a veces tardaban unas horas, a veces recorr¨ªan durante semanas distancias m¨ªnimas. La polic¨ªa cree que tambi¨¦n circulaban mensajes falsos para tratar despistar a los investigadores.
"Gracias a Dios"
En el caser¨ªo de la Montagna dei Cavalli, las fuerzas de seguridad han encontrado numerosos pizzini, que han sido trasladados a Palermo para ser analizados a fondo. Provenzano incluso llevaba varias de estas notas encima, en los bolsillos de los pantalones, cuando fue detenido. Al final de los pizzini, siempre escrib¨ªa: "Gracias a Dios", y le confiaba su protecci¨®n. ?se es otro signo de que Provenzano, llamado Binnu u Tratturi (Benito el Tractor) por su perseverancia y su brutalidad cuando escalaba posiciones en la Cosa Nostra, es un mafioso de otros tiempos.
Numerosos objetos religiosos han sido encontrados en su escondrijo: varias biblias, manoseadas y anotadas (una de ellas estaba abierta en el Evangelio de Lucas, cap¨ªtulo 6, vers¨ªculos 44-46), un retrato del padre P¨ªo sobre la cama, im¨¢genes de santos y un rosario de madera. La profunda religiosidad del capo ha irritado a la Iglesia cat¨®lica de Sicilia. El cardenal de Palermo, Salvatore Pappalardo, record¨® anoche en la RAI, la televisi¨®n p¨²blica, que Provenzano "ser¨¢ juzgado primero por la sociedad pero luego por Dios".
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