La 'victoria' de Alan Garc¨ªa
De la primera vuelta de las elecciones presidenciales peruanas cabe extraer una conclusi¨®n: el candidato del APRA -nacionalismo, populismo, y algo de izquierda- Alan Garc¨ªa, sale reforzado. De los tres candidatos, el indigenista e indio aparente, Ollanta Humala, ha sido el ganador, aunque estratosf¨¦ricamente lejos del 50% que le permitir¨ªa proclamarse presidente electo, con lo que ha de ir a segunda vuelta; y sus dos grandes rivales, la candidata del establecimiento, Lourdes Flores, y el propio Alan Garc¨ªa, apretujados en menos de un punto y con un 10% de sufragios por escrutar, a¨²n se disputan el derecho a enfrentarse al ex teniente coronel golpista.
La aritm¨¦tica electoral del l¨ªder del APRA es prometedora. Si pasa a la segunda vuelta, pese a los m¨¢s de seis puntos que le lleva Humala -30,9% a 24,4%- no est¨¢ vencido de antemano. Ello es as¨ª porque el pavor que suscita el indigenista en los que no le votan es gigantesco, y, por esa raz¨®n, la candidata del Per¨² de buena familia, Flores, no tiene m¨¢s remedio que preferir -llegue a decirlo claramente o no- el voto a favor de alguien del que es cierto que le separa un mundo de percepciones pol¨ªticas, pero del que antropol¨®gica y socialmente se siente m¨¢s pr¨®xima. Alan Garc¨ªa le recuerda a Espa?a y Europa, aunque Humala -como el l¨ªder aprista- haya estudiado en el Viejo Continente y tenga un t¨ªtulo de la Sorbona.
Si alguien puede negociar su sufragio para la segunda vuelta es el ex presidente Garc¨ªa
Ese probable apoyo de Flores no deja resuelta, sin embargo, la segunda vuelta, puesto que un n¨²mero de votantes de la dama peruana -que aspira a ser primera de s¨ª misma porque est¨¢ soltera- pueden preferir la abstenci¨®n a sufragar por el APRA, el partido fundado por Ra¨²l V¨ªctor Haya de la Torre -al que Alan Garc¨ªa ador¨® como a un padre-, que hace tan s¨®lo unas d¨¦cadas se estilaba como la tercera v¨ªa izquierdista de Am¨¦rica Latina.
?Y qu¨¦ pasa con el otro supuesto? Si Lourdes Flores pasa, contando con que el voto del emigrante le d¨¦ la vuelta a la situaci¨®n, el aprista, si no ya aspirante presidencial, puede convertirse cuando menos en hacedor de reyes. De todas las grey electorales del pa¨ªs, la del APRA es la ¨²nica que posee la homogeneidad necesaria para traducirse en disciplina de voto. El apoyo popular al candidato radical nace, en cambio, de una fuerte ansiedad, de la contagiosa emoci¨®n de quien piensa que est¨¢ haciendo historia, pero es un poco de ocasi¨®n, como corresponde a un programa que no se sabe muy bien de qu¨¦ va, sobre todo ahora que, en el v¨¦rtigo de la posible victoria, Humala quiere subrayar las diferencias con el presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez.
Por ello, si alguien puede negociar con su sufragio para segunda vuelta ¨¦se es el ex presidente Garc¨ªa (1985-90). El APRA, quiz¨¢ como el PSOE en Espa?a, cuenta con un fondo de votos acumulado por la historia, que acude al llamamiento del candidato del partido. Analistas peruanos fijan ese acopio en torno al 15% de los sufragios expresados. Y es un voto que por disciplina militante y difuso radicalismo parece transferible a Humala.
La paradoja de esta primera vuelta es, por tanto, la de que el electorado liberal-conservador, que es el que corresponde a los lectores de El Comercio -el gran diario lime?o que ha apoyado con todo lo que ten¨ªa a do?a Lourdes- puede, aunque sea tap¨¢ndose las narices, sufragar en favor de Garc¨ªa, y nunca por el ex militar, porque lo que m¨¢s teme es un radical indigenista en el poder. En el caso, al contrario, de que el ex presidente fuera tercero y tuviese que negociar su voto, el n¨²cleo duro de los sufragios del APRA le conceder¨ªa un margen de maniobra mucho m¨¢s dilatado, porque tanto podr¨ªa optar por el l¨ªder de la izquierda indigenista, como por dejar que de forma natural el voto se dividiera entre Humala y Flores; que eligiera entre solidaridades: social o pol¨ªtica. La hora de la negociaci¨®n electoral llega a Per¨².
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